Pero de verdad, ¿Existen los 1530 chimpancés?
EL REINO DEL REVES
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Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1.530 chimpancés
que si miras no los ves.
María Elena Walsh
El mito de Acteón y su encuentro fatal con la Diosa Diana, ha estado relacionado con la mirada (indiscreta o el concepto de voyeur) aunque yo prefiero relacionarlo con la visión (la mirada trasformadora que se produce tras la contemplación de la realidad). Prueba de lo primero es la existencia en Madrid de unos cines que se llaman precisamente así: Acteón. El voyuer el hombre que mira desde fuera es en cierto modo, un espectador (como los de un cine o un teatro) que miran lo que no está previsto que se mire.
I. En una de sus cacerías con sus más de cincuenta perros, Acteón tuvo la mala fortuna de encontrarse casualmente con la diosa Diana (Artemisa en la mitología griega) y su séquito de ninfas, mientras se bañaban desnudas en lo más profundo del bosque. El joven no se retiró sino que se quedó contemplando la escena con sus mortales ojos, extasiado ante la visión de la belleza de la diosa. Tan aturdido estaba que pisó una rama y Diana le descubrió.
II. La diosa, celosa de su intimidad, se enfadó tanto por haber sido expiada que (al no tener cerca de su arco y flechas) le lanzó a la cara agua del estanque. Otras narraciones del mito indican que se abalanza sobre él y le arrastra hasta fondo del agua. En cualquier caso, esta acción desesperada de Diana acaba produciendo una transformación en Acteón, se convierte en un ciervo.
III. Sus propios perros que no le reconocen, le rodean de manera agresiva. Acteón, que conserva su consciencia humana, intenta hablar con los perros. Es imposible, su garganta de ciervo no emite sonidos humanos. Sus propios perros se abalanzan sobre él, desoyendo los sonidos lastimeros que el ciervo emitía en su deseo de que lo reconocieran. Finalmente los perros le descuartizan y le devoran. Posteriormente estos mismos perros, desorientados y sin amo, le buscan desesperadamente. El centauro Quirón, su maestro, hace para los perros una estatua de Acteón para indicarles a quien habían atacado.
Diana y Acteón (1518) de Lucas Cranach.
La falta de intimidad
Durante el año 2012, las Olimpiadas en Londres, los visitantes de la National Gallery dentro de la muestra “Metamorfosis: Tiziano 2012” pudieron espiar a un mujer mientras se baña. Esta exposición enfrenta cuadros de Tiziano con las revisiones que de ellos han hecho artistas contemporáneos como Chris Ofili, Conrad Shawcross y Mark Wallinger. Destaco la “instalación” de éste último, ganador del premio Turner en 2007, llamada “Diana”: el público se introduce en una habitación a oscuras y a través de unos agujeros puede observar, al igual que hizo Acteón, a una Diana desnuda mientras se baña.
Las seis mujeres que se van turnando para protagonizar esta instalación se llaman Diana en la vida real, como el mito que representan y como otro personaje muy vinculado a falta de intimidad: la Princesa de Gales.
El youyer, que muere por su obsesión.
Para muchos no es fácil entender que se pueda sentir placer al observar, generalmente a escondidas, a personas desnudas, en vías de estarlo o practicando el acto sexual. Esta afición recibe el nombre voyeurismo. El voyerismo es una parafilia, caracterizada por la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir una excitación sexual. La actividad del voyerista no implica ninguna actividad sexual posterior. El riesgo de ser descubierto actúa, a menudo, como un potenciador de la excitación. No obstante, los voyeuristas sufren un importante sentimiento de culpa, teniendo una sexualidad disfuncional. Su vida se transforma y mueren socialmente por su obsesión.
Por último, me interesa en este mito tratar el tema de la mirada/visión de lo proyectado (realidad o no) y la posible transformación que provoca en el espectador. Esta última fase es la que me gustaría tratar y es Acteón un mito que sirve mucho a este propósito.
El mirar y el ver.
Mi interpretación, por ello he dividido el relato del mito en tres partes,:
I. El deseo de ver y no simplemente mirar.
II. La transformación brutal que se produce en el que VE la realidad (y no simplemente mira)
III. La reacción de los que solo miran
La peregrina idea de "empleo empleo" que las autoridades de los EEUU no casa con lo que podría llamarse ya las “primarias del cabreo” con candidatos al margen del establishment denotan insatisfacción grave y creciente en la sociedad. El modelo de progreso que les han vendido desde los 80's está haciendo aguas y no da más de si. La falta de una reforma equitativa de los costes que suponen transmutar la sociedad a un nuevo modelo de crecimiento esta llevando a una caída de los parámetros de funcionamiento y de revisión (ahora cabria decir de solamente mirada) de lo que está pasando.
La contaminación de ideas
Exposición “Cuidado con la cabeza” de Bernardí Roig en la sala Alcala 31 de Madrid. Roig es un artista que tiene una obsesión especial con Acteon y la mirada. Aunque el mito no lo trata en la manera en la que a mí me interesa, puede ser una actividad complementaria.
Me gustó mucho: los conceptos que se ponen interesadamente unos al lado de otros para contaminarse. O la utilización del color blanco y la luz directa e intensa para restar “dureza” a cosas que en puridad (sin esos artificios) nos causaría una fuerte repulsa.
Cuidado con lo que llevamos en la cabeza, nos puede jugar una mala pasada para ver la realidad.
Bernadí mezla nombre de grandes compositores, con apellidos de personajes que (en nuestra subconsciente) nos resultan repulsivos. Quizás la mirada de la realidad es ahora más suave que si vinieran los nombres de éstos últimos con sus nombres reales.
Intente pensar si lo ve igual si se presentase de esta manera (una muy pequeña alteración):
Todos juegan a contaminar los conceptos con el intento claro de transfomar/imposibiltar la visión para que nos quedemos son con la mirada de la realidad.