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Innovación

El valor de ser diferente

El 69% de las empresas españolas tiene previsto mantener o incrementar la inversión en I+D+i. Avalmadrid ha puesto en marcha una nueva línea de financiación para incentivar la innovación tecnológica.

“Es una obligación”. Con esta contundencia, Rosario Rey, presidenta de Avalmadrid y directora general de economía y política financiera de la Comunidad de Madrid, se rebela contra el paradigma de que la innovación es un campo limitado.

El empoderamiento de los clientes y la globalización han generado nuevas formas de consumir y “obliga a todos los sectores productivos y a todas las empresas a hacer las cosas de otra manera”.

A tenor de los datos que se recogen en el Observatorio de Competitividad Empresarial de la Cámara de Comercio de España, el índice de comportamiento innovador de las empresas españolas registró en 2015 máximos de más del 20% respecto del total de la economía y en torno al 30% en el de las empresas. Así, desde 2012, en que se registraron los mínimos desde 2005, con una caída del 30%, la innovación en las empresas creció en 56 puntos. De cara a este año, el 69% de las empresas tiene previsto mantener o incrementar la inversión en I+D+i.

Datos que no se corresponden con la evolución de empresas innovadoras. Entre 2009 y 2014 se pasó de 40.000 a menos de 19.000, es decir, se perdió más de un 47%, según el análisis de los recursos destinados a I+D+i contenidos en los Presupuestos Generales del Estado aprobados para 2016. Circunstancia que tiene que ver con “la falta de regularidad; la actividad innovadora no se consolida a lo largo del tiempo”, explica José Molero, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid y coautor del informe. Los recortes tanto en la financiación pública como en la privada han afectado más a las pequeñas empresas que durante la crisis dejaron de destinar los mismos recursos a la innovación.

Hecho con el que se muestra de acuerdo la presidenta de la Sociedad de Garantía Recríproca Madrileña (SGR), que, además del crecimiento, apunta a otros retos como ligar la innovación a la productividad, la competitividad y la internacionalización.

Según evidencia el informe de la Cámara de Comercio, innovar está asociado a una mayor presencia en los mercados exteriores. Así, las comunidades autónomas con mayor proporción de empresas innovadoras y de gasto en innovación tecnológica son las que presentan niveles de exportación por encima de la media española.

Respecto al papel de la Administración, tanto Rey como Molero coinciden: “Queda mucho recorrido”. En primer lugar, y en el ámbito de la financiación a las inversiones, la presidenta de Avalmadrid explica que se debe avanzar en adaptabilidad. “No es tanto desarrollar productos flexibles como el adaptarlos a la tipología de los proyectos”, dice. De hecho, este es uno de los objetivos de la entidad madrileña que a principios de mes puso en marcha una línea financiera dual para incentivar la innovación tecnológica y con la que “vamos a conseguir agotar en este año los 16 millones de importe formalizado y llegar a 200 empresas”.

Los objetivos que se pretenden conseguir son “muy ambiciosos”. Por un lado, las startups o pymes que quieran poner en marcha un proyecto innovador contarán con hasta 60.000 euros. Por otro, las pymes innovadoras consolidadas que deseen desarrollar iniciativas ligadas a la introducción de nuevos productos o servicios, nuevos procesos o cambios en la organización industrial, tendrán financiación de hasta 150.000 euros.

En ambos casos, “los productos se adaptarán a la tipología del proyecto”. Ambas líneas se completan con los “avales técnicos, que permitirán que se cobren las subvenciones de forma anticipada o participar en concursos públicos”.

Molero, por su parte, incide en que poco a poco se debe ir recuperando la inversión, porque de continuar como hasta ahora “estamos cercenando el futuro”. Y añade: “Debemos crecer sobre bases más sólidas, desde la educación en edades tempranas”.

Prueba de que el gusanillo de la innovación abarca a todos los sectores es Bela Muxía. ¿Quién se puede imaginar que en un albergue de peregrinos se pueda innovar? Su propietario, Pepe Formoso, no solo lo ha conseguido, sino que ya está poniendo otra pica en Flandes o en su caso, en Finisterre.

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“Todo empezó como una reivindicación de la relación histórica con los peregrinos”, relata. “Decidimos musealizar el albergue con pasajes escritos en las paredes, se puede decir que editamos un libro al revés”.

Y de ahí a la digitalización y a la central de reservas por internet. Un proceso que les ha costado en torno a un millón de euros y para cuyo desarrollo han contado con financiación de la Cámara de Comercio y fondos europeos.

Contar con “el mejor diseñador gráfico para branding e imagen” no solo les ha llevado a que la agrupación musical gallega Luar na Lubre ruede su último videoclip en su casa, sino que, además, el número de clientes alojados se haya incrementado alrededor del 20%. Amén de haberse abierto el abanico hacia los turistas que ya suponen casi una cuarta parte de quienes descansan en Bela Muxía.

Fernando Martí también apostó por la innovación. En su caso se dieron de bruces con un problema: morir de éxito. “Teníamos más demanda de lo que podíamos producir”, explica. Fue entonces cuando recurrieron a Avalmadrid. Martí es el consejero delegado de BlueShield49, una empresa que a partir de la nanotecnología ha desarrollado y patentado un antipinchazos preventivo y reparador para neumáticos. “No sabíamos que habíamos inventado algo nuevo hasta que empezaron a llegar pedidos. No dábamos abasto”, recuerda.

El dinero que han obtenido con la línea de innovación les ha permitido comprar maquinaria para dar respuesta a la demanda y expandir una empresa de capital 100% español, que ya vende a 14 países de Latinoamérica.

“Nos ha dado la llave en mano para exportar también el modelo de negocio”, destaca en alusión a que dentro de pocos meses tendrán presencia en el resto de Europa y Asia, y a que en los próximos años abrirán fábricas en Brasil, México e India.

El innovador, ¿nace o se hace?

“Nace, pero sin la ayuda de un empresario no sirve de nada. Juntos hacen crecer la empresa”, aclara el consejero delegado de BlueShield49. Conseguir un antipinchazos que incremente la durabilidad en un 20% y genere ahorros de hasta 5.000 euros al año en el combustible de un camión no ha sido fácil. “El científico tenía la idea y mi labor era convertirla en una realidad empresarial, en algo rentable”, afirma.

Aunque no exista una fórmula magistral que garantice el éxito, sí hay recetas que se aproximan. La primera, “confiar en ti para hacer que confíen en ti. Al principio es muy difícil vender otra cosa que no sea ilusión”, explica Martí. Después, “buscar capital donde sea, ir creciendo y no perder la esperanza”.

Claves a las que el propietario del albergue Bela Muxía, Pepe Formoso, añade asesoramiento por parte de expertos y rodearse de los mejores profesionales. De este modo, “todas las inversiones van a ser rentables, pese a los euros de más que se tengan que invertir al principio”.

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