La banca coge las riendas de Isolux mientras reestructura la deuda
Los bancos de Isolux están supervisando hasta el último movimiento del grupo mientras articulan el rescate financiero. CaixaBank y Santander ultiman un pacto con el resto de acreedores para la inyección de un primer pago de 50 millones que otorgue liquidez esta misma semana.
La banca sigue enzarzada en el cierre de la fórmula para sacar a flote a Isolux, aunque ya interviene en el día a día de la empresa. El pasado martes tuvo lugar una reunión del consejo de administración de la constructora en el que se trató el rescate, pero las aportaciones no acaban de llegar. Entre tanto, el comité de seguimiento de la reestructuración, dirigido por el exdirectivo de Repsol Nemesio Fernández-Cuesta, está encima de la gestión financiera.
Al ejecutivo, llamado a revelar a Luis Delso en la presidencia de Isolux en cuanto los bancos tomen el control, se le ha visto ya en la sede central del grupo. Y fuentes cercanas a las negociaciones explican que han sido suprimidas las firmas de los directivos de Isolux que servían de plácet para cualquier tipo de movimiento contables en la compañía. Ahora son los bancos, encabezados por Fernández-Cuesta, quienes autorizan cualquier tipo de transferencia, interponiéndose entre las divisiones de Isolux y la dirección financiera que encabeza Álvaro Delso, hijo del presidente.
Santander y CaixaBank piden al resto de acreedores que no retiren avales
El principal prestamista, el Santander, y otro de los acreedores de referencia, y además accionista, CaixaBank, intentan cerrar un acuerdo con otras nueve entidades (Popular, Sabadell, Société Générale, Unicaja, ICO, Liberbank, Natixis y Bankinter) para lanzar el salvavidas. Al parecer, aún no ha sido sometido a votación. Y es que, además de estos 11 bancos, deben hablar cerca de 40 más, a los que se está pidiendo que mantengan sus acuerdos de financiación y avales a la compañía. “Estos acreedores no van a aportar liquidez, pero sí se les pide que no corten lazos con Isolux, al menos durante el proceso de reestructuración”, expone una de las fuentes consultadas.
De los 200 millones que aportarán los 11 bancos, CaixaBank pone sobre la mesa 100 millones, mientras los 100 millones restantes se prorratean entre el resto en función de su exposición a la deuda corporativa de Isolux. El pago de los primeros 50 millones, para atender las nóminas y otros gastos corrientes, se esperaba en la empresa entre el jueves y el viernes de la semana pasada, pero no ha llegado aún. Entre el frente de bancos hay quien asegura que la transfusión es inminente.
Otro hito que la banca quiere cumplir antes del verano es la capitalización de deuda, operación por la que los actuales accionistas de control, Luis Delso y el vicepresidente José Gomis, verían diluida sus participaciones al entorno del 5%.
Los acreedores de Isolux dan por descontado que habrá una quita en los algo más de 2.000 millones de deuda afectada por la reestructuración, pero el acuerdo definitivo, explican, depende del éxito del plan de desinversiones. El Santander está intentando colocar las líneas de distribución eléctrica que el grupo tiene en concesión en Brasil, mientras está abierta también la venta de la compañía fotovoltaica T-Solar.
Presión por impagos en Estados Unidos
El traspaso de las autopistas de Isolux Infrastructure a PSP, que ahora agrupa nueve carreteras de peaje en la nueva Roadis, ha dejado una patata caliente en manos del fondo canadiense.
El problema llega desde Estados Unidos, donde el Departamento de Transportes de Indiana (EE UU) ha llegado a advertir a Isolux sobre posibles acciones legales si no se ponía al día con el pago a sus proveedores y subcontratistas en la obra de la autopista I-69. El retraso, según apunta la Administración, alcanzaba los nueve meses. De hecho, el estado de Indiana, que ha capeado recientemente con el concurso de la Indiana Toll Road que Ferrovial ha terminado vendiendo, lanzó un ultimátum para que Isolux regularizara la situación en un máximo de diez días. Fuentes cercanas a las negociaciones aseguran que los pagos han sido subsanados.
PSP se ha hecho con el 100% de la concesión, aunque el contratista de la obra sigue siendo Isolux. En todo caso, es el fondo canadiense de pensiones el que ahora responde ante Indiana.
Además del impago de certificaciones a las subcontratas, la obra acumula retrasos cercanos a un año en su ejecución, lo que, junto a la situación financiera de Isolux, ha movido a Fitch a rebajar la calificación de la deuda que cuelga de la infraestructura, a BBB- con perspectiva negativa. La adjudicación de la ampliación de la sección 5 de la I-69, entre Bloomington y Martinsville, fue la primera de Isolux en una autopista de Estados Unidos. Se produjo en febrero de 2014 por 325 millones de dólares, inversión que el consorcio de Isolux y PSP financió con bonos de proyecto (Private Activity Bonds) por 252 millones de dólares.
PSP tendrá 35 años de plazo de explotación bajo la modalidad de pago por disponibilidad (sin riesgo de tráfico).