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Proyecciones económicas

BBVA prevé que el PIB crezca el 2,7 % hasta 2017

Estima que España creará un millón de puestos de trabajo entre 2016 y 2017 Alerta del riesgo de que se produzca un cambio negativo en la política económica.

La marcha de la economía española según el BBVA

La recuperación continúa”, según ha dejado hoy claro Rafael Doménech, economista jefe de Economías desarrolladas de BBVA Research. Es más, avanza a buen ritmo. De hecho, los economistas del servicio de estudios de esta entidad –que hicieron ayer público su Informe de situación de España del segundo trimestre– mantienen, que la economía española “crecerá en el entorno del 2,7% con claros sesgos al alza en 2016 y a la baja en 2017”, añaden.

De hecho, a medida que pasan los meses, la probabilidad de el PIB crezca este año más del 2,7% es “creciente”, dijo Domenech. Es más, desde el BBVA observan que los últimos indicadores conocidos del mes de abril reflejan que la creación de empleo y la demanda interna mantienen su dinamismo, por lo que el economista jefe de este equipo, Jorge Sicilia, estimó que la economía española volverá a crecer, por cuarto trimestre consecutivo, un 0,8%, frente al 0,6% con el que estos expertos habían configurado su previsión de crecimiento para el presente ejercicio. Por ello, si esto se confirmara, el BBVA debería revisar al alza el crecimiento para este año.

En este escenario, Doménech aseguró que “la economía española está creciendo pero podría crecer más”, si no fuera por el impacto negativo que ya está teniendo sobre el PIB la situación de incertidumbre política que se vive desde enero.

En concreto, creen que “podría estar restando al crecimiento del PIB, tres décimas en 2016 y cinco en 2017”. Es más, añaden que “si la incertidumbre se incrementa, o incluso si no se disipa favorablemente, podría tener un impacto relevante sobre las decisiones económicas de empresas y familias”.

En este punto, Doménech fue más allá, al sugerir que dicha incertidumbre podría no disiparse sólo por el mero hecho de que se forme un Gobierno, porque “un Gobierno estable puede provocar incertidumbre y viceversa”.

De esta forma dejó entrever que el color del futuro Ejecutivo –que no precisó– servirá para acabar en mayor o menor medida con el impacto negativo de la incertidumbre sobre la economía. “Para revertir este impacto es recomendable continuar con un proceso ambicioso de reformas de la economía que consoliden el crecimiento y la creación de empleo de calidad”, insistió Doménech.

Dicho esto, estos expertos apuntaron que otros efectos “más que compensan” el efecto negativo de la incertidumbre sobre la economía. Dichos efectos son, por ejemplo, el avance de la inversión en bienes de equipo o la recuperación de la demanda interna generada por el aumento de la renta disponible causada por la mejora del mercado laboral o la rebaja fiscal. Asimismo, los conocidos como vientos de cola (en especial el bajo precio del petróleo, junto con la política monetaria y el crecimiento europeo moderado) seguirán contribuyendo al crecimiento español, aunque irán perdiendo fuerza en los próximos años.

Los riesgos

Esta pérdida de fuerza, es uno de los sesgos a la baja que condicionaran el crecimiento en 2017. Además, el próximo año, el efecto de la incertidumbre política será mayor, porque, según explicaron los economistas de BBVA, “se trata de efectos acumulativos en el tiempo;la respuesta de la actividad a estas situaciones no es inmediata”. Así, aunque la mayor incertidumbre se esté viviendo en la primera mitad de 2016, sus efectos, al igual que ocurriría con la incertidumbre causada por una crisis financiera, “tienen un desfase temporal de dos o tres trimestres”.

Otro de los riesgos internos de la economía española que suponen un sesgo a la baja en la actividad económica es la tensión fiscal para cumplir los objetivos de déficit impuestos por la Unión Europea. En este sentido, BBVA precisa que “la política fiscal dejará atrás el tono expansivo que le caracterizó en 2015” y será neutral ya en 2016 y en 2017. Así, esperan que este año y el próximo el ciclo económico vuelva a contribuir en la corrección del deterioro fiscal, tanto por el efecto de los estabilizadores automáticos como por una menor presión de la carga de intereses y de las prestaciones sociales.

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