Después de batir 1-0 a Francia en su propio estadio con un tanto del luso-guineano Éder en el minuto 109, miles de seguidores subieron desde el Terreiro do Paço, donde vieron el partido en una pantalla gigante junto al estuario del Tajo, hasta la plaza del Marquês de Pombal, que homenajea a un ex primer ministro de Portugal que reconstruyó la ciudad de Lisboa después del terrible terremoto de 1755.