Ronda de Sevilla: Cuatro años de parón en la mayor obra andaluza de Fomento
Los túneles de la sevillana SE40 bajo el Guadalquivir superan los 500 millones
Una tuneladora de 150 metros de longitud y 14 de diámetro, llamada Guadalquivir, duerme bajo una carpa custodiada por vigilantes de seguridad en la localidad sevillana de Coria del Río. Lleva cuatro años esperando para entrar en acción; costó 42 millones, y su mantenimiento se lleva otro millón de euros anual que deben pagar las constructoras Azvi, Sando y OHL, sus propietarias.
Las tres esperan noticias del Ministerio de Fomento sobre la reactivación de la obra de los túneles de los Atlantes, que supone el cierre de la ronda SE40 o segundo anillo de circunvalación de Sevilla. Si el primer paso bajo el río Guadalquivir fue a manos de este trío de empresas por 240 millones, el túnel gemelo fue ganado por Copisa, Aldesa y Bruesa por 274 millones.
Fuentes cercanas a los consorcios comentan que se está a la espera de Gobierno para exigir la revitalización de una obra que primero fue reprogramada, bajando de cuatro a dos túneles; después paralizada por las restricciones presupuestarias y, posteriormente, puesta en estudio en busca de una solución más económica, como es la construcción de un puente.
En pleno proceso de formación del nuevo Ejecutivo, tanto entre las empresas como en Fomento se reconoce que este es un “asunto sensible”. La autovía está ya avanzada, a espera de un tramo insignificante en longitud, pero cuya ausencia hace inútil toda la inversión realizada.
Otro aspecto en que parece haber consenso es en las dificultades para trazar un puente en lugar de los túneles, tanto por el impacto visual como por las limitaciones que ese paso elevado impondría al puerto de Sevilla, dependiente del propio Ministerio de Fomento y cuya intención es dragar el Guadalquivir a su llegada a la ciudad para ampliar su capacidad.
El último gesto del Ministerio que ha dirigido Ana Pastor fue incluir una partida en los Presupuestos de 2016 para retomar la que se considera la actuación estrella del departamento de carreteras en Andalucía. Pero entre las constructoras se vio ese movimiento como “absolutamente insuficiente” y critican que “no se está ejecutando”, cita una fuente directamente afectada por la parálisis que vive la obra.
Tras el derrumbe de la inversión de la obra pública y sin visos de una reactivación en el corto plazo, las adjudicatarias tienen como objetivo recuperar la obra, para lo que Fomento debería darle tanta prioridad como a decenas de contratos en revisión y obras ralentizadas.
Pero en caso de que el proyecto fuera descartado el cálculo de las indemnizaciones se va a los 100 millones de euros solo en el primero de los túneles: 42 millones de la factura de la tuneladora, que fue adquirida a la francesa NFM Technologies cumpliendo los hitos del contrato; unos 30 millones ya invertidos en la obra, y algo más de 25 millones en concepto de indemnización. El segundo consorcio no llegó a incurrir en el coste de la compra de la maquina.
Desde Magdalena Álvarez hasta nuestros días
El cierre de la SE40 en Sevilla era un proyecto con diseño sevillano, de la ingeniería Ayesa, y que iba a ser ejecutado por mayoría de constructoras andaluzas. En el punto más crítico, el del tramo de cinco kilómetros entre Dos Hermanas (A-4) y Coria del Río (A-8058) se habían previsto cuatro túneles (en la imagen) de dos carriles cada uno. De este modo, cada sentido la circulación contaría con dos túneles y cuatro carriles. El paso bajo el Guadalquivir está proyectado en 2,5 kilómetros.
La alternativa prevista por Fomento es un puente con un gálibo de 50 metros sobre el cauce, semejante al gálibo de navegación del puente del Quinto Centenario (45 metros), también en Sevilla. La solución intermedia es pasar de cuatro a dos túneles bajo el río, a la vista de que cambiar el proyecto por el de un paso elevado supondría una cara rescisión de los contratos con las UTEs de OHL y Aldesa.
Una vez finalizado el paso de Despeñaperros, en Jaén, la construcción de la SE40 se convirtió en la mayor actuación en materia de carreteras del Ministerio de Fomento en Andalucía. Su presupuesto era de 1.450 millones, para un total de 77 kilómetros que constituyen el segundo anillo de circunvalación. Fue diseñada en tiempos de la socialista Magdalena Álvarez como Ministra de Fomento, y diez años después la infraestrutura está empantanada.