El bono británico cae a mínimos de 1703
Las medidas de estímulo anunciadas por el Banco de Inglaterra se dejan sentir sobre una amplia gama de activos. A la libra y la Bolsa se suma también la deuda. La rentabilidad de la deuda británica a diez años bajó hasta el 0,64%, su mínimo histórico desde 1703.
A este descenso contribuyó la decisión del gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, de ampliar el programa de compra de bonos en 60.000 millones de libras. Hasta ayer, este programa permanecía congelado desde noviembre de 2012 en los 375.000 millones de libras.
Nada más conocerse la medida, cuyo objetivo último es combatir los efectos del brexit, las ventas se aceleraron en el mercado secundario de deuda, prolongando así la tendencia bajista que imperaba desde el referéndum británico. De hecho, un dato curioso era la caída que venía registrando la deuda británica a una década desde el 23J.
En contra de lo que cabría esperar tras la victoria de los secesionistas en el referéndum, la deuda no repuntó sino todo lo contrario.Esto se debe, fundamentalmente, a que el mercado venía especulando desde entonces con la idea de que el Banco de Inglaterra no iba a permanecer parado y ante cualquier signo de debilitamiento de la economía, tomaría cartas en el asunto para combatir los débiles datos macroeconómicos.
Los descensos tuvieron su réplica en el resto de vencimientos. Así, el bono a 30 años bajó hasta 1,48%. El día célebre, el 23 de junio, su rentabilidad se situaba en el 2,18%. Significativa fue también la caída acumulada por la deuda a cinco años, que en una sola sesión pasó del 0,355% al 0,197%. El día de la consulta, el rendimiento se situaba ligeramente por debajo del 1%.
Por su parte, la deuda a dos años cerró en el 0,11%. Su mínimo lo registró el pasado 30 de junio cuando a punto estuvo de entrar en terreno negativo al situarse en el 0,091%.El pasado 23 de junio el rendimiento de este bono alcanzaba el 0,518%.
Las medidas no compensarán el ‘brexit’
Las agencias de calificación no han tardado en reaccionar a las medidas del Banco de Inglaterra. Una de las primeras en manifestarse fue Fitch, que señaló que tanto la rebaja de los tipos como el programa de compra de activos servirán más para amortiguar el impacto que representa para le economías de ReinoUnido el resultado del brexit. “La expansión del balance va más allá de nuestras expectativas e incluye medidas innovadoras para mitigar las potenciales consecuencias no deseadas de la relajación monetaria”, señala la firma.
Por su parte, la agencia de calificación Moody’s considera que el programa de compras del BoE proporcionará un efecto sobre la liquidez “similar a los del BCE y podría impulsar una mayor emisión en libras a lo largo de la curva de rentabilidades”.
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