Guía para entender qué son, qué suponen y cómo afectan los test de estrés a la banca
51 bancos europeos, el 70% del sector bancario de la UE, se enfrentan a las pruebas de esfuerzo
Dos años después de las pruebas de resistencia, la Autoridad Bancaria Europea vuelve a someter a las entidades financieras de la Unión Europea a un nuevo examen para evaluar su solvencia. En esta ocasión la lista se reduce a 51 entidades frente a las 130 del pasado 26 de octubre de 2014.Los resultados se conocerán a las 22.00 horas y el mercado espera que España salga bien parada.Las dudas se ciernen ahora sobre los bancos italianos y portugueses. Los test podrían servir al Gobierno de Matteo Renzi para pedir el rescate parcial de sus entidades.
¿En qué consiste la prueba de estrés a la banca?
Hoy 51 bancos europeos, representativos del 70% del sector bancario de la UE, se enfrentan a las pruebas de esfuerzo de la Autoridad Bancaria Europea (EBA). El objetivo que se persigue con este examen es analizar la posición de capital de cada entidad en los próximos tres ejercicios.Para el estudio se toman como referencia los datos de las entidades a cierre de 2015. Los test contarán con dos escenarios: el base, donde se tienen en cuenta las proyecciones de la Comisión Europea, y el adverso, diseñado por la Junta Europa de Riesgo Sistémico.
¿Se esperan suspensos en el examen de a la banca?
En los resultados de las pruebas a la banca europea no habrá suspensos ni aprobados ya que el Pilar 2 no puede calcularse de manera automática con esta prueba, sino que será determinado por el mecanismo de supervisión al final del ejercicio. No obstante, se tomará como punto de referencia una ratio de capital del 5,5%.
¿Qué se está poniendo a prueba en estos test?
El examen realizado por la EBA tiene un horizonte de tres años.En el escenario adverso se incluyen los cuatros riesgos sistémicos que el mecanismo de supervisión considera una amenaza para la estabilidad del sector bancario en la UE: el aumento brusco de los rendimientos de los bonos; la debilidad de las perspectivas de rentabilidad para la banca en un entorno de bajo crecimiento; el incremento de las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda pública y privada en un escenario de bajo crecimiento y, por último, el rápido ascenso de la banca en la sombra. En comparación con las pruebas llevadas a cabo en 2014, el escenario adverso de este año es más estricto pues contiene elementos más conservadores. Eso sí, ambos test son diferentes, pues desde entonces, los bancos europeos se han movido en un estado de equilibrio y han mejorado su capitalización. El objetivo de este año es evaluar las vulnerabilidades restantes y entender el impacto de un hipotético mercado adverso para los bancos.
¿El resultado reflejado en las pruebas de la EBA es determinantes?
Las pruebas de estrés se llevan a cabo sobre un balance estático.De manera que se presupone que el mix de negocios y el modelo se mantiene sin cambios hasta 2018. Sin embargo, la verdad es que las entidades disponen de margen de maniobra para poder hacer frente al escenario adverso y mitigar sus efectos.
¿Se tiene en cuenta el impacto del referéndum de Reino Unido en el examen a las entidades?
Aunque no se recoge el resultado de la consulta británica del 23J (las pruebas se realizan sobre el balance de cierre de 2015), en el escenario adverso se recogen las proyecciones de PIB para la zona euro, cuyos efectos tienen una mayor influencia que las previsiones que manejan los expertos sobre el impacto del brexit en la economía.
¿Cómo se computa la morosidad en las pruebas de esfuerzo?
Los test de estrés son ejercicios para comprobar si los bancos siguen siendo solventes después de incurrir en pérdidas como consecuencia de las condiciones económicas. La metodología de las pruebas presta una atención especial al stock de morosidad, pues los bancos están obligados a modelar el impacto del escenario adverso sobre la mora. En este ejercicio se añade más presión sobre los préstamos morosos.
¿Qué medidas de control se aplicarán si los bancos no cumplen las exigencias de capital?
No existe una nota de corte, pero los resultados de estas pruebas se engloban en el proceso de supervisión continua. El BCE los utilizará para la revisión general que se efectuará al cierre del año. Asimismo, también servirán como uno de los factores para la demanda de capital por parte de los bancos. En este examen, por primera vez, el capital se divide en dos: el Pilar 2 de requisitos y el Pilar 2 de orientación. El primero es de carácter vinculante y su incumplimiento puede acarrear consecuencias jurídicas directas para los bancos. Por su parte, la infracción del Pilar 2 de orientación no activa automáticamente una acción legal.
¿Cómo serán cuantificados los test de estrés?
Los resultados cuantitativos, que miden la caída en el Common Equity Tier 1 (CET1) que un banco ha de afrontar entre 2015 y 2018 en un escenario adverso, serán un factor a tener en cuenta en el Pilar 2 de orientación. Para definir este Pilar 2, el BCE usará como referencia un escenario adverso para un banco en relación a un ratio de capital del 5,5%. Este resultado será ajustado hacia arriba o hacia abajo teniendo en cuenta otros factores que incluyen los riesgos específicos de una determinada institución y su sensibilidad hacia los escenarios de estrés.
¿Aumentará la demanda de capital en la banca tras los test de estrés?
El sistema de supervisión del BCE ya anunció el año pasado que el nivel actual de capital en el sector bancario de la zona euro es satisfactorio, por lo que su intención es que la demanda de capital se mantenga estable. Aunque una vez conocidos los test los estrés se fijarán nuevos colchones de capital de forma individualizada para cada banco, el mecanismo de supervisión no se modificará.
¿Cómo se mide el colchón de conservación de capital en el mecanismo de supervisión de 2016?
Algunos Estados miembros como Chipre, Estonia, Finlandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo y Eslovaquia han impuesto el colchón de conservación de capital de sus bancos sin ninguna fase transitoria, un colchón que tenían que tener a partir del 1 de enero de 2016. Otros Estados miembros han optado por hacerlo en cuatro años. Este colchón forma parte de Basilea III y está diseñado para asegurar que los bancos dispongan de reservas de capital en caso de incurrir en pérdidas. El objetivo es alcanzar el 2,5% de los activos ponderados por riesgo para el 1 de enero de 2019.