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Viajes internacionales

Otoño en Nueva York

La Gran Manzana, la ciudad de los rascacielos o la metrópoli que nunca duerme son algunos de los sobrenombres por los que se conoce a Nueva York. Una ciudad de película como el título que abre nuestro reportaje (Otoño en Nueva York, dirigida por Joan Chen en el año 2000 y protagonizada por Winona Ryder y Richard Gere).

Cualquier época del año es buena para visitar está inigualable megaurbe, pero el otoño le da una magia especial, cuando las hojas de los árboles pierden el verde y se tiñen de magníficos tonos rojizos y ocres. El otoño nos ahorrará las altas temperaturas del verano y los rigores del invierno, que en Nueva York son muchos. Tanto si viaja por primera vez como si ya ha visitado la ciudad, no dejará de sorprenderle, porque una de sus señas de identidad es que cambia y se renueva constantemente. Una de las sensaciones que comparten todos los viajeros –veteranos y noveles– es la impresión de haber estado allí antes.

No se preocupe es una especie de déjà vu colectivo que tiene mucho que ver con la literatura, el cine, las series de televisión y la publicidad.

Con todas esas imágenes en nuestro subconsciente, en algún momento todos hemos soñado con subir al Empire State Building, contemplar la Estatua de la Libertad, retozar en la hierba de Central Park, el pulmón verde de la ciudad, acudir a algún espectáculo de Broadway o tomar las uvas en Time Square, la esquina más celebre del mundo, entre miles de desconocidos e inundados de confeti.

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El Empire es el más famoso rascacielos de Nueva York, con 381 metros y 103 plantas. Sus dos observatorios desde el piso 86 (unos 32 euros) y desde el 102 (52 euros la entrada combinada a los dos miradores) ofrecen las más espectaculares vistas de 360 grados de la ciudad y una visibilidad de 130 km en los días claros. En vistas, no le va a la zaga el Top of the Rock. Es el mirador situado en la planta 70 del lujoso Rockefeller Center, famoso, entre otras cosas, por su popular pista de hielo, el tradicional árbol de Navidad y los conciertos.

Con menos colas que en el Empire, tiene la ventaja de que podrá divisar este de frente y conseguir una foto espectacular, sobre todo de noche, cuando se encienden las luces del rascacielos donde se encaramó King Kong. La entrada cuesta desde 26 euros, dependiendo de la franja horaria en la que quiere subir al observatorio; hay que reservar.

Se le irá un pico en su viaje a la ciudad más icónica del planeta y más vale que planifique porque tendrá que ajustar el presupuesto y seleccionar las visitas que quiere realizar. Una buena forma de ahorrar hasta un 25% es adquirir el CityPass, en lugar de comprar las entradas por separado. Esta tarjeta le permite elegir entre varias entradas para acudir a las principales atracciones de la ciudad. Desde principios de agosto funciona también su versión para smartphone, CityPass New York C3, con una validez de nueve días y que posibilita a los usuarios escoger tres atracciones entre una lista de diez lugares imprescindibles en la ciudad. Entre ellos se incluye la experiencia del Empire State Building, el mirador Top of the Rock, el Museo Americano de Historia Natural, el Memorial & Museo del 11S –que rinde homenaje a las víctimas del atentado terrorista perpetrado sobre las Torres Gemelas en 2001–, la Estatua de la Libertad y Ellis Island y el Museo Metropolitano de Arte; realizar el típico cruceros turístico de la popular naviera Circle Line para ver la línea del horizonte de Nueva York desde el agua –ofrece tres recorridos diferentes y visitas temáticas–, el Museo Intrepid Sea, Air & Space, el Guggenheim o cruceros con Hornblower –con cenas amenizadas por música de jazz–. El New CityPass se puede adquirir en Citypass.com: 71 euros para adultos y 51 euros para niños.

Los amantes de la cultura tienen tres citas imprescindibles. El Museo Metropolitano de Arte –que reúne una impresionante colección de arte romano y egipcio–; el MoMA –el más importante del mundo de arte moderno– (la entrada a ambos cuesta 25 euros) y el Museo Americano de Historia Natural (22 euros). Este hará las delicias de grandes, pero sobre todo de los más pequeños (12,50 euros) en las salas dedicadas a los dinosaurios, con reproducciones a tamaño real.

Nueva York es también el paraíso del consumo aunque es difícil encontrar gangas. Déjese seducir por el trasiego de gentes cargando bolsas y paquetes en la Quinta Avenida. Es la calle más conocida, la que alberga la grandes marcas y tiendas de moda. Allí está la imponente Apple Store y la archifamosa joyería Tiffany. Si no le alcanza para diamantes puede darse un capricho desde 150 euros. Macy’s y KMart son las cadenas comerciales de la ciudad; en Chinatown encontrará todo tipo de falsificaciones de cualquier marca y producto, imprescindible y agotador el regateo. Los outlets, en las afueras, se han convertido en un atractivo turístico más y puede contratar excursiones de compras. El más de moda es el Woodbury Common Premium Outlets.

Times Square, en el corazón de Broadway, concentra una de las mayores ofertas culturales y de ocio del mundo. Casi 40 teatros ofrecen las mejores obras y musicales del momento.

Le recomendamos adquirir las entradas online y con anticipación aunque si no tiene preferencias, puede arriesgarse y esperar alguna de las ofertas de última hora en la misma taquilla y para el mismo día de la función.

Al sur, en el bajo Manhattan, está Wall Street, el distrito económico, donde podrá codearse con los tiburones financieros mientras engullen un perrito caliente o un típico bagel. Fuera de las guías turísticas, pruebe las hamburguesas de McSorley’s, en el East Village, una auténtica y antigua taberna irlandesa, donde hasta 1970 no se permitía la entrada a mujeres.

Puente de Manhattan desde una callejuela de Brooklin.
Puente de Manhattan desde una callejuela de Brooklin.

Guía del viajero

CÓMO IR. Numerosas líneas aéreas tienen vuelo directo Madrid-Nueva York. KLM, Air France, Finnair, British Airways e Iberia vuelan desde Barajas al JFK (Jonh F. Kennedy) por 480 euros ida y vuelta. Las nueve terminales del JFK están conectadas por el Air Train, un tren gratuito, que enlaza con el metro y permite llegar a Manhattan. También puede tomar un taxi (unos 75 dólares). Si es español o ciudadano de la UE, para entrar en Estados Unidos deberá rellenar el formulario online ESTA (Electronic System for Travel Authorization) al menos, 72 horas antes de su viaje. El trámite cuesta 14 euros.

DÓNDE DORMIR. La oferta para dormir en Nueva York es muy amplia, cara y a menudo las estrellas sobrevaloran el nivel de las habitaciones. Con más de 110.000 plazas de hotel para elegir es muy posible que encuentre la que se ajuste a su estilo y bolsillo.

CÓMO MOVERSE. La mejor forma es en transporte público, fundamentalmente en metro. 26 líneas componen la red neoyorquina, algo anticuada, pero eficiente. Hay dos tipos de trenes, normales y exprés –que no paran en todas las estaciones–. La tarjeta, MetroCard, en sus varias modalidades, le permitirá moverse por la ciudad en metro y bus. Anímese a tomar un tradicional taxi amarillo en algún momento de su viaje, más barato que en otras ciudades de Estados Unidos y Europa.

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