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Crisis política en Brasil

Rousseff afronta mañana la votación decisiva del parlamento

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.REUTERS

La presidencia de Dilma Rousseff afronta sus horas más complicadas. Durante estos días se está abordando el debate en el parlamento brasileño que desembocará en una decisiva votación mañana en la que los diputados decidirán si abren un impeachment (juicio político) por los casos de corrupción que afectan a su Gobierno.

La oposición sabe que es complicado que triunfe su intento. La iniciativa precisa de dos tercios de los votos del parlamento brasileño y una minoría simple en el senado. En caso de confirmarse en la votación que 342 de los 513 diputados dan su visto bueno a la apertura de juicio político contra Rousseff, se abre un periodo de 180 días durante los cuales la presidenta cesaría en su cargo.

Durante el largo debate que se esta produciendo en el parlamento durante las últimas horas, Rousseff cuenta con el apoyo de su partido, el Partido de los Trabajadores, que tiene 57 diputados. También han prometido su voto favorable el PDT, que tiene 20 diputados, y el Partido Comunista do Brasil, que cuenta con 12. Juntos suman 99 diputados, por lo que necesitará sumar todavía algunos apoyos más.

Michel Temer, vicepresidente del Gobierno, sería el que asumiera el poder durante este periodo. El representante ha remarcado este sábado que mantendrá todas las reformas sociales que ha acometido Rousseff durante su mandato, frente a las voces que apuntaban a un cambio en la política económica. Rousseff ha sido la primera que ha alzado su voz contra el miembro de su gabinete considerándole el principal impulsor de la votación en su contra.

La presidenta de Brasil ha señalado este sábado en una entrevista con el periódico Folha de Sao Paulo, que lo que pretende la oposición es un "golpe de Estado" contra un Gobierno democrático. Rousseff ha pedido a los diputados indecisos que les den su apoyo porque la historia “honrará la biografía” de los que voten en contra de su destitución.

La mayoría de los opositores basó sus argumentos en la supuesta responsabilidad de Rousseff en unas maniobras contables realizadas por su Gobierno en 2014 y 2015 para maquillar las cuentas públicas, que es el principal elemento de la acusación, y en los casos de corrupción que han salpicado a parte del oficialismo.

Pero algunos diputados aludieron a cuestiones morales o de otra naturaleza, como el diputado Marco Feliciano, que es un pastor evangélico del Partido Social Cristiano (PSC), y acusó al Gobierno de “pervertir” a las familias, por su propuesta de incluir la educación sexual en el programa escolar.

El diputado derechista Jair Bolsonaro, del PSC, acusó a Rousseff de tramar un atentado terrorista “de proporciones razonables” para negarse a abandonar la Presidencia.

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