Aston Martin: el coche con traje de lord y corazón de James Bond
Aston Martin es el paradigma del buen gusto británico unido a su tradición automovilística
Los modales exquisitos, el té de las 16.00 horas, los trajes a medida confeccionados en Savile Row Street... Suele distinguirse a la clase alta británica, puede que con cierta exageración, como una de las más refinadas que existen, si no la que más. Gente que tiene en cuenta todos los detalles para dejar bien claro cuál es su estatus social. Y en ese aspecto, el coche es un elemento fundamental. No es casualidad que algunas de las marcas de lujo más icónicas y exclusivas tengan su origen en las islas británicas, un lugar, además, donde la industria automotriz tiene un gran arraigo. Pero si existe una marca que reúne esa combinación de estética marcada por la elegancia bien entendida, que aporta un plus de exclusividad a quien lo conduce, y que además contiene todo lo bueno de la industria, esa no es otra que Martin. Aston Martin.
Cronología
1913 . Robert Bamford y Lionel Martin fundan la compañía Bamford & Martin Ltd, enfocada a la venta de automóviles, y germen de la posterior Aston Martin. 1914. Ese año, Martin participa en la carrera Aston Clinton Hill Climb, con un coche fabricado por él y por su socio. Gana la carrera, y a partir de ahí, bautiza el coche como Aston Martin, uniendo su apellido a la competición que le dio ese éxito.
1920. Después de los años de la Primera Guerra Mundial, que frenó los planes de crecimiento de la empresa, Robert Bamford decidió abandonar la compañía, que durante esa década vivió momentos que le acercaron a la desaparición.
1926. La empresa se declara en bancarrota, y Lionel Martin sale de la empresa. Apenas 13 años de su creación, ninguna de los dos fundadores queda ligado a ella. Un grupo de inversores se hace cargo de ella para salvarla de la desaparición.
1939. Tras otra década de grandes dificultades económicas, se desvela el prototipo del Aston Martin Atom. Nunca llegaría a entrar en producción, pero su diseño sería crucial en el devenir posterior de la marca.
1947. Ese diseño convence al empresario David Brown para comprar Aston Martin. Con él, la marca viviría su época más gloriosa, con el nacimiento de los modelos DB.l 1964. El modelo DB5 aparece por primera vez en una película de James Bond:Goldfinger.
1972. David Brown vende Aston Martin, que vuelve a sumirse en problemas.
1987. Ford adquiere la compañía, y la dota de su mayor periodo de estabilidad. En 2007 la vende al multimillonario David Richards por 700 millones.
El coche favorito de James Bond y de la jet set británica que nació hace 103 años fruto de la pasión por los coches de Lionel Martin y Robert Bamford, fundadores de la compañía. Ambos eran vendedores de automóviles que, allá por 1912, decidieron unirse en la sociedad Bamford & Martin Ltd, dedicada al mismo negocio. Pero Martin, además, era un aficionado de las carreras de coches, y en 1913 compitió en la carrera Aston Clinton Hill Climb, una prueba de velocidad muy popular en la época que se desarrollaba por las calles de Buckinghamshire. Martin quedó en buena posición y decidió que, para competir en la siguiente edición, lo haría con su propio coche. Para ello contó con la ayuda de su socio, Bamford, ingeniero de profesión, y dieron forma a un coche que se conoció como Coal Scuttle.
Fue el primer Aston Martin de la historia, y, a partir de ese éxito, Martin decidió unir su apellido a la carrera que le había dado un cierto reconocimiento, para así crear la denominación Aston Martin para los modelos que iban fabricando. Pero esos comienzos ilusionantes se vieron frenados por la Primera Guerra Mundial. El conflicto hizo que no pudieran iniciar sus planes de producción, en las instalaciones que habían adquirido en el barrio de Kensington, en Londres. Martin se unió a la marina real, mientras que Bamford hizo lo propio, pero en el ejército de tierra. Los años posteriores a la guerra fueron una sucesión de problemas.
En 1920, Bamford abandonó el negocio, centrado en la fabricación de coches de carreras,combinados con modelos de calle. Un ejemplo es el conocido como A3, fabricado en 1922, y que es el Aston Martin más antiguo que se conserva, gracias a que una asociación dedicada a preservar la historia de la marca, la Aston Martin Heritage Trust. Un inversor, Louis Zborowski, dio durante aquella época financiación a la compañía, pero falleció mientras participaba en una carrera de coches. Solo dos años después, la empresa se declaró en bancarrota, y Lionel Martin también se desligó de ella. El negocio pasó a manos de Bill Renwick y Augustus Bertelli, los primeros de la larga lista de propietarios que se sucedieron durante los años 30. A finales de la década, la Segunda Guerra Mundial obligó a Aston Martin, que había trasladado sus instalaciones fuera de Londres, a trabajar para el ejército, fabricando componentes para aviones. Pero antes, en 1939, se había dado forma al Aston Martin Atom, un prototipo que suponía un cambio radical en el diseño. No llegó a fabricarse, pero fue el gran motivo por el que David Brown, en 1947, decidió adquirir la marca. Un empresario de éxito que ya había comprado Lagonda.
La llegada de Brown es un momento clave en la historia de Aston Martin. La salvó de la bancarrota y la convirtió en una marca de éxito, gracias al nacimiento de los modelos DB, las siglas de su nombre y apellidos. Inspirados en el Atom, y con motores de gran potencia, enamoraron a los clientes y a James Bond. El DB4 fue el primer Aston Martin con motor y componentes fabricados al 100% por la empresa, y el DB5, el primero en ser conducido por el agente secreto, en la película Goldfinger, de 1964. Fue la época dorada de la marca, que en los 70 volvió a vivir en la incertidumbre. Brown la vendió en 1972, y la nueva propiedad dejó de fabricar los DB. La empresa vivió en el alambra hasta que Ford la adquirió en 1987, y la impulsó hasta tal punto que la vendió en 2007 por 700 millones de euros. Hoy, Aston Martin es un fabricante independiente aunque, eso sí, aliado con Mercedes.
Del DB5 de Sean Connery al DB10 de Daniel Craig
James Bond, el agente del servicio secreto británico creado por Ian Fleming, siempre se ha caracterizado en sus novelas, y en sus películas, por su buen gusto. Por eso, no es de extrañar que Aston Martin se haya convertido, con el paso de las décadas, en su coche favorito, aunque no fue el primero en salir en sus películas. Ese honor se lo llevó un Sunbeam Alpine, un coche descapotable que apareció en Dr. No, el primer filme de Bond, estrenado en 1962. El siguiente fue el Bentley Mark IV, que el agente conducía en Desde Rusia, con amor (1963), y en la siguiente producción, Goldfinger (1965), hizo su estelar aparición el Aston Martin DB5, con Sean Connery al volante. Un modelo que, para muchos, está entre los más bellos de la historia de la automoción, sobre todo, porque sus líneas y su estética no han pasado de moda en 50 años. Algo que queda demostrado por el hecho que, desde Goldfinger, el DB5 ha vuelto a aparecer en otras siete películas de Bond, incluidas Goldeneye, El mañana nunca muere, ambas con Pierce Brosnan como protagonista, o Skyfall, ya con Daniel Craig.
Sin embargo, el DB5 no ha sido el único Aston Martin en acompañar a Bond en sus misiones, siempre equipados con todo tipo de armas y elementos tecnológicos. El último en hacerlo ha sido el DB10, creado específicamente para Spectre, estrenada el año pasado. Un modelo equipado con un motor de 4,7 litros y ocho cilindros en V.