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Comercio electrónico

Quién da más… en Catawiki

Los emprendedores holandeses de Catawiki hablan de su entrada en España y aclaran las dudas sobre el funcionamiento de su web de subastas.

Marco Jansen y René Schoenmakers, fundadores de Catawiki.
Marco Jansen y René Schoenmakers, fundadores de Catawiki.Catawiki

Los extensos bloques publicitarios de la televisión española tendrán muy pronto un nuevo anunciante: Catawiki. La casa de subastas online más grande de Europa invertirá un monto no revelado en anuncios televisivos para darse a conocer en España, que junto con Italia es su mercado más dinámico.

“Hace 10 días empezamos la campaña publicitaria en Italia y en la segunda mitad del año lo haremos en España. Ambos son los mercados que más rápido crecen”, dice René Schoenmakers, principal ejecutivo de Catawiki, en entrevista con Cinco Días.

La compañía, cuyo nombre proviene de la combinación de las palabras catálogo y wiki (en alusión a Wikipedia, la web colaborativa por excelencia), tiene su sede principal en Assen (Holanda), donde fue fundada en septiembre de 2008 por Schoenmakers y Marco Jansen, director de tecnología.

Ambos se encuentran en Madrid supervisando los primeros pasos de la filial en España. La empresa abrió a comienzos de abril una oficina en el Paseo de la Castellana en la que trabajan 15 empleados, de los cuales 12 son subastadores profesionales. Al frente de la sucursal se encuentra Alejandro Sánchez, quien anteriormente se ha desempeñado como director general de la aplicación para pedir taxi Hailo.

Jansen, experto en informática, diseñó la web como un catálogo online para organizar la colección de cómics de Schoenmakers. Desde el principio, Catawiki daba la posibilidad de que otros aficionados colaborasen en la elaboración del repertorio aportando sus propias historietas (de ahí la alusión a Wikipedia), lo que propició la formación de una comunidad de miles de coleccionistas.

Ante la acogida, tres meses después abrieron el catálogo a otros artículos: sellos de correos, discos de vinilo, monedas, postales, réplicas de coches a escala… Luego, en noviembre de 2011, el proyecto evolucionó y se convirtió en un sitio de subasta al estilo de eBay, pero especializado en piezas de colección.

Web de Catawiki.
Web de Catawiki.

“Soy coleccionista de cómics y el tiempo que perdía en eBay buscando entre artículos que no eran interesantes, que no tenían ningún valor especial, era enorme. Entonces, pensé que si alguien pudiera seleccionar artículos que fueran interesantes para los coleccionistas, sería estupendo. Ese fue el clic que despertó la idea de poner en marcha el negocio”, explica Schoenmakers.

A diferencia de su principal competidor, Catawiki reproduce la mecánica de las subastas en vivo, con la celebración de pujas semanales que empiezan siempre los viernes al mediodía y duran entre 2 y 7 días. Los artículos no se publican de manera inmediata (tampoco existe el botón ¡cómpralo ya!), sino que se organizan en lotes que antes de salir a la venta son verificados por subastadores profesionales.

Aquí es donde pueden surgir las dudas de quienes desconfían en la compraventa online, ya que al tratarse de una subasta a distancia, los subastadores no tienen posibilidad de verificar la autenticidad de los artículos en persona y su control de calidad se basa en la información y fotografías que les proporcionan los vendedores.

Al respecto, Schoenmakers asegura que tienen un conocimiento bastante exhaustivo de los vendedores, que por lo general tienen un histórico de subastas impecable que puede consultarse en el portal. “Tenemos su nombre, teléfono, dirección, tarjeta de identidad… En muchos casos nuestros expertos los conocen personalmente. A esto se añade el feedback de los compradores, que valoran y constatan si el objeto recibido se corresponde con la descripción que aparece en el catálogo”, precisa.

Schoenmakers sostiene que el sistema de pago también es una garantía para los participantes porque Catawiki retiene el importe de la transacción durante tres semanas, de modo que el comprador tenga tiempo de confirmar que el artículo recibido cumple sus expectativas. “Cuando nos dice que todo está perfecto, liberamos el pago. Si hay algún problema, la operación no se realiza hasta que se resuelva el conflicto”, indica.

El proceso –añade– también es seguro para el vendedor, ya que no tiene que enviar el artículo hasta que la empresa le avise de que ha recibido el dinero. Como prueba de la fiabilidad del sistema, destaca que el número de disputas está por debajo del 0,5% sobre un total de 30.000 transacciones semanales.

En la base de datos de Catawiki están registrados más de 100.000 vendedores y dos millones de compradores.

Catawiki cobra una comisión estándar del 9% (IVA incluido) al comprador y otra del 12,5% al vendedor (no incluye el IVA), un nivel intermedio entre lo que exige una casa de subastas tradicional (una media del 30% para el comprador y entre el 15% y 20% para el vendedor) y lo que se queda eBay (entre el 10% y 12% dependiendo del país y la categoría). “Es transparente. No hay costes ocultos y las comisiones solo se devengan si la transacción se produce”, remarca Alejandro Sánchez, director de la filial.

Logística

Catawiki no se hace cargo de la entrega de las mercancías ni las tiene en depósito. La responsabilidad de que el bien llegue a su destino en buenas condiciones recae en el vendedor, que puede enviarlo por su cuenta a través del correo o dejar que Catawiki elija el transportista por él. En ese caso, solo tendrá que imprimir las etiquetas con el nombre y dirección del destinatario y pegarlas en la caja. La empresa de mensajería recogerá el paquete y se encargará del reparto. La ventaja de esta opción es que se puede seguir el estado del envío ingresando un código en la misma web.

Adolfo Ruiz Calleja, coleccionista de monedas españolas y autor de Blognumismatico.com, opina que el portal es confiable y su sistema de compraventa proporciona más garantía que el de otras webs. “Uno de los problemas es que la autenticidad de las monedas debe garantizarla el vendedor, pero claro, Catawiki filtra muy bien qué vendedores son de confianza”, mantiene.

Al tratarse de antigüedades, piezas de colección u objetos singulares, algunos de los bienes subastados a través de Catawiki pueden alcanzar precios bastante altos comparados con los que se mueven en eBay. Hace dos años, por ejemplo, subastó el fragmento de un meteorito lunar por 4.900 euros y, en marzo de este año, vendió 21 ejemplares del clásico Seat 600 por un total de 80.000 euros. “El precio mínimo al que hemos cerrado una subasta es 75 euros y ocasionalmente hemos llegado a colocar objetos, principalmente coches clásicos, a 100.000 o 200.000 euros, ese es el récord”, indica Sánchez.

El precio de partida de todas las pujas es 1 euro, aunque hay un precio de reserva por debajo del cual no se puede vender la mercancía y que nadie conoce para conseguir que se ofrezca el mayor precio posible.

Catawiki asegura que sus ingresos han aumentado en los últimos cuatro años un 45.080%, un rendimiento bestial que la sitúa a la cabeza de las 500 startups que más rápido crecen en la región de EMEA (Europa, Oriente Medio y África), según el ranking elaborado por Deloitte.

El portal holandés lidera la clasificación 2015 por encima de la tecnología sueca de pagos móviles iZettle, segunda con un crecimiento del 30.114%, y el software israelí para la recuperación de datos guardados en la nube Zerto, con el 24.088%. En la lista no figura ninguna compañía española.

Schoenmakers atribuye este éxito a la decisión de la compañía de ir más allá del ámbito del coleccionismo desde sus inicios. “No hace falta ser coleccionista para participar en una de nuestras subastas. Cualquiera que quiera comprar un objeto especial puede participar”, destaca. “Si bien operamos en un segmento pequeño, nuestra expansión internacional ha sido fuerte, con lo cual, al final el mercado acaba siendo grande”, abunda el ejecutivo, quien se disculpó de dar información sobre la facturación de la compañía en millones de euros.

La aplicación móvil de Catawiki ya supone el 50% de los ingresos de la empresa.
La aplicación móvil de Catawiki ya supone el 50% de los ingresos de la empresa.

La empresa comenzó su expansión internacional en 2013, cuando abrió versiones traducidas de su sitio para los mercados de Francia y Alemania, a lo que siguió la apertura de oficinas en dichos países en 2014. El año pasado entró en Reino Unido, España e Italia y más recientemente, en abril de este año, en Portugal. “Los países nórdicos y del este de Europa serán los siguientes donde abriremos oficinas”, revela. “Ya tenemos traducida nuestra web al sueco, noruego, polaco y danés”, apunta.

Entre todas sus filiales, la compañía suma cerca de 500 empleados, de los cuales 175 son subastadores profesionales, “todos en plantilla”, puntualiza Schoenmakers, para quien este no es un detalle menor, ya que el equipo responsable de supervisar las subastas es tan importante como el de finanzas o marketing, expresa.

Desde su creación, la compañía ha recaudado 85,9 millones de euros en tres ampliaciones de capital. La última fue en julio del año pasado cuando obtuvo 74 millones en una ronda de financiación liderada por la sociedad de capital riesgo estadounidense Lead Edge Capital y en la que también participaron el fondo californiano Accel, la alemana Project A Ventures y dos inversores particulares.

En opinión del experto en numismática Ruiz Calleja, el punto crítico para Catawiki será la capacidad de diferenciarse de otras webs de compraventa entre particulares, como eBay o Todocoleccion. “Si Catawiki es visto como un eBay caro, no llegará muy lejos. Ahora bien, si se hace un hueco en el mercado, ofrece a la venta artículos importantes y las comisiones son más bajas que en las casas tradicionales –como es el caso– entonces, será un proyecto con mucho éxito”, afirma.

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