Tras Doha el petróleo se desploma y vuelve a subir
Pánico absoluto. Esa era la única emoción que pasaba por la mente de los inversores cuando, a las 12.1 horas de la madrugada del domingo al lunes, abría el mercado del petróleo que, para el barril de Brent, referencia en Europa, cedía de manera instantánea un 7% de su valor, hasta los 40,10 dólares. El fracaso de la cumbre en Doha entre los mayores productores del mundo a la hora de encontrar un acuerdo que estabilizara el mercado suponía un varapalo difícil de digerir pero que, al menos ayer, se consiguió tragar con entereza.
Al cierre el crudo cedió con un descenso del 0,44%, hasta los 42,91 dólares por barril, un mal menor si se tiene en cuenta el hundimiento inicial, aunque las perspectivas no invitan al optimismo. “Tras el fracaso de la reunión de Doha los precios del crudo podrían tocar los 30 dólares en días. Es un escenario extremadamente bajista”, señalan desde Natixis. Y es que la recuperación del precio del petróleo, que tocó suelo en los 27,88 dólares el pasado 20 de enero, se produjo con los rumores que apuntaban a un pacto entre Rusia y Arabia Saudí, los dos mayores productores de oro negro del mundo.
El 16 de febrero estas conversaciones se materializaron en un preacuerdo de congelación de la producción a niveles de enero, la semilla del texto que debía ser ratificado por las grandes potencias en Doha y, sobre él, el crudo avanzó más de un 35%, una subida que ahora muchos ven en riesgo.
Pero los miedos no quedan circunscritos únicamente al mercado del petróleo. Desde hace meses, el rey de las materias primas y las Bolsas de Europa y Estados Unidos han mantenido una correlación que, por momentos, llegó incluso a alcanzar niveles superiores al 80%. Pese a ello, la influencia del crudo en la renta variable se ha limitado con el paso del tiempo, como señala Lukas Daalder, director de inversión de Robeco, que considera que “el petróleo está perdiendo su capacidad de lastrar los mercados financieros, ya que éstos han sabido reflejar mejor los riesgos asociados a él y, con el paso del tiempo, los efectos positivos de sus bajos precios irán cobrando protagonismo”.
- Presiones alcistas
Varios analistas justifican la moderación de las caídas del precio del crudo a lo largo de la sesión como una reacción al cierre de las posiciones cortas de los inversores que apostaron el viernes a que la cumbre finalizaría sin acuerdo. La incertidumbre con respecto a la reunión era tal que, incluso con las filtraciones de la agencia de noticias Interfax que apuntaban a que el acuerdo ya se habría cerrado el martes pese a la negativa de Irán, las previsiones estaban al 50%.
Pero no solo de operativas bursátiles vivió la recuperación del precio del crudo a lo largo de la sesión. Los inversores más optimistas centraron sus miradas hacia las huelgas que se viven desde hace dos días en el sector petrolero de Kuwait, país que, a la fuerza, verá reducidos sus niveles de producción aliviando la saturación del mercado, al menos el tiempo que duren las protestas.
A ello se le sumó, además, las declaraciones de Omán (el mayor productor del Golfo no perteneciente a la OPEP) en las que se mostró dispuesto a hacer de intermediario entre Arabia Saudí e Irán, disputa que llevó a que el acuerdo en Doha no pudiera materializarse, toda vez que el país persa se negó a congelar su producción tras haberse librado en enero de las sanciones comerciales que paralizaron su industria.
Por último, y casi al cierre de los mercados en Europa, el crudo recibió otro impulso con la publicación del recuento de plataformas petroleras en Estados Unidos elaborado por Baker Hughes. Según este índice, la industria de EE UU sigue sufriendo y pierde ya 514 plataformas en un año, lo que reduce los niveles de producción del país.