España en 2025
Las grandes depresiones, como la que ha sufrido España, hacen descarrilar la economía y llevan a la sociedad a poner las luces cortas para sobrevivir. La causa fue una burbuja inmobiliaria que provocó un elevado endeudamiento de las familias y de las empresas, sobre todo promotores y constructores, y que quebró el sistema bancario.
La burbuja española se formó entre 1996 y 2004, pero Aznar y Rajoy todavía no se han enterado. En Estados Unidos, Nueva Zelanda, Reino Unido y Dinamarca también se formaron burbujas, de ahí que la autoflagelación no nos sacará de la crisis. Sin embargo, cuando Italia entró en el euro, le bajaron mucho los tipos de interés y no formó una burbuja. Por tanto, algo hicimos mal los españoles. Un país que no aprende de sus errores está condenado a repetirlos.
En 2013, la Comisión Europea nos dio más tiempo para hacer el ajuste fiscal y en 2015, el BCE nos compra deuda pública. La economía española vuelve a demostrar que es muy agradecida y cuando tiene condiciones de estabilidad crece y crea empleo. Pero la deuda y la pobreza son elevadas y el BCE no comprará deuda ni tendrá los tipos al 0% toda la vida.
España necesita poner las largas y plantearse dónde quiere estar en 2025, cuánto empleo quiere tener y, sobre todo, qué tipo de empleos. Sin salarios dignos no podremos pagar pensiones dignas, no tendremos una buena educación pública ni un buen sistema de salud. Hay tres caminos.
El de Anguita, que propone salir del euro, y el de Marinaleda, que ha elegido Podemos. Fidel Castro, en Cuba, y Syriza, en Grecia, ya han abandonado ese camino, ya que lleva a generar más pobreza e infelicidad.
El camino de Unamuno, “que inventen ellos”, fue el camino de Aznar en 1996 y vuelve a ser el camino de Rajoy con su reforma laboral y su modelo, “yo te lo hago más barato”. En 2011, la Seguridad Social tenía ingresos y gastos equilibrados, y Zapatero dejó 66.000 millones de euros en la hucha de las pensiones. Rajoy se ha pulido la hucha y deja un agujero de 20.000 millones en el sistema. Si seguimos por esa senda, habrá que recortar un 25% las pensiones.
Y está el camino de Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza, que prioriza la educación, la ciencia y la innovación. Giner defendía que no se perdieron Cuba y Filipinas, en 1898, porque Estados Unidos tuviera mejor Ejército, se perdieron porque tenían mejores ingenieros y mecánicos.
El gasto en capital humano en España supone el 80% del promedio europeo. Desde que Rajoy llegó a La Moncloa ha recortado un 10% el gasto en educación. Y las compañías españolas son de las que menos gastan en formación de la OCDE. La elevada temporalidad reduce el gasto en formación de las empresas y la reforma laboral de Rajoy, en 2012, ha duplicado el número de contratos con una duración inferior a una semana.
Zapatero triplicó el gasto en I+D+i y el número de patentes por habitante pasó del 10% del promedio europeo en el año 2000 al 40% en 2010. La patente te permite acceder a la élite empresarial mundial. Lo que nos faltan son más empresarios que consigan desarrollar proyectos empresariales rentables en entornos globales y competitivos. Eso se consigue haciéndolo mejor y a buen precio, pero no más barato. Todos los sectores pueden innovar, desde la agricultura al turismo. Necesitan marca, diferenciación, buen servicio al cliente, capital humano, incorporar nuevas tecnologías, etcétera. España tiene 15.000 empresas de más de 100 trabajadores y 15.000 compañías explican el 99% de nuestras exportaciones de bienes.
Necesitamos 30.000 empresas globales, innovadoras y competitivas. Si lo conseguimos, reduciremos la tasa de paro, subirán los salarios y podremos aumentar las pensiones. Que la fuerza nos acompañe.
José Carlos Díez, profesor de Economía de la Universidad de Alcalá