La mitad de los españoles que vive de alquiler lo hace por obligación
Tras ocho años de crisis, cada vez son menos los españoles que piensan que alquilar un piso es tirar el dinero, aunque a la vez creen que una casa es la mejor herencia que dejar a los hijos.
¿Ha cambiado la crisis la mentalidad de los españoles respecto a la vivienda? Pues a tenor de las respuestas que ha obtenido Fotocasa en su estudio Los españoles y su relación con la vivienda la respuesta es "muy poco". Después de haber realizado un arduo trabajo de campo con más de 5.500 entrevistas, una de las conclusiones que arroja el informe es que "España es y será un país de propietarios", tal y como ha explicado esta mañana la responsable de Estudios de Fotocasa, Beatriz Toribio.
No obstante, lo cierto es que el alquiler poco a poco va ganando adeptos. Fotocasa estima que con los datos obtenidos, a finales de 2015 un 23,5% de los españoles residía en régimen de arrendamiento, un porcentaje que ha ido aumentando claramente desde 2011, año en el que se realizó la primera edición de este estudio. Entonces, solo el 15% de los hogares estaba compuesto por inquilinos.
Sin embargo, este aumento del arrendamiento parece estar provocado mayoritariamente por las circunstancias económicas y laborales. De hecho, siete de cada 10 españoles consideran que a largo plazo comprar una casa es mucho más rentable que alquilar un piso para toda la vida, independientemente de la generación a la que pertenezcan.
Además, el 47% de quienes viven en alquiler admiten abiertamente que preferirían hacerlo en una casa de su propiedad. Y es que seis de cada 10 españoles que son inquilinos comparten la opinión de que el alquiler no es una opción rentable a largo plazo. Otra pista que no hace sino confirmar que más de la mitad de los actuales arrendatarios querrían ser propietarios de su casa es el hecho de que el 56% de quienes residen de alquiler afirma que casi con total seguridad comprarán una casa en los próximos cuatro años. Este porcentaje se eleva hasta el 63% entre los más jóvenes que se ponen un plazo un poco más amplio, de cinco años, para conseguir ser propietarios.
Así, con estas cifras sobre la mesa, la responsable de Estudios de Fotocasa considera que se está generando una demanda de vivienda latente en los próximos años que, de mejorar la coyuntura económica, se traducirá en más transacciones inmobiliarias.
Sobre si España será capaz de llegar al 30% de media vigente en Europa en cuando al volumen de hogares que se decanta por el arrendamiento, Beatriz Toribio se mostró convencida de que así será, aunque reconoció que no sabe cuánto tiempo tardará. "Lo cierto es que pese a este sentimiento tan arraigado de los españoles por la propiedad, el alquiler ha llegado para quedarse puesto que seguirá existiendo un porcentaje de población que tenga muy difícil el acceso a una vivienda en propiedad, por lo que deberá hacerlo como inquilino", explicó.
Además, el estudio revela como ya solo cuatro de cada 10 españoles sigue pensando que alquilar es tirar el dinero (en 2011 eran seis de cada 10) y lo ven como una opción firme de vida, aunque sea con carácter temporal. Un pensamiento que no es contradictorio con que una amplia mayoría siga pensando que a largo plazo es más rentable comprar que arrendar y que un piso es la mejor herencia que se puede dejar a los hijos.
La mayoría considera que los precios no bajarán más
Los autores de las encuestas quisieron dedicar un apartado especial a pulsar la opinión de los ciudadanos sobre lo ocurrido con los precios de la vivienda.
La mayoría, un 61% de los entrevistados, considera que los precios ya han tocado fondo, por lo que pronostican que no se mantendrán las rebajas. Este dato supone una clara diferencia con respecto a la edición anterior del informe, cuando una clara mayoría pensaba que los pisos seguirían depreciándose. Esta circunstancia no desanima a quienes estarían dispuestos a cambiar su vivienda actual. De hecho, entre siete y ocho de cada 10 consultados admiten que cambiarían de casa si tuvieran oportunidad y para cuatro de cada 10 es una posibilidad que ya se plantean seriamente a corto y medio plazo. Las principales causas que explican este deseo de mudarse son la necesidad de encontrar un inmueble de más tamaño, para un 20% de los encuestados; o conseguir una mejor ubicación en el 16% de los casos. Le siguen ya a cierta distancia otras motivaciones como mejorar las características de la vivienda, que disponga de una terraza, patio o jardín o hallar un piso más económico.
Con esta gran disponibilidad de los españoles a cambiar de domicilio, no es de extrañar que solo tres de cada 10 participantes en el informe se sientan plenamente satisfechos con su vivienda. Los propietarios puntúan con una nota media de un 6,7 su casa actual mientras los arrendatarios la califican con un 5,8. Por ello, la media global da como resultado un bien justito, un 6,3 sobre 10.
Entre los inquilinos que desearían comprar y los propietarios a quienes no les asustan las mudanzas, el mercado parece tener asegurada a medio y largo plazo la demanda de vivienda, solo resta que las condiciones económicas y de financiación sean las adecuadas.