Los ‘toros’ han tomado el control de las materias primas
Las ‘commodities’ se revalorizan un 20% apoyadas en la subida del petróleo y entran en mercado alcista tras cuatro años de correcciones
Tras transitar por un desierto durante más de cuatro años, las materias primas han llegado a su particular oasis. El Bloomberg Commodity Index, elaborado ponderando los recursos básicos en función del volumen negociado y de sus niveles de producción a escala mundial, se revaloriza un 23% desde que tocara mínimos en enero. En aquella fecha, los futuros de las materias primas cotizaban al nivel más bajo de su historia.
Desde los máximos registrados en marzo de 2011, el índice se desplomó nada menos que un 53%, una caída superior incluso a la registrada al desencadenarse la crisis financiera global de 2008, periodo en el que perdió un 50% de su valor. Pero desde que las commodities encontraron y consolidaron su suelo, los mercados asisten a una subida fulgurante. Este rebote, comentan los expertos, implica que las commodities han abandonado su espiral bajista y abren la puerta a futuras subidas.
Sin embargo, esta clasificación de mercado alcista no implica que el rally tenga necesariamente que prolongarse. “El sentimiento general es bueno, pero hay que mantenerse cautos, la fuerza de la subida se la ha dado principalmente el petróleo y eso podría cambiar”, señaló a Bloomberg Mark Keenan, director de investigación de materias primas para Asia en Société Générale.
- Una recuperación apoyada en el crudo
Y es que si el conjunto de las materias primas sube del orden del 20%, el crudo se anota una revalorización superior al 80% desde mínimos. El barril de tipo Brent resurgió de sus cenizas y, tras pagarse en enero a menos de 28 dólares, cotiza ahora por encima de los 50. “El mercado de petróleo sube de forma más explosiva que el de, por ejemplo, los metales básicos. Esto ocurre porque detrás hay un cártel que, con mayor o menor éxito últimamente, trata de sostenerlo”, explica Jeremy Baker, estratega de materias primas de Vontobel, en referencia a la importancia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
En mayo, el mercado de oro negro entró en déficit, como confirmó Goldman Sachs, por las caídas de la producción de varias de las mayores potencias petrolíferas. El incendio en Canadá puso en jaque las zonas de explotación del país. Asimismo, las revueltas en Nigeria redujeron su capacidad productiva a niveles mínimos de hace 20 años. En conjunto, entre Canadá, Nigeria, Venezuela y Libia, la caída de la oferta supera los tres millones de barriles diarios, aunque el mercado considera que se trata de una reducción temporal, explican los expertos.
A ello se le suma la caída de la producción de Estados Unidos cuyo fracking, de mayores costes de extracción, sufre ante los bajos precios del crudo. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que la capacidad productiva de Estados Unidos se reduzca en alrededor de 700.000 barriles diarios. Pero este descenso se ha ido produciendo ya de un tiempo a esta parte. Tomando como referencia los últimos 12 meses, el número de plataformas petrolíferas en funcionamiento ha menguado en 460, según el índice elaborado por la compañía Baker-Hughes. Pero no solo EE UU está reduciendo sus niveles de producción. Y es que nunca se había producido un descenso tan rápido de los niveles de bombeo de los países ajenos a la OPEP en los últimos 20 años.
Pero no solo del petróleo vive el rally del Bloomberg Commodity Index. El zinc, por ejemplo, ha superado los 2.000 dólares por tonelada por primera vez desde julio y es considerado por Goldman Sachs, la banca de inversión más bajista en lo que a las materias primas se refiere, “la excepción alcista de los metales”. El zinc, explica Keenan, ha registrado “el mejor comportamiento sobre el parqué de entre todos metales industriales, apoyado en sus fundamentales”. Asimismo, el experto augura que el precio se mantendrá al alza conforme el mercado se vaya moviendo hacia un déficit estructural.
El oro y la plata también están viviendo una segunda juventud. Las dudas sobre la economía global han reactivado a los metales preciosos gracias a su función de activo refugio. Los inversores han elevado enormemente su demanda sobre los futuros para utilizarlos como paraguas con el que capear la tormenta bursátil. Así el oro se revaloriza un 20% desde mínimos mientras que la plata sube un 26%.
Al margen de los metales, la soja reina en el mundo de la alimentación. Las condiciones climáticas adversas han puesto en jaque los cultivos tanto en Latinoamérica como en Estados Unidos, lo que ha provocado un repunte del precio de esta materia prima del 32%.
En líneas generales, además, la gran mayoría de recursos básicos han recibido el impulso de la debilidad del dólar, divisa en la que cotizan. La demora de la Reserva Federal de Estados Unidos a la hora de normalizar los tipos de interés ha provocado que el dólar cotice a la baja en el año frente a todas las grandes divisas, a excepción de la libra que sufre por el miedo al bréxit.