Los problemas de corrosión de ThyssenKrupp
A pesar de haber llevado a cabo una ampliación de capital hace tres año y haber reducido sus costes , el grupo alemán de ingeniería no logra hacer remontar sus cuentas.
ThyssenKrupp saca acero de alta resistencia de un balance no demasiado fuerte. A pesar de su ampliación de capital hace tres años y de haber recortado costes con éxito, el grupo de ingeniería alemán dirigido por Heinrich Hiesinger no está haciendo demasiados progresos en la difícil tarea de reducir su deuda y reforzar su capital.
En el trimestre que terminó en junio, el aumento de las obligaciones relacionadas con las pensiones afectó al valor contable de la empresa, que ha caído alrededor de un 25% en un año. La deuda neta equivale ahora al 175% del capital de ThyssenKrupp. Eso se sitúa muy por encima del umbral del 150% establecido al que se comprometió a cambio de alrededor de 2.000 millones de euros en líneas de crédito no utilizadas.
Los bancos de ThyssenKrupp le dieron una exención temporal de nuevo a finales de 2013, cuando la deuda neta aumentó al 200% del capital de la compañía. Sin embargo, la firma con sede en Essen, que también fabrica piezas de automóviles y ascensores, todavía tuvo que ampliar su capital en un 10%, recaudando 880 millones de euros. Antes de septiembre, su responsable financiero espera que la deuda neta en relación con el capital caiga por debajo del 150%.
Ojalá pudiera controlarlo. Históricamente, los bajos tipos de interés inflan las obligaciones de las pensiones. La fuerte caída de los precios del acero, debido al aumento de las importaciones de China, ha hecho mella en la rentabilidad de su división de fabricación de acero. El efecto de la ampliación de capital se ha desgastado. ThyssenKrupp es bueno en la reducción de costes, pero su corroído balance deja al grupo mal preparado para los vaivenes del ciclo económico.