La UE dice que el fichaje de Barroso se ajusta a las reglas
La CE declinó comentar, en cambio, si el fichaje del expresidente del Ejecutivo comunitario se puede convertir en un problema político para la Unión.
La Comisión Europea (CE) aclaró hoy que la contratación por el banco de inversión Goldman Sachs del expresidente del Ejecutivo comunitario José Manuel Durao Barroso (2004-2014) no constituye un problema desde el punto de vista de las reglas de conducta de la Unión Europea, pero rehusó comentar si es por contra un problema político.
El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, fue informado de la decisión después de que ésta estuviera ya tomada, indicó el portavoz comunitario Margaritis Schinas en la rueda de prensa diaria, algo que se ajusta en este caso al Código de Conducta.
Lo hizo el propio Barroso en una llamada telefónica al exprimer ministro luxemburgués.
Preguntado por si es políticamente aceptable que Barroso, quien dirigió la CE durante la crisis financiera y de la deuda, se convierta en presidente no ejecutivo de un banco de inversión que estuvo junto a otras entidades en el centro de la crisis financiera y de la hipotecas basura, Schinas rehusó entrar en valorar esta cuestión.
“Como regla general, el presidente Juncker no desea comentar las decisiones efectuadas por sus predecesores”, zanjó.
“En cuanto a evitar potenciales conflictos de interés de exmiembros del colegio, la CE tiene unas reglas estrictas, especialmente si se comparan éstas con las que tienen muchos Estados miembros y otras organizaciones internacionales”, señaló.
“Todos recordamos ejemplos de exjefes de Gobierno que pasaron directamente del Gobierno al sector privado sin ningún escrutinio de posibles conflictos de interés, y lo mismo se puede aplicar a otras organizaciones internacionales”, añadió el mismo portavoz.
El período durante el cual los antiguos comisarios deben notificar las actividades que tienen intención de ejercer una vez finalizado su mandato es ahora de 18 meses.
Si la actividad prevista guarda relación con la cartera del miembro de la CE, ésta recabará la opinión del Comité de Ética y se pronunciará sobre la compatibilidad de las funciones previstas.
Durante esos 18 meses no pueden ejercer presión o defender la causa de su nueva empresa, cliente o empleador ante los miembros de la CE y su personal sobre cuestiones que hayan sido de su responsabilidad, es decir como expresidente todas.
Una vez transcurrido ese periodo, “hay una asunción razonable de que el acceso a información privilegiada o una posible influencia ya no son un tema” de preocupación, de manera que los exmiembros del colegio no tienen que informar a la CE si aceptan un trabajo.
Es el caso de Barroso, señaló Schinas, quien añadió que en todo caso los exmiembros de la CE tienen que cumplir “cuando cruzan la frontera del servicio público al sector privado” las obligaciones de integridad, discreción y confidencialidad en cuanto al secreto profesional.
Igualmente explicó que Barroso renunció el 1 de enero de 2015 a su derecho de recibir una asignación económica de transición como tienen derecho todos los exmiembros del colegio “para permitirles adaptarse a la vida fuera del servicio público”.
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