Guindos, liberal con barniz social y perfecto relaciones públicas
Su habilidad para desenvolverse en los círculos internacionales le ha valido el reconocimiento de Rajoy por el que repetirá al frente de Economía y asume las competencias de Industria
Luis de Guindos Jurado (Madrid, 1960) es economista y pertenece al Cuerpo Superior de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado. Su carrera discurrió durante años en la Administración pública, pero también atesora una larga experiencia en el sector privado, donde fue, sucesivamente, consejero delegado de AB asesores, presidente ejecutivo para España y Portugal de Lehman Brothers y responsable financiero de Pricewaterhouse Coopers, entre otros cargos.
De Guindos fue uno de los pocos nombres que acertaron los medios en las jornadas previas a que Mariano Rajoy anunciara su Gobierno en vísperas de la Nochebuena de 2011. Y es que cumplía con algunos de los principales requisitos que buscaba entonces el presidente para su Gabinete. De pensamiento liberal, su carácter independiente y su trayectoria profesional le habían incluido en el grupo de los denominados tecnócratas.
Pero más que su ideología, lo que terminó de convencer a Rajoy para su nombramiento es que se mueve con soltura en ámbitos internacionales oficiales como la OCDE y la Unión Europea y también es interlocutor solvente para los analistas privados que influyen en los inversores y en los mercados financieros. Era el complemento idóneo al titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, con quien nunca llegó a congeniar.
De nuevo, cinco años después y pese a que Guindos manifestó en su momento que no continuaría al frente de Economía justo antes de las elecciones del 20D, volverá a coincidir con su compañero de Consejo de Ministros Cristóbal Montoro. Aunque mucho se había especulado con que sería el responsable de todo el área económica ostentando una gran vicepresidencia, finalmente el presidente del Ejecutivo ha decidido mantener una única vicepresidencia para su mano derecha Soraya Sáenz de Santaría, pero amplía las competencias de Economía con los asuntos que antes eran materia de Industria.
Además, la trayectoria de De Guindos le acredita para otras muchas tareas. En el Ministerio de Economía del Gabinete de José María Aznar y, bajo el liderazgo de Rodrigo Rato fue, además de secretario general de Política Económica y Defensa de la Competencia, secretario de Estado y coordinador de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos. Por ello, llegó al equipo de Rajoy con un extraordinario conocimiento interno de cómo se cocinan las pugnas entre los ministerios cuando de trata de decidir sobre los programas de gasto.
Defensor a ultranza de la liberalización de los mercados de bienes y servicios, Rajoy ha vuelto a valorar, sin duda, su experiencia como consejero de Renfe, del Instituto de Crédito Oficial o la SEPI a la hora de abordar la transformación del sector público empresarial.
De trato afable y cercano, quizás lo que más haya jugado en su contra en la etapa final de su gestión es su enconado enfrentamiento con el titular de Hacienda y su conocida amistad con el defenestrado José Manuel Soria. No ha dudado en sacar pecho de los logros conseguidos bajo su mandato, como evitar el rescate de la economía española y la culminación de la reestructuración bancaria.
Esos podrían ser los dos grandes activos del haber de su cuenta personal. En el debe no puede negarse que pese a haber conseguido torear con maestría los envites de la Comisión Europea contra España (en el Consejo de Ministro más de un compañero se refería a él como "el comercial que tenemos en Bruselas"), es cierto que España como país ha sido prácticamente desterrada de todas las grandes instituciones europeas, por lo que la tarea en este sentido del nuevo Ejecutivo no puede ser más perentoria.