Por qué se hunden las salidas a Bolsa en 2016
Las operaciones en Europa quedan por debajo de los 25.000 millones en lo que va de año
La volatilidad en el mercado que se desató tras el brexit ha sido uno de los males que ha contribuido a frenar las operaciones de salida a Bolsa. Ello unido a la incertidumbre política y a la llegada de citas claves para los inversores como el referéndum en Italia o la subida de tipos de la Fed han provocado que, en lo que va de año, el valor de las salidas a Bolsa en Europa se haya reducido un 45%, hasta menos de 25.000 millones.
No está siendo un año fácil para las Bolsas europeas. La creciente volatilidad desatada tras el referéndum sobre la permanencia en Reino Unido –con resultado negativo– provocó la mayor caída de la historia del selectivo español y un seísmo en todo el planeta. El Ibex se hundió un 12,35% el 24 de junio. La incertidumbre en el mercado, que ya venía sufriendo vaivenes como consecuencia del hundimiento del petróleo, acabó por desatarse en ese mes.
Bajo este escenario, las operaciones que se han llevado a cabo en el mercado han estado rodeadas de miedos e incertidumbres, lo que ha provocado un duro revés en la actividad de los parqués. Y es que, en lo que va de año, el valor total de las salidas a Bolsa en Europa se ha reducido un 45%, pasando de los 44.875 millones de euros del ejercicio pasado a los 24.693 de 2016, según los datos recopilados por Dealogic. El importe se va a niveles de 2013, cuando en el Viejo Continente se colocaron menos de 21.000 millones en el mismo periodo.
Tras las cifras del presente ejercicio no solo se encuentra la falta de iniciativa de las compañías de salir al mercado, sino que también se ha producido un incremento considerable en el número de las operaciones canceladas.
6.316
es el valor de las operaciones de salida a Bolsa en Europa que han sido canceladas en lo que va de año.
148
es el número de debuts que se han ejecutado entre enero y octubre en el Viejo Continente.
2
son las salidas a Bolsa que no se han podido llevar a cabo en España en 2016.
La inestabilidad política, el resultado del referéndum en Reino Unido y desafíos como las elecciones presidenciales en Estados Unidos, con la posible elección de Trump en noviembre, son factores que ralentizan este tipo de operaciones, coinciden los expertos.
En lo que va de año, un total de 29 operaciones de salida a Bolsa por valor de 6.316 millones de euros han sido canceladas en Europa. Italia, España y Reino Unido han sido los países que más han visto mermado el número de colocaciones. Justamente, estas regiones también han sido las más agitadas políticamente.
El hasta hace apenas una semana bloqueo para formar Gobierno en España, la salida de Reino Unido de la UE y el referéndum italiano en el que el país se juega, indirectamente, la viabilidad de su sistema bancario, han colmado de incertidumbre los mercados. Todo ello ha provocado que el número de salidas a Bolsa en el Viejo Continente se haya reducido en lo que va de año hasta las 148, muy por debajo de las 210 operaciones llevadas a cabo en 2015, lo que supone volver a los niveles de hace tres años.
En España, Telxius y Volotea han sido las protagonistas de dos estrenos en Bolsa frustrados. La filial de torres de telefonía y de cable submarino de Telefónica se valoró en un rango de 3.000 a 3.750 millones de euros, con el objetivo de que la operadora ingresara con la venta de entre el 36,4% y el 40% entre 1.100 y 1.500 millones. “Los inversores sabían de su necesidad de liquidez y no han querido pagar ese precio. Le pasó lo mismo con Atento en junio de 2011”, señalan fuentes financieras.
Las tres compañías que han salido este año lo hicieron antes del brexit –todas en el mes de abril –y, salvo Dominion, que sube un 5,8%, las otras sufren caídas notables. Telepizza se desploma un 44,9% y Parques Reunidos cede un 15,2%. Ambas tenían como accionistas a fondos de capital riesgo, que tratan de maximizar el beneficio.
Hace una década los inversores eran proclives a comprar sin mirar demasiado ni las perspectivas ni las cuentas. Las empresas que se estrenan y las entidades financieras que se encargan de ejecutar las operaciones quieren establecer un precio de venta lo más elevado posible para sacar los mayores beneficios y conseguir las mayores comisiones posibles. En el otro lado están los inversores, que buscan comprar lo más barato posible.