¿Es una buena inversión comprar diamantes?
Solo algunas piedras excepcionales se revalorizan después de la compra.
El diamante azul Oppenheimer Blue consiguió el miércoles por la noche un nuevo récord mundial. La impresionante piedra de 14,62 quilates se convirtió en el diamante tallado más caro del mundo con un precio de 51 millones. La venta de Christie's, que organiza en Ginebra dos veces al año subastas de alta joyería, tiene lugar al día siguiente de la de Sotheby's, su gran competidor, vendiese el diamante rosa Unique Pink, de 15,38 quilates y tallado en forma de pera, por 28 millones. Otro récord. Ehud Laniado, presidente de Cora Internacional, propietaria de la piedra, se declaró en una entrevista a AFP “muy satisfecho por el precio obtenido”, a pesar de situarse por debajo de la estimación inicial. Estas cifras estratosféricas plantean una pregunta: ¿son los diamantes una buena inversión?
Lo primero que hay que saber es que, en contra de lo que se piensa, estas piedras no son tan raras o difíciles de extraer. En Estados Unidos, por ejemplo, los diamantes son los objetos más comunes en los hogares después de la televisión, según explica el periodista Edward Jay Epstein en el libro Auge y caída de los diamantes. Este dato demuestra que existe un mercado importante, pero, como advierten los expertos, esto no es sinónimo de que las piedras se revaloricen y sean una buena inversión en todos los casos.
Como experimento, Epstein decidió comprar un diamante en el icónico distrito de los diamantes de Nueva York, con la intención de venderlo posteriormente, y determinar si era o no una buena inversión. Una semana después de comprar una piedra por unos 2.000 dólares (unos 1.800 euros al cambio) intentó venderlo en donde lo había comprado. Solo le ofrecieron entre 300 y 400 dólares (entre 265 y 350 euros al cambio). En tan solo siete días, la piedra había perdido el 80% de su valor. El volumen de la oferta es tan importante que el precio en el mercado de segunda mano se reduce de inmediato nada más comprarlo. Como ocurre con un coche nuevo.
Subastas
El experimento no puede extrapolarse, sin embargo, a todos los casos. Los expertos resaltan que en el mercado primario –normalmente a través de subastas- se pueden conseguir buenas inversiones. Según estiman, en los últimos 12 meses, la revalorización media de una de estas piedras es superior al 50% No importante si está tallado o no, sino sus posibilidades. Precisamente, este mercado vivirá el próximo 29 de junio un día histórico con la subasta en Londres de la piedra sin tallar Lesedi la Rona, considerado el segundo diamante más valioso y bello del mundo tras el Cullinan, de donde salió la piedra que luce hoy la Reina de Inglaterra en su corona, cortada por un maestro artesano a principios de siglo. La piedra, encontrada hace unos meses en Botswana, tiene 1.111 quilates y se espera que alcance un valor de mercado en torno a los 70 millones de dólares. Se espera que una vez pulido sea el diamante más grande del mundo.
Los diamantes han sido históricamente joyas de reyes y reinas porque eran considerados preciosos y difíciles de encontrar. Los avances tecnológicos, la aparición de nuevas minas y la competencia han generalizado su comercialización mundial. Hoy el precio oscila entre los 3.000 dólares y 27.000 dólares el quilate (entre 2.600 y 24.000 euros al cambio) dependiendo de la calidad. A la competencia empresarial se le une la de estados que exigen parte beneficio de la venta de los diamantes. La suma de todo lleva a muchos analistas a pensar que, a pesar de que su venta se ha disparado por la demanda en China, Asia en general, la India y el Golfo, los diamantes ya no son el negocio que era, pese a los intentos de revitalizarlo.
El valor y el precio de un diamante, explican los gemólogos, dependen fundamentalmente de la rareza, la calidad y las posibilidades de encontrar un comprador. Solo a través de las casas de subastas está “garantizado” que el precio de los diamantes pueda ser superior al de la compra. En realidad solo los diamantes excepcionales consiguen un precio excepcional, el resto, desde el mismo momento de la compra pierden valor.
De Beers, la quintaesencia de los diamantes
El mercado primario de diamantes se ha reducido en los últimos años ha unos pocos empresas. En 2014, la minera Anglo American compró, por entorno a los 4.500 millones, el 40% que seguía manteniendo la familia Oppenheimer en la legendaria De Beers, la más importante del mundo, alcanzando una participación mayoritaria del 85%.
De Beers fue durante muchos años la quintaesencia de los diamantes. En la década de los noventa extraía la mitad de todos los del mundo y controlaba el 80% de las ventas. El escándalo de los denominados Diamantes de sangre, obtenidos en zonas de guerra bajo condiciones inhumanos, hizo que su cuota de mercado se desplomase a pesar de asumir el compromiso de comercializar solo aquellas piedras en la que controlaban todo el proceso desde su extracción.
Sin embargo, De Beers sigue produciendo el 35% de los diamantes del mundo. Se enfrenta a la competencia de Alrosa (empresa minera de diamantes respaldada por Rusia), y con otras como BHP Billiton y Rio Tinto, que conjuntamente extraen el 17% de los diamantes del mundo.