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Formación

Estudia lo que quieras

Si no llega la nota, se puede empezar online y terminar la titulación de forma presencial.

Jacek Kita

Con septiembre llega la segunda convocatoria de selectividad. Miles de alumnos aspiran con ansiedad y nervios aprobar los exámenes que les abrirán las puertas a la educación universitaria. También esperan poder escoger su titulación soñada. Pero la realidad es que no todos conseguirán hacerlo aun logrando alcanzar la temible nota de corte.

¿La razón? Las plazas son limitadas y los alumnos que realizaron la prueba en el mes de junio tienen preferencia. Por ello, en los estudios más demandados, como Administración y Dirección de Empresas, Ingeniería Informática, Enfermería, Comercio y Marketing o Turismo, entre otros, no suelen quedar plazas.

Ante esta situación, miles de alumnos se sienten desubicados y sin saber qué hacer. Si sus posibilidades económicas se lo permiten, no tendrán ningún problema, ya que las universidades privadas habitualmente solo exigen tener aprobada la selectividad.

Pero, si no, sus opciones son variadas: escoger una carrera diferente a la que tenían en mente, pasar un año en el extranjero aprendiendo un nuevo idioma, seleccionar una titulación de la misma rama con la esperanza de poder cambiarse al año siguiente… Aunque ninguna suele satisfacer sus aspiraciones.

Para todos ellos se ha abierto desde hace unos años una nueva posibilidad: realizar el primer año del grado de manera online o semipresencial y solicitar un traslado de expediente a la misma titulación en presencial al año siguiente. Ambas titulaciones ofrecen el mismo currículo formativo y por ello el cambio se efectúa sin grandes problemas.

El cambio se realiza sin dificultad. Basta solicitarlo y llevar el expediente en persona

al nuevo centro

Simplemente hay que solicitarlo en el campus o la universidad en la que se continuará de forma presencial el próximo año y pedir el expediente en el centro de origen. El proceso es manual y tendrá que llevarse en persona la documentación. En muchos casos, la universidad será la misma, pero a pesar de ello hay que utilizar esta fórmula.

“Yo siempre tuve claro lo que quería hacer y solicité plaza en todas las universidades públicas madrileñas; la nota no me llegó para ninguno de los centros, salvo para la modalidad de semipresencial en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Así que decidí matricularme con el objetivo de cambiarme a presencial al año siguiente. Cuando llegó el momento, había muchos alumnos en mi situación y a ninguno nos pusieron ningún tipo de problema para hacerlo”, recuerda Javier Vizarro, un joven de 23 años que acaba de terminar sus estudios.

Pero no todos los alumnos de las titulaciones semipresenciales escogen esta modalidad con el mismo objetivo que Vizarro. La situación económica de los estudiantes y de sus núcleos familiares también es una de las razones. “Soy de Almería y allí no se cursaba periodismo, por lo que, si quería embarcarme en este grado, debía establecerme en otra ciudad. Fui aceptado en la Universidad Complutense de Madrid, pero mi familia no podía costearme un domicilio allí. Entonces descubrí la Rey Juan Carlos y se me abrió una nueva oportunidad”, explica Miguel Ibarra, de 23 años.

Aunque no haya necesidad de un cambio de domicilio, otros alumnos se ven obligados a escoger esta modalidad en sus estudios para poder compaginarlos con sus jornadas laborales, ya que, desde que el Plan Bolonia se implantó en las aulas, la asistencia a clase es obligatoria, haciendo más complicado conciliar la vida laboral con la de estudiante. Sobre todo cuando se pasa de curso con alguna asignatura pendiente y el alumno debe asistir en horario de mañana y tarde a la universidad.

Un alto porcentaje de estudiantes de los grados semipresenciales, como afirma Manuel Gertrúdix, director académico del centro de innovación en educación digital de la Universidad Rey Juan Carlos, tienen más de 30 años y están inmersos en su vida laboral. En algunos casos ya cuentan con una carrera previa y buscan quitarse la espinita de estudiar algo que siempre han tenido en su pensamiento. Y en otros cursan por primera vez un grado con el fin de desarrollarse y escalar puestos en sus respectivos trabajos.

El primero es el caso de Cristóbal Ruiz, de 43 años: “Soy ingeniero de caminos y trabajo en la ingeniería TEC4, pero siempre había soñado con estudiar periodismo, así que hace unos años me matriculé en la modalidad de semipresencial, ya que de otro modo hubiese tenido que dejar mi trabajo”, arguye.

Pero ¿cómo se desarrollan las clases para que al final de la trayectoria los alumnos de esta modalidad hayan adquirido las mismas competencias que los de presencial? La respuesta nos la da Gertrúdix, quien afirma que su universidad está apostando fuerte por este tipo de enseñanza: “Las asignaturas son las mismas que para la presencial y el modelo de programación es incluso mucho más preciso.

La formación por Internet exige más esfuerzo del alumno y una dedicación más personalizada del profesorado

El alumno, a través del aula virtual, cuenta con información muy específica de cada uno de los temas y con prácticas que debe completar, muchas de ellas en grupo, en cada una de las fases de estudio. Lo positivo es que se puede trabajar en el horario que se quiera, en fiestas o fines de semana, de tal manera que es muy factible compaginar la vida laboral o las cargas familiares con estudiar”. Cada curso, además de presentarse a los exámenes de manera presencial, el alumno debe asistir una semana a la universidad para realizar prácticas relacionadas con cada titulación.

Cristóbal Ruiz asegura que la metodología de las clases varía según quien la imparta: “Hay algunos profesores que están muy entregados, celebran reuniones virtuales, clases en directo, que se suelen acordar a horas que nos vienen bien a todos, y para los que no puedan conectarse, más tarde las cuelgan en la plataforma virtual. El peligro del online es que estás solo, así que, si el profesor no te orienta, acabas un poco perdido. La mayoría lo hace e incluso algunos nos ofrecen conferencias privadas por Skype para explicarnos los temas que no comprendemos”.

Las universidades privadas también están integrando esta formación en su oferta. Es el caso de la Europea de Madrid. Luis Sanabria, director de enseñanza online para España y Portugal de la universidad, comenta que uno de los éxitos de sus planes son sus profesores, a quienes forman en competencias digitales a través de 22 cursos pedagógicos.

Ellos son los encargados de estar pendientes de cada uno de los 35 alumnos –como máximo por clase–, asesorándoles y guiándoles. “La educación online exige mucha más disciplina que la presencial, por ello disponemos de varias herramientas para estar totalmente pendientes del alumnado. Por ejemplo, si en tres o cuatro días no entran en nuestra plataforma virtual, nos ponemos en contacto con ellos”, asegura Sanabria.

El precio de las titulaciones en semipresencial es idéntico al de las presenciales en las universidades públicas, mientras que en las privadas suele ser inferior. En el caso de la Europea: si no se asiste a clase, la factura se reduce entre un 25% y un 30%.

Enseñanza abierta para todos

La Universidad Politécnica de Madrid ofrece a sus alumnos la oportunidad de cursar MOOC, cursos abiertos masivos online, a cambio de créditos de libre elección, con el fin de completar los seis créditos extra que se exigen en cualquier estudio de grado.

Desde el pasado curso, para los alumnos destaca la oportunidad que ofrece el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT). Eva Ponce, profesora titular en la Universidad Politécnica de Madrid y actualmente investigadora asociada y directora ejecutiva del Mitx MicroMasters Program in Supply Chain Management, del MIT, comenta la iniciativa: “Se trata de un programa 100% online, de cinco cursos, con una duración total que ronda los 18 meses.

Tras su superación y un examen final, se logra el certificado del MITx. Una vez conseguida la credencial, el estudiante puede solicitar admisión en el programa que se imparte de forma presencial en el MIT para cursar un semestre más en el campus y hacer un Trabajo Fin de Máster, que le permitirá finalmente conseguir el título de la universidad norteamericana”.

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