Cómo instalarse en Polonia contado por los empresarios
Importa mostrar vocación de permanencia a largo plazo
Comprometerse con el país y conocer las diferencias culturales, que son más de las que parecen. Son las dos claves principales para expandirse en Polonia, como explicaron varios empresarios españoles en una jornada organizada recientemente por la Cámara de Comercio de Madrid.
El ambicioso plan liderado por el ministro de Desarrollo y Finanzas polaco, Mateusz Morawiecki (conocido como Plan Morawiecki) pretende aumentar las inversiones por encima del 25% del PIB y el gasto en I+D hasta el 2% del PIB. La economía polaca crece al 3,5%, y ofrecerá condiciones especiales para la inversión extranjera. Además, está previsto que reciba 82.500 millones de euros de la UE entre 2014 y 2020.
Uno de los ponentes fue Fermín Catalán, director general adjunto de la filial de Sistemas Inteligentes de Transporte de la multinacional tecnológica GMV-ITS, que en Polonia trabaja principalmente en Frontex, el control de la frontera exterior de la UE.
La empresa llegó a Polonia en 2008, sin experiencia, para ver el mercado. Empezaron con socios locales, “que no funcionaron muy bien”, y un año después ya como GMV. “Aterricé allí, establecimos la sociedad, y aprendimos la cultura y la legislación. Hay temas culturales que afectan mucho a las empresas españolas.” Y son gente seria al hacer negocios, al menos al principio. “El polaco viene a hablar de lo que hay que hablar, sin bromas de primeras”, señaló Catalán. “Y hay que llevar las propuestas trabajadas, razonadas, dar imagen de improvisación no queda bien”.
José Luis Villacampa, asociado sénior de la sección española del despacho de abogados polaco DZP, co-organizador de la jornada, coincidió en que “Polonia tiene una cultura muy distinta a la española, aunque pueda parecer un país similar. Este choque cultural ha hecho que se perdieran oportunidades todos estos años”.
El idioma es importante, a juicio de Adolfo Alústiza, CEO de Syrena Invest, empresa de promoción e inversión inmobiliaria que lleva 10 años en Polonia. Primero fueron como filial de una empresa española, y desde 2010 es polaca al 100%. “Los trabajadores polacos son gente preparada, especialmente los menores de 45 años. Nuestro equipo más directo son 10 personas. Hemos buscado polacos que hablan español, salvo uno que es un español instalado allí desde hace años. Se trata de mostrar vocación de permanencia a medio-largo plazo”.
“Es muy difícil aprender el polaco”, añadió Catalán. “Por eso siempre apostamos por personal local. La gente es fiable y trabajadora”. GMV aplica los tres modelos posibles de expansión a otro país: adquisición, alianza con un socio local e implantación. Polonia es un caso de éxito de este último.
“Hay que ir con personal local. La empresa española que se convierte en polaca es la que se acaba quedando en el país”, señaló Villacampa. “Es lo que da confianza a los consumidores, los ciudadanos: que hay capital extranjero que potencia la empresa local”.
Oportunidades para las firmas españolas
Katarzyna Kuzma, socia despacho DZP, destacó la importancia que van a tener en este desarrollo las colaboraciones público-privadas. La ley de contrataciones públicas, que se cambió en julio para trasponer al derecho polaco las directivas europeas, “no favorece a las empresas nacionales” en general, aclaró.
“Será posible favorecer a la empresa local de forma indirecta, en los pliegos de condiciones”, reconoció, “pero el mercado de contrataciones públicas en Polonia es un mercado muy abierto”. En España no se ha traspuesto la directiva aún, por lo que no se puede comparar, añadió.
Kuzma enumeró los sectores más proclives a la inversión extranjera. “La mayoría de los fondos europeos van a carreteras, sector en el que abundan las empresas españolas e italianas”, comenzó. El sector ferroviario se modernizará, y el energético requerirá la construcción de redes de electricidad y gasoductos. En concreto, este último requerirá “mucha inversión en informática”.
También hay posibilidades en medio ambiente, como en calidad y en recursos de aguas, “que podrían ser interesantes para empresas españolas, con mucha experiencia en este ámbito”. Y por último, en gestión de residuos.
José Luis Villacampa, también de DZP, añadió que en el sector industrial destacan los proyectos previstos en automoción y en aviación. Y señaló que hay dueños de empresas medianas polacas dispuestos a venderlas. “Dependiendo del sector, es mejor entrar invirtiendo o vía adquisiciones”. En ese sentido, hay que tener en cuenta las zonas económicas especiales, en las que el impuesto de sociedades está reducido, y que estarán vigentes al menos hasta 2026.
En cuanto al sector inmobiliario, advirtió de la importancia de conocer bien el mercado. “En 2006-08 hubo mucha inversión española que acabó bastante mal, con proyectos sin terminar. Se compraban terrenos en el centro, que luego resultaban ser solares apartados de todo”. Asimismo, hay diversas cuestiones legales complejas, que deben conocerse, añadió el abogado.