El chileno más chic que se pasea por Barcelona
El interiorista y diseñador Jaime Beriestain concibe la vida rodeado de cosas bellas Planta árboles frutales y desea tener un restaurante autosuficiente
Se define como un hombre del renacimiento, curioso, sensible ante las cosas bellas. Para el interiorista y diseñador Jaime Beriestain (Santiago de Chile, 1969), la creatividad no tiene límites. Es por ello, asegura, que constantemente está diseñando, desde platos hasta objetos de marroquinería, gafas... “Busco siempre el objeto bello, por eso soy muy exigente con los detalles; aunque la perfección es algo complicado de lograr, siempre hay que intentar conseguir un máximo de calidad”, señala Beriestain, propietario, además, del estudio de diseño, de una tienda de decoración y de un café donde se centra en una cocina sencilla y natural. “Cada vez me preocupa más de dónde proceden todos los alimentos que tomo”, explica.
Es por ello que en la finca que tiene en Manresa, en plena comarca del Vallès, acaba de darse su último capricho: plantar árboles frutales de todo tipo, incluidos aquellos que no son de la zona, como los naranjos o limoneros. “Mi deseo es montar allí un restaurante autosuficiente. La alimentación es esa parte del bienestar que no hay que descuidar”.
Para Jaime Beriestain la vida se compone de detalles que le hacen diferente, como el perfume, elaborado por un perfumista francés de Le Marais a base de madera e incienso y con el que se siente único. “Aunque voy cambiando, la vida es evolución”.
- El toque personal
Diseñador. Suele llevar zapatillas de Valentino, “por el color, por las formas bonitas, por los detalles”.
Coleccionista de arte. Presume de haber comenzado hace más de dos décadas a comprar piezas por placer. La última, un meteorito bañado en oro del mexicano Bosco Sodi.
En casa. Le gusta comer en su restaurante, en el Eixample barcelonés. “Todo es natural, me importa la salud y tomar zumos y verduras crudas. Son la mejor medicina”.
De sastre. Le gusta elegir las telas, que luego confecciona el diseñador Juan Avellaneda. “Me siento cómodo en el sastre”.
Un sueño. Viajar a Nueva Zelanda. Asegura que los paisajes le recuerdan a su país de origen, Chile.