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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Continuismo político y económico

La decisión de Mariano Rajoy lanza el mensaje claro de que no quiere variar el rumbo de la economía.

Fiel a su poco gusto por las sorpresas, Mariano Rajoy dio ayer a conocer los miembros de su Gobierno con pocas novedades respecto al que ha sido su núcleo duro desde 2012. Si alguien esperaba una intensa renovación, habrá constatado que esta se limita a la salida de tres ministros (el abrasado Jorge Fernández Díaz de Interior, Margallo de Exteriores y Morenés de Defensa) y a cubrir las vacantes (de Soria, Mato y Pastor). La línea de mando sigue igual:se consolidala vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. Pierde la portavocía (pasa a Méndez de Vigo, que mantiene Educación), pero en cambio incorpora Administraciones Territoriales para ocuparse de la financiación autonómica y de la muy prioritaria cuestión catalana.

En el área económica, Luis de Guindos continúa siendo la referencia, y a sus competencias de Economía suma las de Industria (que ya asumió en funciones). Se refuerza, sí, pero no alcanza una vicepresidencia ni incorpora Hacienda, como se había especulado. En esta última cartera continúa Cristóbal Montoro, lo que perpetúa el tándem que ha dirigido las finanzas españolas estos cinco años pese a las señales de falta de sintonía entre ambos. Será difícil defender que Guindos ha pasado a superministro, salvo que pasara a presidir (en vez del propio Rajoy y de Santamaría en su ausencia)la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, de lo que no hay noticia. Para la coherencia de las políticas económicas sería positivo disponer de una voz con autoridad sobre sus colegas.

La línea de continuidad se confirma con Fátima Báñez, que mantiene Empleo y Seguridad Social y afronta la trascendente reforma de las pensiones, cuya sostenibilidad debe ser una de las claves de esta legislatura. También Isabel García Tejerina sigue al frente de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y suma Pesca, y Rafael Catalá en Justicia. Las caras nuevas en la zona económica son las de Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, el departamento resultado de desgajar Industria;Íñigo de la Serna, en Fomento;y Dolors Montserrat, en Sanidad. Entran al Ejecutivo otros tres nombres de peso:Alfonso Dastis (Exteriores), Dolores de Cospedal (Defensa) y Juan Ignacio Zoido (Interior) .

La decisión de Mariano Rajoy lanza el mensaje claro de que no quiere variar el rumbo de la economía. Una economía de la que su equipo se hizo cargo en un estado de emergencia en 2012 y que hoy evoluciona positivamente en crecimiento, empleo y (aquí caben más peros) consolidación presupuestaria. El timón de las finanzas sigue en las mismas manos porque parecen fiables, pero en esta legislatura a sus capacidades tendrán que añadir un esfuerzo de negociación con otras fuerzas políticas sin el cual no habrá Presupuestos ni reformas viables. No puede decirse que sea un Gobierno renovador. Pero tendrá que manejarse en un escenario nuevo. Ahí demostrará su talla política.

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