UBS intenta recortar para ganar en Estados Unidos
Es muy loable que la entidad de origen suizo haya admitido que su unidad de gestión de patrimonio estadounidense tiene un problema. Ahora intenta solucionarlo.
UBS ha dado el primer paso –y algo más– al admitir que su unidad de gestión de patrimonio estadounidense tiene un problema. El banco suizo puso en marcha el miércoles un plan para cambiar drásticamente la forma en que paga a sus brókeres estadounidenses y recortar una capa de gestión. La división sufre algunos de los peores resultados en comparación con sus rivales locales, por lo que algo tenía que hacer. Junto a su alianza con un proveedor fintech, sin embargo, los movimientos pueden dar a UBS una posibilidad de éxito en el país.
En el último trimestre, la división apenas logró un margen antes de impuestos del 13% –y no ha obtenido mejores resultados durante algún tiempo–. Morgan Stanley y Bank of America Merrill Lynch, por su parte, produjeron sin parar y de forma rutinaria rentabilidades superiores al 20%.
El jefe de la división está eliminando la estructura de gestión regional y algunos puestos directivos en la central
El nuevo jefe, Tom Naratil, que se puso al frente de la gestión de patrimonio de UBS a comienzos de año, quiere elevar el margen a entre el 15% y el 25% en los próximos años. Por un lado, pretende hacerlo dando mucho menos peso al reclutamiento de los rivales. La industria es el paraíso de los cazadores furtivos –pero, según Naratil, es algo costoso e insostenible–.
En cambio, está haciendo que la compensación sea mucho más fácil de entender y seguir. UBS está abandonando muchas metas, tales como intentar vender un cierto número de productos, a favor, en esencia, de los tres objetivos generales: crecimiento, productividad y fidelidad. Naratil también está eliminando tanto la estructura de gestión regional y como un cierto número de puestos de dirección en la oficina central, lo cual se ha diseñado para acelerar la toma de decisiones, así como a reducir los costes y trasladar más recursos a los asesores.
No hay garantía de que esta reorganización pueda resolver los innumerables problemas de UBS. Después de todo, tales cambios sustanciales tienden a crear nuevos problemas. Pero simplemente reconocer que era insostenible es algo loable.