Un 40% de empresas españolas prevé realizar fusiones o compras en 2017
España es visto como un país con grandes oportunidades por parte del capital riesgo. En el encuentro organizado por EY, en el que se dieron cita más de 90 inversores del sector, se resaltó el atractivo de una economía que crece a tasas del 3%. Para el próximo año se espera que continúe la tendencia. El 40% de las empresas españolas prevén realizar operaciones de fusión y adquisición.
A pesar de la buena evolución de la economía y del interés que despierta España como destino para la inversión, en el primer semestre de 2016 el volumen de negocio del capital riesgo (private equity, en la jerga) alcanzó los 765,8 millones. Aunque las cifras se sitúan por debajo de la registrada en el mismo periodo del año anterior, la actividad del capital privado sigue dando muestras de fortaleza y recuperación.
Los sectores más atractivos
El apetito del capital riesgo pone en el centro de las operaciones al sector informático, que es el que más volumen de inversión ha acaparado en el año en curso. En concreto, según los datos proporcionados por Ascri este ha concentrado hasta el 35,3% de la inversión y el 45,2% de las operaciones. Una de las más significativas fue la protagonizada en abril de 2016 por Cabify, empresa participada a entidad de capital privado Seaya Ventures.
La medalla de plata es para el sector de los productos de consumo, que pisa los talones al anterior al concentrar el 31,2% de la inversión. La biotecnología acapara el 9,2% de las operaciones. En los primeros seis meses del año destacaron algunas operaciones, como la del líder mundial en procesado y distribución de pimentón, Ramón Sabeter, en cuyo capital entró la entidad Portobello Capital.
Otro sector intenso en la actividad del capital privado es el de productos y servicios industriales, con el 9,8% del volumen total invertido y entre cuyas operaciones destaca la registrada por Ingesport.
Para los próximos meses, las firmas españolas continuarán representando una oportunidad atractiva. Íñigo Sánchez, socio fundador de Portobello Capital, señaló al sector servicios y al de alimentación como los más atractivos. Eso sí, añadió que la estructura empresarial española formada por compañía de pequeño tamaño es un riesgo y, al mismo tiempo, una oportunidad. Sánchez, abogó por la necesidad de una consolidación. Por su parte, Ricardo de Serdio, de Pai Partners, apuntó al sector de la salud como una de sus principales apuestas debido a las características demográficas de España y del conjunto de Europa mientras Fernando Chueca, de Carlyle Group, se decanta de nuevo por el informático ante la elevada conectividad que impera en la sociedad.
Se espera que 2016 sea el tercer año consecutivo de crecimientos. Eso sí, todavía queda un largo recorrido hasta alcanzar los 6.000 millones, el récord marcado en 2008. Con la vista puesta en 2017, y de acuerdo a las estimaciones elaboradas por EY, en los próximos meses continuará el impulso a las operaciones de fusiones y adquisiciones. Así lo reconocen el 40% las empresas españolas que no descartan embarcarse en nuevos proyectos de esta índole
En el encuentro organizado por la firma de consultoría en colaboración con la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri), que reunió ayer a más de 90 inversores en Londres, se resaltó el potencial de la economía española a pesar de los 10 meses de inestabilidad política que han dominado el panorama nacional e internacional.
El tercer trimestre del año, último del que se disponen datos, ha servido de impulso al sector y a 30 de septiembre el volumen registraba cifras similares a las obtenidas en el mismo periodo del año anterior: 2.158 millones, solo un 2% por debajo del importe registrado en los nueve primeros meses de 2015. “Se ha recuperado en el tercer trimestre al haber quedado pendientes de cerrar varias operaciones muy relevantes en términos de tamaño”, afirman desde Ascri. Por su parte, las desinversiones ascendieron a 1.399 millones. El mecanismo más empleado para ello fueron las ventas a terceros (el 70,9% de las operaciones) y las salidas a Bolsa, que supusieron un 9%.
“El consumo de los hogares, los bajos tipos de interés, la evolución del crudo, de las exportaciones y la mejora del mercado laboral han favorecido un clima económico positivo para invertir en España pese a la falta de Gobierno”, apunta Rafael Roldán, socio director responsable del área de asesoramiento en transacciones de EY. “Si bien es cierto que las operaciones de gran tamaño se han visto afectadas, nuestro país ha seguido experimentando una gran actividad y en algunos casos con empresas de gran reconocimiento internacional como actores protagonistas”, subraya.
Dentro del capital riesgo conviene distinguir entre las aportaciones efectuadas por los fondos nacionales y las llevadas a cabo por los extranjeros. Estos últimos invirtieron un 51,6% menos, hasta los 321,6 millones, frente a los 665 millones registrados por un año antes. La caída evidencia que la intensidad inversora ha corrido a cargo de los fondos nacionales, que crecieron un 17% en la primera mitad del año hasta alcanzar los 442 millones. Dentro de estos, los segmentos de capital semilla (venture capital, en la jerga) y middle market (operaciones entre 10 y 100 millones de euros) lideraron la actividad. Los datos anteriores evidencian que ha conseguido dejar atrás los años más duros de la crisis. Los volúmenes de inversión se han recuperado al calor del crecimiento de la economía. Sin embargo, Juan Luis Ramírez, vicepresidente de Ascri y socio director de Portobello Capital, considera que “España todavía tiene bastante años por delante para igualar las dinámicas competitivas del capital privado en los países vecinos lo cual ofrece una importante perspectiva de creación de valor para los inversores”.
Dejando de lado los segmentos, y poniendo el acento en la fase de inversión, el private equity acumuló el 65% del total invertido hasta 30 de junio de 2016. La inversión del capital privado alcanzó los 266,7 millones, importe que estuvo muy diversificado pues se repartió entre 256 operaciones. Aunque la mayoría de estas operaciones (241) fueron cerradas en exclusiva por los fondos nacionales estos han limitado su inversión a 97 millones frente a los 169,6 millones aportados por los internacionales.
Los datos anteriores evidencian que ha conseguido dejar atrás los años más duros de la crisis. Los volúmenes de inversión se han recuperado al calor del crecimiento de la economía. Sin embargo, Juan Luis Ramírez, vicepresidente de Ascri y socio director de Portobello Capital considera que “España todavía tiene bastante años por delante para igualar las dinámicas competitivas del capital privado en los países vecinos lo cual ofrece una importante perspectiva de creación de valor para los inversores”.
La captación de nuevos fondos para invertir conserva un buen ritmo, algo que sirve para asegurar la continuidad de la inversión en los próximos años. Hasta el 30 de junio las operaciones nacionales obtuvieron 1.187,9 millones. N+1 Private Equity Fund III, Abac Solutions, MCH Iberian Capital IV o Realza Capital II así como los vehículos de Venture Capital Swanlaab Giza Innvierte I y Samaipata I, fueron los más activos.
España, foco de atracción para las empresas tras el brexit
Diez meses lleva España con un Gobierno en funciones. Sin embargo, esto no ha supuesto un impedimento a la inversión ni tampoco al crecimiento de la economía, de acuerdo a lo manifestado por el secretario de Estado de Economía y Apoyo a la empresa, Iñigo Fernandez de Mesa en el encuentro organizado por EY en colaboración con la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (Ascri). Fernández aprovechó la ocasión para manifestar su optimismo sobre la posibilidad de que se forme un Gobierno en las próximas semanas. El representante del Ejecutivo español confía en que a pesar del retraso en los ajustes en los últimos diez meses, se continúe por la senda reformista. “Crecemos por encima de nuestro socios euros, pero para que este ritmo continúe es necesario que haya un Gobierno estable”, apunto. “Creo que los inversores ven a España como un país con grandes posibilidades donde las reformas que se han acometido han sido las adecuadas”, subrayó. En su visita a la capital de Reino Unido, el brexit no podía pasar por alto. Fernández reiteró que la vicepresidencia del Gobierno trabaja en una comisión con representantes de los ministerios implicados para analizar dos cuestiones fundamentales: el punto de partida de España en las negociaciones como país y cómo seducir a las empresas que salgan de la capital británica. El secretario de estado de Economía confía en la capacidad de atraer no solo a las firmas sino también algunas instituciones como la agencia europea del medicamento o la Autoridad Bancaria Europea. De hecho, algunos como el representante de Goldman Sachs en las jornadas considera que España podría ser el aliado que Alemania necesita tras el brexit. Según lo apuntado, las futuras actuaciones de los países miembros deberán ir encaminadas a incentivar que otros estados no sigan los pasos de Reino Unido, decisión que Fernández calificó de irracional y prueba de ello apuntó al desplome sufrido por la libra y el daño que se causa a muchos sectores.
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