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Investidura

Rajoy tiende la mano y apela a la urgencia por formar Gobierno

El candidato del PP pide a los socialistas pactos de Estado en pensiones, educación, financiación autonómica, violencia de género y energía

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, defendió ayer en el Congreso de los Diputados una candidatura a la investidura que parece condenada al fracaso. El candidato del PP se presentó como el garante de que España es un país “fiable” frente a los “radicalismos”. El dirigente popular tendió la mano a los socialistas para acordar una serie de pactos de Estado en la nueva legislatura. Pero el PSOE se reafirma en el no a su reelección.

En un tono sosegado, complaciente, conciliador y serio, Rajoy defendió su candidatura ante el Congreso de los Diputados basándose en tres razones: la necesidad de formar Gobierno de manera urgente, la victoria de la formación conservadora en las dos últimas convocatorias electorales y la defensa de que su opción es la única posible. “Son los españoles los que me traen a esta tribuna”, ha señalado Rajoy al inicio de la primera jornada del debate de investidura. Conocedor de que el pacto alcanzado con Ciudadanos y Coalición Canaria no suma para ser investido, el presidente ha apelado a una mayoría que permita formar un Gobierno estable y ha ofrecido una serie de pactos de Estado a los socialistas.

Rajoy afrontó durante 79 minutos su segundo discurso de investidura, tras el celebrado en 2011. Como en aquella ocasión, llenó el discurso de datos económicos y volvió a recurrir a la herencia recibida. Pero, a diferencia de hace cinco años, el candidato tiene muy difícil aprobar el examen. El PP solo cuenta con el apoyo de Ciudadanos, UPN, Foro Asturias y Coalición Canaria. En total, suma con 170 escaños. Le faltarían seis para la mayoría absoluta en primera votación, prevista para mañana, u once abstenciones en la segunda, el viernes.

Rajoy ha sostenido como eje principal de su discurso la urgencia para formar un Gobierno para dar estabilidad al crecimiento económico y del empleo, así como para la confianza de los mercados y la credibilidad internacional. “Hemos conseguido que la frase ‘España necesita un Gobierno’ se haya convertido en un clamor popular”, ha señalado Rajoy. El candidato ha pedido un Ejecutivo que sea estable, duradero y sólido para "evitar una legislatura estéril". Ha descartado así la posibilidad de iniciar una legislatura corta, de duración inferior a los cuatro años habituales. 

Al igual que hiciera en multitud de ocasiones tras las elecciones de diciembre, Rajoy volvió a defender la creación de una gran coalición entre el PP y el PSOE, ninguneando en la primera parte de su discurso a su socio parlamentario, Ciudadanos, al situarlo al mismo nivel de formaciones con uno o dos escaños en el Congreso con los que también ha llegado a acuerdos (CC, Foro y UPN). “Propuse un acuerdo similar al que rige en las instituciones comunitarias”, señaló Rajoy.

El candidato apeló a buscar acuerdos, aunque sin citar ninguna concesión para la oposición, y pidió el apoyo de los partidos constitucionalistas ante el crecimiento del independentismo en Cataluña: “Apelo de manera especial a los grupos que defienden los valores que la Constitución proclama”. 

"Es evidente que no basta con estos acuerdos para completar una mayoría suficiente", dijo Rajoy, quien lamentó no disponer de suficientes diputados para ser elegido. A pesar de ello, el presidente defendió su candidatura como la única posibilidad existente: “La opción que traigo a la Cámara es la única viable”. El dirigente popular recordó en diversas ocasiones que el PP ha ganado las elecciones tanto en diciembre como en junio, lo que le da, según el candidato, legitimidad para gobernar.

Ante la posibilidad defendida por Pablo Iglesias de que, tras el previsible fracaso del candidato del PP, se intente formar un Gobierno alternativo de izquierdas entre PSOE y Podemos, Rajoy tachó este hipotético Gobierno de multicolor, radicalista, ineficaz y generador de incertidumbre. 

A pesar de no disponer de mayoría suficiente para su elección, Rajoy no pidió expresamente en su discurso la abstención de los 84 diputados del grupo parlamentario socialista. El presidente en funciones pidió el concurso de los grandes partidos en aquellas decisiones importantes para la sociedad española: “Los asuntos de Estado precisan de grandes acuerdos”. Citó educación, pensiones, ciencia, política exterior, financiación autonómica, violencia de género y energía como los temas donde ve necesario hacer un pacto de Estado con los socialistas. 

Aunque lanzó una pregunta al aire que parecía dirigida al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que ha hecho de la negativa a Rajoy su bandera política: “¿Es que alguien aquí está pensando en convocar elecciones?”. Una pregunta que fue contestada con multitud de murmullos y abucheos por parte de los diputados. Fue la única ocasión en la que la presidenta de la Cámara, Ana Pastor, tuvo que pedir silencio.

Rajoy defendió la urgencia para formar Gobierno por la necesidad de elaborar y presentar los Presupuestos Generales del Estado para el año 2017 antes del 30 de septiembre. El candidato recordó que existen muchos ciudadanos que pueden verse perjudicados si se prorrogan los PGE de 2016. “14 millones de españoles perciben una prestación pública”, señaló Rajoy. El candidato recordó también a los pensionistas, cuya pensión no podrá ser actualizada y se quedarían congeladas.

El candidato también destacó la necesidad de cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria marcados por Bruselas. Tras una negociación con el ministro de Economía, Luis de Guindos, la Comisión Europea ha fijado en el 4,6% la meta para este año, pero en 2017 lo quiere rebajar al 3,1%. Todas las medidas de carácter social y económico pactadas con Ciudadanos en el pacto de investidura el pasado domingo quedan supeditadas a los compromisos con la UE.

Rajoy situó el empleo como la prioridad principal del nuevo Ejecutivo que se forme. En España la tasa de desempleo se sitúa en el 20%, según el INE “Es nuestro reto fundamental”, señaló el candidato. Como objetivo para el año 2020, el presidente se marcó la necesidad de alcanzar los 20 millones de trabajadores. En julio de 2016, había 17.844.992 cotizantes con empleo, según los datos del Ministerio de Empleo. “El empleo en España sigue aumentando”, aseguró el presidente como un reclamo para formar Gobierno.

El candidato defendió algunas medidas del pacto con Ciudadanos para luchar contra el desempleo: la simplificación a tres tipos de contratos, la reforma del régimen de los autónomos, la eliminación de escalones regulatorios y las ayudas a los emprendedores y las PYMES. "Autómos, emprendedores y pequeños empresarios han sufrido lo más duro de la crisis", dijo Rajoy. El presidente defendió la implantación de un plan de choque contra el desempleo que dé mayor eficiencia a las políticas activas de empleo.

En materia educativa, el candidato defendió un pacto nacional que ofrezca estabilidad a todos los niveles educativos. El pacto con Ciudadanos apuesta por la paralización del calendario de la LOMCE, implementada por el exministro de Educación, José Ignacio Wert, una ley fuertemente criticada por la comunidad educativa y aprobada en solitario por el PP durante la legislatura pasada. Rajoy apostó ahora por centrarse en la adquisición de competencias, la generación de oportunidades para los jóvenes y la lucha contra el abandono escolar. "De cada 100 euros que se gasta el Estado, 63 se dedican a gasto social", señaló Rajoy.

El desempleo juvenil se sitúa en torno al 45%. Debido a ello, Rajoy defendió su apuesta por implementar en España la Formación Profesional Dual, un modelo importado de Alemania, que permite compatibilizar el aprendizaje con unas prácticas laborales en una empresa. El dirigente popular se comprometió a crear 100.000 plazas de este tipo de enseñanza.

Cataluña y el auge del independentismo ha ocupado una gran parte al final del discurso de Rajoy. El candidato ha criticado el desafío soberanista del Govern de la Generalitat y reivindicó las ayudas económicas de su Ejecutivo, tales como el pago a proveedores. Rajoy se ha mostrado dispuesto al diálogo con los representantes catalanes, pero ha defendido que la soberanía nacional recae sobre los españoles. "Mi Gobierno ha mantenido una total disposición al diálogo y a la cooperación con la Generalitat", ha señalado.

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