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Tecnología digital en automoción

Conozca cuánto sabe el coche de usted

Mejoran la seguridad vial, pero los vehículos telemáticos tienen ojos que saben cómo conduce, dónde aparca, a qué velocidad circula y sus desplazamientos.

Son más seguros, más amenos y mucho más fardones, pero los coches conectados siempre dejan un rastro. ¿Estaría dispuesto a desvelar cuántas veces va al cine al mes, si duerme la siesta a diario o ve películas porno? Seguramente que no. Pues su coche conectado sabe más de usted de lo que se cree: cuántos viajes ha realizado, los kilómetros que ha recorrido, los destinos que ha introducido en el navegador, dónde aparca y hasta su modo de conducir.

Estos son solo algunos de los datos que recaban y pueden transmitir los vehículos nuevos con funciones de conectividad, según recoge un estudio elaborado por la Federación Internacional de Clubs de Automovilismo (entre ellos el RACE) sobre dos modelos de vehículos, uno de combustible y uno eléctrico, concretamente de la marca BMW.

Son incalculables los datos que puede recabar un coche conectado. Eugenio de Dobrynine, director general y abogado de la Fundación Comisariado Europeo del Automóvil (CEA), comenta que “no hace falta ser un lince” para darse cuenta de que la simple llave de contacto (el mando de cierre) que vuelcan los mecánicos en el ordenador del concesionario ya registra información del vehículo, y de paso del conductor, sobre los kilómetros hechos, las incidencias del motor y los cambios de aceite o de las pastillas de frenos.

Este informe solo es un grano de arena más que ha ayudado a tomar conciencia desde Europa de la necesidad de proteger la privacidad de estos datos, a la postre, personales. Aunque en España, al igual que en el resto de países europeos, ya existen leyes nacionales sobre la protección de datos, asegura Alejandro Touriño, director de nuevas tecnologías de Legálitas.Antes del verano se desarrollará un nuevo reglamento de una directiva europea para regular el uso indebido de estos datos con mucho más rigor.

Uno de los cambios es el fuerte endurecimiento de las sanciones, actualmente situadas en unos 600.000 euros, y que a partir del verano se fijarán de acuerdo a un porcentaje sobre los ingresos de la compañía, lo que elevará considerablemente las cuantías.

FUTURO. NUEVOS PATRONES


Previsiones: a finales de esta década el mercado de coches conectados llegará al 90%, según el proveedor de servicios Octo Telematics.


Compradores: el 20% de los compradores de coches no sabe que su vehículo está conectado, señala un estudio de la empresa TNS.


Concesionario: el 16% de los propietarios de estos coches asegura que ningún comercial les mostró las funciones de conectividad cuando fueron a comprarlo.


Internet: ocho de cada 10 usuarios asegura que renovaría el servicio de conectividad a través de internet, pero el 30% lo haría a través del concesionario.

El problema no está en recopilar este preciado tesoro en la era del big data, sino cómo van a ser tratados, quién tendrá acceso a ellos y cuál será su finalidad. Porque, según Touriño, además, en la compra de un coche conectado, ningún concesionario informa al comprador sobre los datos que se van a recabar y cuál será su utilización como establece la normativa.

Es más, actualmente, el 20% de los compradores de este tipo de coches no sabe que tiene funciones de conectividad, desvela un estudio de la compañía TNS, y, claro está, mucho menos sus repercusiones.

De momento, parece ser que solo los fabricantes tienen acceso a ellos y el uso, según Dobrynine, será sobre todo comercial, pero, “¿quién nos asegura que no son transmitidos a la DGT, a las aseguradoras o a otros proveedores de servicios, como concesionarios, gasolineras o peajes, entre otros?”.

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Apenas algo más del 10% de los coches está conectado, pero de acuerdo con un estudio del proveedor de servicios Octo Telematics, al final de la década alcanzará al 90% del total del parque de vehículos.

Y aunque de momento la utilización de los datos puede ser visto con recelo por algunos interlocutores del sector, cuentan en esta compañía, también puede convertirse en una herramienta para que los conductores negocien mejores precios con las compañías aseguradoras.

La fiscalización en este tipo de coches, dotados de navegador, GPS, Bluetooth y multitud de aplicaciones descargadas en el dispositivo móvil es muy amplia y afecta no solo a las circunstancias del vehículo, sino también a las actitudes del conductor al volante.

Respecto al mantenimiento del coche tradicional, la conectividad recaba las revoluciones máximas alcanzadas por el motor, el kilometraje y el estado de los faros. Y en los vehículos eléctricos, es capaz de saber la calidad de la carga de la batería y el uso del enchufe de carga, además del kilometraje.

Se han escrito ríos de tinta sobre las ventajas de estos coches y su ubicación permanente. Gracias a los geolocalizadores, uno de los avances más importantes de los últimos años en materia de seguridad vial, los ocupantes pueden ser localizados y atendidos con más rapidez ante un accidente.

Pero también ha sido cuestionado por ser una de las herramientas que más controla a los conductores. ¿Y si quiero perderme en una isla desierta?

Los coches eléctricos registran las últimas 100 localizaciones de aparcamiento empleadas por el conductor, los destinos introducidos en el GPS e incluso dónde el conductor conectó con otro medio de transporte (tren o autobús).

El control (aunque también las ventajas) será aún mayor a partir de 2018, fecha desde la cual todos los vehículos estarán obligados a incorporar el eCall (llamada automática) de emergencia. Un dispositivo móvil con grabación que además de comunicarse con los servicios de emergencia, el 112, en caso de accidente, también recoge otros datos, como el tipo de coche, el momento y lugar del siniestro, número de víctimas, etc.

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La forma de conducir del automovilista es otro de los ejes que el coche telemático registra y que sería oro molido en manos de las aseguradoras. Cuestiones como la tensión de los cinturones de seguridad, debido a frenazos o paradas bruscas; las rutas realizadas; las distintas posiciones del asiento del conductor, que determina cuántas personas han estado al volante, entre otras cuestiones, ayudan a definir el modo de conducir.

Asimismo, conoce los lugares donde fue recargado el coche y la ubicación, la forma de conducir, más tranquila o más agresiva, y las averías sufridas, también en los coches eléctricos.

Tecnología que actúa de ‘coaching’ vial para los conductores

Según Ignacio Lijarcio, director de proyecto de la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial), de momento existen dos tipos de tecnología, que obran como una especie de coaching vial. La primera es la implantada dentro del vehículo, que tiene la función de asistencia a la conducción tanto activa como pasiva, como son el asistente de aparcamiento, el control de velocidad o la toma de curvas y decodificadores de las señales de tráfico o de obstáculos no detectados por el conductor.

Esta tecnología ya está incorporada en muchas marcas de vehículos y, en breve, actuarán a través de la red, lo que proporcionará a los conductores información real sobre plazas de aparcamiento, semáforos, colisiones, entre otras muchas cosas.

La segunda es la que aglutina las aplicaciones (apps) descargadas en el móvil o cualquier otro dispositivo inteligente que a su vez están interconectados con el coche a través de tabletas, del ordenador o el portátil. Además, cada vez se está popularizando más la implantación de aplicaciones que miden la destreza de los conductores en función de unas variables como la frenada, la toma de curvas o el exceso de velocidad. Todas estas soluciones, a juicio de Lijarcio, siempre que no sirvan de distracción, ayudan a mejorar la conducción y la formación de los conductores, algo que repercute positivamente en la seguridad vial.

Pero todas recaban información personal de los usuarios, algo que no acaba de gustar a los conductores. En una encuesta realizada por FIA (Federación Internacional del Automóvil) a 12.000 europeos, el 88% se mostró preocupado por la divulgación de la información privada y el 90% consideró que únicamente pertenece al propietario o al conductor del vehículo.

Ciberrobo a distancia

Dejando a un lado el debate sobre la intimidad de los datos personales de los conductores, los coches telemáticos tienen ventajas y desventajas. Es más fácil localizar un coche robado si tiene instalado, por ejemplo, una geolocalizador, un navegador o incluso una caja negra (black box).

Son todos ellos dispositivos que han empezado a popularizarse y que algunas compañías aseguradoras animan a los clientes a instalar por su utilidad, ya que ayudan además a contrarrestar el fraude.

Gracias las pequeñas cámaras de vídeo que incorpora la caja negra, que tiene el mismo espíritu que las que incorporan los aviones, las compañías de seguros pueden esclarecer con mayor seguridad quién ha sido el culpable en un accidente o cómo han sucedido los hechos, entre otros.

Actualmente, algunas aseguradoras bonifican a los clientes que cuentan con este dispositivo y en algunos casos ellas mismas contratan con los clientes su implantación.

Además, todos los dispositivos de este tipo en los coches son herramientas muy eficaces para la localización de coches robados o alertar ante cualquier emergencia.

La cara B de esta nueva tecnología es la piratería de los vehículos con conectividad. Eugenio de Dobrynine, de CEA, explica que, al igual que los propietarios pueden conectarse con el coche desde un dispositivo móvil, las bandas de tráfico ilícito de vehículos pueden también localizar o abrir el coche a distancia; ponerlo en marcha con el apoyo de un ordenador, vía Bluetooth, e incluso hacerse con una copia de las llaves.

Además, son muchos los datos personales que pueden obtener de los conductores: teléfono, nombre, correo electrónico, domicilio, cuenta de Facebook...

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