Durão Barroso: un fichaje polémico para Goldman Sachs
En 10 años, Barroso habrá adquirido un gran conocimiento de los pormenores de las negociaciones europeas
Goldman Sachs se está burlando de los teóricos paranoicos. En el reciente referéndum por la permanencia o no de Reino Unido en la Unión Europea, una de las campañas más exitosas fue un vídeo que alegaba que el trabajo anterior del gobernador del Banco de Inglaterra Mark Carney en la banca de inversión de EE UU le hizo cómplice de las clases dirigentes y de los poderes europeos. Su contratación del ex presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso, anunciada el 8 de julio, retoma el tema de las estrechas relaciones entre la élite política y financiera y echa a correr.
Para Goldman, se trata de una versión de una historia ya antigua. Las puertas giratorias entre el sector público y el Gobierno Sachs normalmente funcionan en el sentido contrario, así, al igual que Carney, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, trabajó anteriormente en Goldman. Barroso está tomando, sin embargo, el mismo camino que la ex comisaria de competencia europea Neelie Kroes, que se unió a la empresa de alquiler de vehículos Uber. En ambos casos, los pros de ganar experiencia y sentido regulatorio tienen que ser valorados frente a los contras que acusan de chollo.
En este caso, el riesgo se ve compensado por la recompensa. A pesar de haber presidido el casi colapso de la zona euro durante sus 10 años de ejercicio, que acabaron en 2014, Barroso habrá adquirido un gran conocimiento de los pormenores de las negociaciones europeas. Esto es importante para un banco de inversión que está decidiendo qué ocurre con su división internacional con sede en Londres si el brexit quita a los bancos allí asentados su “pasaporte”. O si, de hecho, solo busca el mejor lugar para reubicarse en una ciudad europea rival.