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Escapadas

Cádiz, la sirena mimada del Atlántico

La capital gaditana ofrece muchos de los atractivos que buscamos en vacaciones: sol, playa y gastronomía.

Vista de la catedral de Cádiz desde la bahía de la ciudad.
Vista de la catedral de Cádiz desde la bahía de la ciudad.

Lord Byron, romántico empedernido, la bautizó como la sirena del océano, pero su apodo más popular es el de la Tacita de Plata. No se sabe muy bien el origen del singular sobrenombre, pero la explicación más extendida tiene que ver con la impresionante luz que refleja la ciudad de Cádiz sobre el azul del mar, como si fuera plata titilante sobre el agua.

Con vocación de isla, está unida a la Península por el istmo que nace en San Fernando y el puente de Carranza, que nos evita el largo rodeo de acceso.

Nada más llegar se percatará de que el blanco encalado de sus fachadas y el azul, de su mar y su cielo, son los colores de Cádiz, famosa por su divertido carnaval con sus desmedidas comparsas y chirigotas y por sus espectaculares playas, tanto de la capital como de la provincia, escogidas para más de un escenario de cine.

Playa de Bolonia, en la provincia de Cádiz.
Playa de Bolonia, en la provincia de Cádiz.

A sus tradicionales atractivos, Cádiz sumará este verano uno más para visitarla, al ser sede de la regata de Grandes Veleros que se celebrará del 28 al 31 de julio. Un evento que convertirá a la ciudad en un gran parque temático naval y de ocio donde atracarán los 41 veleros participantes, entre ellos, el Américo Vespuccio, buque escuela de la Marina Militar de Italia, construido en 1930.

El gran ausente será el buque-escuela de la Armada española, Juan Sebastián Elcano, en reparación.

Cádiz es una ciudad con un gran legado artístico, monumental e histórico que se remonta al año 1100 a de C y que la convierten en una de las ciudades vivas más antiguas de Europa. Fue fundada por los fenicios de Tiro con el nombre de Gadir, quienes propiciarían su esplendor comercial y que luego aprovecharían cartagineses, romanos, godos, árabes y cristianos.

Compitió con Sevilla por ser el puerto del tráfico de mercancías tras el descubrimiento de América y allí, en 1812, durante la Guerra de la Independencia, las Cortes Generales proclamaron la primera Constitución española, La Pepa.

La mejor forma de conocer la ciudad es callejear. Las Puertas de la Tierra, en la plaza de la Constitución, es el primitivo acceso a la ciudad amurallada. A lo largo de la muralla se suceden paseos y jardines. El más famoso es el parque Genovés, en el que destaca la colección de plantas y árboles traídos de América.

En la plaza de España, cerca del puerto, está el monumento a las Cortes. La vocación marinera y comercial de Cádiz, la convierten en una ciudad con muchas torres desde donde se vigilaba la entrada y salida de los barcos. La Torre de Tavira, en el casco antiguo y con sus 45 m de altura, la más elevada de la ciudad, fue considerada como torre vigía oficial. Hoy este privilegiado mirador ofrece una de las mejores vistas.

La plaza de San Juan de Dios, restaurada, conserva su esencia antillana, con sus coloridas casas coloniales. Allí está el hospital del mismo nombre, barroco, y el edificio del ayuntamiento, en cuya fachada se mezcla el estilo barroco e isabelino.

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En esta zona hay numerosos restaurantes y marisquerías donde disfrutar de platos típicos, como la tortillita de camarones, el pescaíto frito, el cazón en adobo o el bienmesabe.

Muy cerca está la catedral, en la que conviven varios estilos desde el barroco al neoclásico, debido a que los trabajos de construcción duraron más de un siglo. En su fachada se distinguen claramente dos tipos de piedra.

A la izquierda, comienza el barrio del Pópulo, el más antiguo de Cádiz, con sus calles adoquinadas y sus bonitos arcos como el de la Rosa, el del Pópulo o el de los Blancos. En esta zona hay innumerables bares para tapear de día o de noche. Muy próximo, el de Santa María alberga la mayor colección de palacios barrocos de la ciudad, hoy convertidos en casa de vecinos.

La zona más moderna se extiende a lo largo de la Viña, una antigua zona de pescadores con mucho ambiente, donde está la famosa playa de La Caleta, delimitada por los castillos de Santa Catalina y el de San Sebastián.

Esta playa, urbana y familiar, en el centro histórico, ofrece una de las postales más típicas de Cádiz cuando baja la marea y decenas de barquitas de pesca aparecen fondeadas sobre la arena. Otra de sus playas más icónicas es la de La Victoria, al suroeste, forma parte del golfo de Cádiz y está considerada como la mejor playa urbana de Europa con sus 3 km de arena dorada y bandera azul.

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