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Perfil Hilario Albarracín

Un hombre de la casa

El actual consejero delegado se convierte en el presidente de la firma Entró en la empresa en 1989

Caricatura de Hilario Albarracín, nuevo presidente de KPMG España.
Caricatura de Hilario Albarracín, nuevo presidente de KPMG España.Hogue

Hilario Albarracín (Portbou, 1960) llegó a KPMG sin haber cumplido los 30 años. Desde entonces no ha cesado en su esfuerzo por impulsar la firma de servicios profesionales, participando en la creación de departamentos y fomentando la innovación. Ahora, tres años después de convertirse en su consejero delegado, ha sido nombrado nuevo presidente de la firma en España. A partir del próximo 1 de octubre, Albarracín sustituirá a John Scott, presidente desde hace 12 años y profesional de la empresa desde 1985, que mantendrá sus otros cargos: vicepresidente global de KPMG y presidente de la división EMA (Europa, Oriente Próximo, África y sur de Asia). La sucesión, según afirmó la compañía en un comunicado, “tiene lugar dentro del procedimiento de rotación habitual” marcado por sus estatutos y “supone un relevo natural que garantiza una óptima transición”.

“He trabajado estrechamente con Hilario durante muchos años y estoy muy ilusionado y a la vez convencido de que sus amplias cualidades personales y de gestión le permitirán impulsar con éxito los ambiciosos planes de crecimiento previstos para la firma”, aseguró Scott en el comunicado.

Para Albarracín este nombramiento es un “enorme orgullo”. El directivo es un “hombre de la casa”, como le definen los que le conocen, pues ha desarrollado toda su trayectoria profesional en KPMG. Tras licenciarse en Ciencias Económicas y empresariales en la Universidad Complutense de Madrid, comenzó a trabajar en el departamento de auditoría de la firma en el año 1989 y siete años después, se convirtió en socio de la compañía.

Su ascenso prosiguió con el nuevo siglo y en 2004 entró a formar parte del comité de dirección de la empresa. Además, ese mismo año, este amante del arte, sobre todo de la pintura contemporánea, fue uno de los fundadores del departamento de transaction services y se convirtió en responsable del área de financial advisory services, formada por los departamentos de corporate finance, transaction services, restructuring y forensic.

Tres años después, participó también en la fundación de un nuevo departamento, el de advisory, del que fue responsable hasta 2011. En esta etapa, fomentó el liderazgo de KPMG en servicios de fusiones y adquisiciones –ámbito en el que la firma lleva siendo líder más de una década–, reestructuraciones –ha asesorado a empresas como Abengoa o Pescanova–y de forensic, un servicio para detectar y prevenir fraudes.

De hecho, junto a su “capacidad para generar relaciones”, los que le rodean destacan que la trayectoria del nuevo presidente de KPMG en España ha estado siempre “muy centrada en fomentar la innovación en todos los procesos de la empresa y desarrollar nuevos servicios”.

Tras su periodo en la división de advisory, Albarracín, conocido por su “capacidad de diálogo”, asumió la dirección del área de auditoría de la firma. Como responsable de esta división, el directivo ayudó a incrementar la cuota de mercado de KPMG y, de hecho, logró la captación de clientes de la talla de Mapfre.

Pese a su intensa carrera profesional, Albarracín también tiene tiempo para otro de sus grandes hobbies: el fútbol. Quienes le conocen afirman que es un gran aficionado al Atlético de Madrid. “Intenta no perderse ningún partido importante”, subrayan, y suele ir habitualmente al estadio. Esta pasión le viene de su familia, pues su padre, Lázaro Albarracín, es vicepresidente del área social del club rojiblanco.

Pese a ser natural de un municipio de Gerona y haberse venido a Madrid con solo seis años, su segunda casa es Sevilla, donde tiene una vivienda. “Está muy integrado en la ciudad”, subrayan sus allegados.

Su penúltimo ascenso en la firma de servicios profesionales fue en 2013. Unos meses después de que el presidente de KPMG fuera designado vicepresidente global de la compañía y presidente en la región de EMA, Albarracín fue nombrado consejero delegado de la empresa en España. En esta etapa, el directivo ha impulsado el enfoque multidisciplinar y la especialización sectorial, lo que ha llevado a la empresa a comenzar a prestar sus servicios de auditoría a compañías como Iberdrola.

A partir de octubre, el directivo tendrá que asumir nuevos retos como presidente de KPMG en España. Entre ellos, el cambio de regulación que afrontan las auditoras. La nueva legislación, que parte de una directiva comunitaria, establece que los informes de auditoría deben tener una información más amplia. Las auditoras tendrán que especificar más detalladamente los riesgos que existan en las empresas estudiadas, así como la respuesta que estas dan a dichos riesgos. En España, el cambio afectará a todas las empresas que empiecen ejercicio a partir del 17 de junio.

Pese a ello, respecto a los resultados de KPMG de 2015, Albarracín encontrará datos muy positivos. La firma, que cuenta con un despacho de abogados con más de 700 profesionales, cerró con una mejora de los ingresos en España del 8,3%, hasta alcanzar los 377,2 millones de euros. Su plantilla también aumentó durante el pasado ejercicio, en concreto un 15%, y superó los 3.236 empleados en todo el país.

KPMG fue además reconocida por Mergermarket como la mejor firma de fusiones y adquisiciones en España. Un mercado que lideró junto a PwC por número de operaciones asesoradas a cierre del ejercicio 2015, según los rankings elaborados por Bloomberg y Thomson Reuters.

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