Spotify, en busca de la sintonía rentable
La empresa perdió 165 millones de euros el año pasado, frente a unas ingresos de 1.900 millones
Spotify ha cambiado de sentido. La web sueca de música en streaming está considerando convertir su modelo freemium para conseguir que las discográficas acepten tarifas más bajas. El movimiento es comprensible teniendo en cuenta el posible lanzamiento de una OPA en 2017 y una valoración de 8.500 millones. Tanto la opción de hacer que sus clientes paguen más como la de que los sellos acepten menos son opciones peligrosas.
El acceso a nuevos álbumes podría estar disponible solo para los usuarios de pago durante un tiempo, a cambio de que las discográficas acepten un recorte en derechos de autor. Spotify no ha descubierto cómo hacer rentable el negocio de la música en streaming y necesita reducir gastos. La empresa perdió 165 millones de euros el año pasado, frente a unas ingresos de 1.900 millones. El coste de comprar los derechos de autor supera el auge de las ventas. Los sellos presionan por un recorte aun mayor de los ingresos, actualmente en el 55%. Hasta que se llegue a un acuerdo, el acceso a largo plazo a su catalogo es incierto. Sin embargo, las discográficas dependen cada vez más del streaming. Un tercio de los ingresos combinados de las división de música de Universal, Sony y Warner provino de esta partida en la primera mitad del año.
Desenganchar a los usuarios de la música gratuita está siendo difícil, al igual que lograr suscripciones más caras o nuevos clientes de pago. De los 100 millones de usuarios activos de la plataforma, menos de un tercio están registrados en la suscripción mensual de 9,99 dólares. Spotify tiene razones para ser precavido pues un incremento de dos dólares al mes en las tarifas de Netflix canceló cuentas.
Resolver los problemas con las discográficas podría calmar a los inversores antes de que la compañía entre en Bolsa. Una valoración de 8.500 millones, cuatro veces las ventas del año pasado, sugiere que las expectativas están por las nubes. Pero hasta ahora solo los consumidores parecen obtener los frutos de esta música y podría no ser suficiente para los inversores.