Un FOMC dividido (y encima confundiendo)
Tras las actas de ayer y las declaraciones de varios participantes del FOMC vuelven a agitar este ceremonia de confusión en la que se han convertido los mercados. Hace unos días William Dudley (FED de Nueva York) indicaba que el fortalecimiento de la economía acerca cada vez más la próxima subida de tipos. "Estamos acercándonos al punto del tiempo cuando será apropiado subir más las tasas [...] Sí, (en referencia al FOMC de septiembre) creo que es posible" llegó a decir. Sin embargo, en su reunión de julio, el FOMC acabó muy dividido.
Ayer John Williams (FED de San Francisco) actualmente sin voto en el FOMC, pero que su opinion es muy tenida en cuenta ya que suele ser muy cercana a la de la presidenta Janet Yellen, se unió al coro de los que respaldan un alza de los tipos de interés ya que, según se desprende de sus declaraciones, esperar demasiado podría ser costoso. "Creo que cada una de nuestras reuniones debería estar en juego (...) Definitivamente creo que septiembre debería ser" pero aseguró que no tiene prisa en aumentar los tipos de interés. De todas maneras advirtió que la economía podría sobrecalentarse si los tipos permanecen bajos por mucho tiempo.
Es curioso que cuando quieren "justificar" la necesidad de una subida de tipos de interés, hablen de la economía americana, pero hay que tener en cuenta que la perspectiva de los tipos en los EEUU lleva ya mucho tiempo dependiendo de lo que pasa fuera de los EEUU. El proceso de alza de tipos (comúnmente llamado normalización) que se inició en diciembre pasado se visto interrumpido en varias ocasiones por las tensiones en los mercados financieros mundiales y sobre los efectos que ello podría tener en la evidente desaceleración económica en China y ahora, por los efectos del Brexit, en la economía de el Reino Unido y, por extensión, en Europa. Y ese panorama no ha cambiado, diríamos que puede que haya empeorado.
«¡No están maduras!».
Una zorra ve un racimo de uvas e intenta alcanzarlas.
Al darse cuenta de que está demasiado alto,
desprecia las uvas diciendo: «¡No están maduras!».
Esopo
Con respecto a esto último, Williams indicó que los efectos directos del 'Brexit' en la economía americana estima que son "bastante pequeños" y que, a lo sumo el crecimiento del PIB de EEUU apenas se reducirá una décima (desde las perspectivas un ritmo ligeramente por debajo del 2%), por las incertidumbre que ha generado el resultado del referéndum británico. "Pienso que tendrá un efecto (en EEUU) [...] , pero no como problema importante al nivel de otros acontecimientos ocurridos durante los últimos siete u ocho años". Es curioso que se diga todo eso ahora después del revuelo que se armó a nivel internacional antes del referendum.
Recordemos que incluso Obama, en contra de lo podría considerarse como algo que podría tener solo efectos "bastante pequeños", intervino en la campaña a favor del "Remain". Se inmiscuyó en asuntos internos de otro país. Pero no todo quedó ahí: todas las grandes empresas multinacionales, economistas de renombre y demás élites económicas amenazaron con las "siete plagas de Egipto" en el Reino Unido y la economía global si los electores británicos se atrevían a votar por el Brexit. Después de no lograr nuestro objetivo a través de amenazas, este resultado realmente no era tan grave («¡No están maduras!») como decíamos.
Y en medio de todo ello las elecciones (más extravagantes jamás vistas) en los EEUU. ¿Se atreverá la FED a jugar con fuego y retar al fantasma de los antisistemas (esta vez alimentado por población sencilla pero cabreada y harta de promesas incumplidas) antes de las elecciones de Noviembre americanas?
La reunión de julio, esa que acabó tan dividida, fue la última oportunidad para poder cumplir la, tantas veces prometida y muchas veces más postergada, subidas múltiples (quiere decir más de una) de los tipos de interés en el 2016. Ahora solo queda la reunión del FOMC de diciembre. Es decir todo un año para subir (si es que finalmente se produce y no nos encontramos con problema que apunten a todo lo contrario) 50 punto básicos (y solo en una ocasión, de las cuatro "prometidas") los tipos de interés desde los mínimos históricos.