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Crisis en la empresa de ingeniería y renovables

La crisis de Inversión Corporativa obliga al cese del último Benjumea en Abengoa

La próxima junta de accionistas de Abengoa votará la salida de su máximo órgano de gestión del último de los Benjumea. La compañía ha incluido en el orden del día de la junta el cese de Javier Benjumea, hermano de Felipe Benjumea, presidente de Abengoa hasta el pasado mes de septiembre.

Un cese polémico pero poco significativo dado que la inyección de capital en la que trabajan los fondos y bancos acreedores supondrá la práctica desparición de los actuales accionistas de Abengoa.

La firma Inversión Corporativa (IC), que controla el 51% de los derechos de voto de Abengoa junto a la sociedad Finarpisa, y que está representada en el consejo de administración del grupo de ingeniería entre otras personas por Javier Benjumea, ha sido quien ha solicitado su cese.

IC explica que en una junta de accionistas celebrada el pasado 4 de noviembre, antes de que Abengoa solicitara al juez el preconcurso, acordó el nombramiento de los consejeros que la representarían en el órgano de dirección de Abengoa, entre los que no estaba Javier Benjumea. Una decisión que transmitió un mes más tarde a su participada, “a la vista que dicho consejero no presenta su dimisión voluntaria”.

Inversión Corporativa es el vehículo inversor de un grupo de familias andaluzas de abolengo. Su accionariado, según datos de 2014, está integrado principalmente por Palmera Nueve, sociedad de la familia Benjumea Llorente, con un 24,34% del capital; Olajangua (9,86%), de la familia Abaurre Llorente; Inayaba (15,2%), de los Aya Abaurre; Zaida XII (5,97%), de los Solis Guardiola, y RoyBlanca (7,81%), de Rafael Benjumea Benjumea.

En la justificación para la inclusión del cese de Javier Benjumea consta que dos consejeros de Abengoa, Ana Abaurrea, representante de Inayaba, y José Joaquín Abaurre Llorente, así como el secretario del consejo de IC transmitieron por burofax al consejo de Abengoa la inclusión de esta propuesta antes de que la junta se publicara, algo que no sucedió, y que ahora se ha producido como complemento.

Javier Benjumea fue nombrado consejero delegado de la compañía en 1986 y ejerció entre 1995 y 2007 como copresidente. En la actualidad, es consejero con funciones ejecutivas en Abengoa y presidente de su consejo asesor internacional. El empresario recibió del grupo de ingeniería una retribución de 2,6 millones de euros con cargo al ejercicio 2015, superior a los 2,05 de 2014. De esa cuantía, 1,3 millones corresponde a un bonus.

La salida, instada por sus socios en IC, de Javier Benjumea del consejo de Abengoa, se produce meses después de la dimisión de María Teresa Benjumea Llorente de su puesto como consejera y de la salida de Felipe Benjumea de la presidencia. Una salida instada por la banca acreedora, especialmente por Santander, que no evitó que siguiera en el día a día de la gestión de la compañía, puesto que continuó como asesor externo hasta febrero.

La junta de accionistas de Abengoa, que se celebrará el próximo 30 de junio no tratará el plan de reestructuración de la compañía tras la solicitud de preconcurso. Un asunto que deberá ser tratado en una junta extraordinaria. Una nueva cita para la que el consejo ha pedido autorización a la junta para convocarla con un plazo de 15 días.

Ni los fondos ganan ya dinero con la deuda

La deuda cotizada de Abengoa, por un nominal de unos 3.300 millones de euros, cotiza en mínimos históricos. Esto quiere decir que ningún inversor de los que entró en los bonos de la compañía con la expectativa de formar parte del equipo de rescate gana dinero. Las gestoras que se comprometieron en la puesta de largo del plan industrial y financiero, el pasado 16 de marzo, a inyectar liquidez ya registran pérdidas por su inversión en Abengoa. Hasta ahora, la mayoría de los fondos oportunistas –entraron ya con la deuda de la compañía a precios de derribo– contaba con un importante colchón que evitaba su entrada en pérdidas. Habían comprado la deuda con descuentos de hasta el 90% respecto al nominal, pero es que ahora esos bonos cotizan por debajo.

El anuncio, el 10 de marzo, de un acuerdo preliminar de refinanciación hizo que la deuda de Abengoa recuperara terreno con fuerza. La que vence en marzo de 2021 superó el 16% del nominal justo al día siguiente del anuncio. Pero ahora cotiza a menos del 5% del nominal. En similar situación están sus otras emisiones, como la que expira en febrero de 2018 y se paga al 4,9%. Los inversores ancla que Houlihan Lokey reunió fueron Attestor, BlackRock, Centerbridge, Delta –que había intentado crear su propio comité en un principio–, D.E. Shaw, Elliott, Eton, Invesco, KKR, Oak Hill y Värde. Ahora no está claro cuáles de estas gestoras aportarán dinero al plan de salvamento y en qué cantidad. El análisis detallado de la situación de las cuentas de la empresa ha provocado que varias se hayan echado atrás, como publicó el viernes CincoDías. Es así pese a que la necesidad de liquidez nueva ha bajado a una banda de 600 a 800 millones de euros, desde la inicial de 1.500 a 1.800, debido a la pérdida o venta de diversos proyectos.

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