La inversión extranjera echa raíces en España
Pese al entorno incierto, la Bolsa española seduce a los no residentes, que mueven ya el 85% y son dueños del 44% de los títulos. Los dividendos, la liquidez y la exposición a Latinoamérica son sus principales atractivos.
La economía española, con Gobierno interino, evoluciona casi mejor que si tuviera un Ejecutivo en plenas funciones, y pese a que la incertidumbre política puede estar conteniendo algunas operaciones, según sospechan no pocos expertos, las perspectivas de crecimiento en nuestro país siguen valorándose positivamente por parte de los inversores extranjeros que llevan décadas confiando en nuestro mercado.
Esa confianza es realmente importante, ya que los no residentes son los principales dueños de la Bolsa española, una titularidad que lleva años aumentando sin parar. Así, en paralelo a la internacionalización de la empresa española, su capital ha ido incluyendo más y más inversión extranjera.
De hecho, la evolución ha sido espectacular en apenas 15 años, pasando de ser propietarios del 35% del valor de las acciones en 2000, al 44,1% de mediados de 2015 (dato provisional). La participación de extranjeros en la actividad negociadora, por su parte, se mantiene cercana al 85%, según cálculos de BME. Un porcentaje que baja al 75%, de acuerdo con la Dirección General de Política Comercial, debido al diferente criterio aplicado a la hora de identificar al inversor como no residente.
Entre los atractivos de nuestra Bolsa están la remuneración al accionista (la rentabilidad por dividendo ronda el 4,5%), la liquidez de nuestras cotizadas y que el mercado español proporciona una exposición indirecta a Latinoamérica, algo que ha beneficiado mucho a las cotizadas en los tiempos de bonanza y que ahora puede estar repercutiéndoles negativamente.
La irregular situación actual del mercado de tipos de interés en todo el mundo, más la inestabilidad geopolítica, la reducción del precio del petróleo y el empeoramiento de las economías emergentes y de China parecen haber supuesto un retraimiento de la inversión internacional en acciones, especialmente desde agosto del año pasado, una tendencia de la que no es ajena España.
En este sentido, el subdirector del servicio de estudios de BME, Javier Garrido, observa que dado que nuestro país “centró gran parte del foco internacional de la inversión en acciones durante 2014 y el primer semestre de 2015, puede que esta atonía o inversión más selectiva de los capitales internacionales provoque efectos algo más llamativos”.
No obstante, el experto de BME cree que una vez que se conozcan los datos de los últimos trimestres, los inversores extranjeros continuarán como máximos propietarios de acciones de empresas españolas cotizadas, “con un porcentaje que, a buen seguro, no será inferior al 40%-45%”.
Según el análisis de Luis Sancho, codirector de M&A EMEA de BNP Paribas, “la evolución de los precios del petróleo ha generado una nueva distribución de riqueza entre regiones del mundo. Inversores institucionales con recursos provenientes de países productores de petróleo, por ejemplo, han tenido que replantear sus estrategias de inversión haciendo liquidez, y eso ha podido tener cierto impacto. Como contrapartida, los inversores de países consumidores de petróleo disponen ahora de mayores recursos para invertir”.
Ante este panorama, entre los inversores que son observados con lupa por los analistas están los mayores accionistas institucionales, especialmente el más importante, el fondo de pensiones de Noruega. En los últimos meses, este ha recortado ligeramente algunas de sus posiciones en empresas del Ibex de la talla de Santander, Telefónica o BBVA.
Sin embargo, “las estrategias de inversión varían mucho entre inversores, y puede haber alguna de tipo oportunista. Pero, en general, el inversor institucional actúa pensando en plazos medios o largos, donde las rentabilidades son más consistentes”, asegura Luis Sancho.
El fondo de pensiones noruego es el principal inversor extranjero en la Bolsa española
De opinión parecida es Rafael Roldán, socio director del área de transacciones de EY, quien cree que “siempre hay momentos y sectores más oportunistas que atraen más inversión en un momento dado, como puede suceder de una manera más habitual en el sector del real estate. Aun así, y pese a que en función del ciclo económico el perfil de inversor extranjero puede variar, en general siempre hemos sido un destino atractivo para la inversión extranjera con vocación de permanencia”.
De hecho, indica Roldán, “cuando los mercados pasan por un periodo de mayor volatilidad, es lógico que se registren más operaciones de salida y entrada, pero no solo en España, sino en todas las Bolsas del mundo. Pese a ello, el 44% de la capitalización bursátil española está en manos de extranjeros, encabezados por inversores institucionales de EE UU, seguidos por los británicos y los franceses”.
Una tendencia que, según el experto, ha ido al alza y “la perspectiva es que continúen tomando posiciones en nuestro mercado, por lo que, al menos de momento, pensamos que no veremos grandes flujos de salida, más bien al contrario”.
A corto plazo, “los inversores extranjeros pueden sufrir la tentación de retrasar algunas inversiones en nuestro país, si consideran que el marco político no es el adecuado o puede sufrir variaciones grandes. Esto ya lo hemos podido ver en algunas inversiones inmobiliarias que se han cancelado o están pendientes de resolución”, observa Victoria Torre, responsable de desarrollo de contenidos, productos y servicios de SelfBank.
Según el Informe 2015. Posición internacional de la empresa cotizada española, elaborado por BME y Telefónica, la participación de extranjeros en cotizadas ha crecido casi 14 puntos en algo más de 20 años. Por el contrario, la presencia de los inversores extranjeros en las compañías españolas no cotizadas era del 23% de su capital en 1995 y hoy sigue igual.
Los próximos reclamos del parqué nacional
Los riesgos geopolíticos y las incertidumbres económicas han reducido significativamente el ritmo global de salidas a Bolsa. De hecho, el informe EY Global IPO Trends: 2016 1Q señala que la actividad mundial de estrenos en el parqué ha cerrado el primer trimestre más débil desde 2009.
Y el mercado español no ha sido una excepción, ya que solo el MAB se ha mostrado dinámico en lo que va de año con la llegada de media docena de socimis –otras ocho podrían cotizar en los próximos meses– y Clerhp Estructuras en el segmento de empresas en expansión.
Sin embargo, los próximos meses se esperan moviditos. “Vemos en España, ya desde hace meses, un grupo numeroso de empresas trabajando en su salida al mercado. La volatilidad de principios de año pudo demorar temporalmente los procesos, pero nuestra impresión es que se ha reactivado, con operaciones ya en marcha, como la de Parques Reunidos y Telepizza, u otras esperadas con interés por el mercado, como la de Telxius, o la de alguna institución financiera”, asegura Luis Sancho, codirector de M&A EMEA de BNP Paribas.
Efectivamente, ya hay claras candidatas para estrenar las colocaciones en el mercado español. Las primeras de ellas, Telepizza y Parques Reunidos. Lo cierto es que ambas ya cotizaron hace años. En el caso de Telepizza, hasta 2006, cuando una alianza entre el fondo Permira y Carball (la familia Ballvé) adquirió el grupo. A punto de sacar el folleto definitivo de la operación, la valoración máxima de los departamentos de análisis de los bancos colocadores alcanza los 1.350 millones de euros.
En cuanto a Parques Reunidos, su regreso al parqué se debe a la intención de desinvertir admitida por la firma de capital riesgo Arle Capital, que busca salir del capital del grupo de parques temáticos nueve años después de haberlo adquirido.
Además, el fabricante de componentes de automóviles CIE Automotive se propone sacar a Bolsa su filial de ingeniería y servicios tecnológicos Dominion. Se baraja para ella una valoración de entre 400 y 500 millones de euros.
Tampoco nos podemos olvidar de otra de las grandes colocaciones, la que está preparando Telefónica: antes de julio, podría sacar al mercado su nueva filial Telxius.
Asimismo, la embotelladora europea de Coca-Cola, surgida de la unión de las filiales de España, Alemania y Estados Unidos, mantiene sus planes para debutar entre mayo y junio. Este sería el mayor estreno bursátil del año en España.
Otra que calienta motores es Unicaja Banco, controlada por su fundación en un 90,8%. El 9,2% restante está en manos de los antiguos accionistas de EspañaDuero. La antigua caja de ahorros se comprometió ante la Comisión Europea a que saldría a Bolsa antes de finales de 2016. Por contra, Volotea o Borges han retrasado finalmente sus planes de salida.
Las cifras
44,1% es la participación de los inversores extranjeros en la propiedad de las acciones de la Bolsa española a junio de 2015.
85% es el porcentaje al que llega el volumen de negociación impulsada por los no residentes, según cálculos de Bolsas y Mercados Españoles (BME).
14 es el número de puntos que ha crecido en los últimos 20 años la participación de accionistas extranjeros en las cotizadas españolas.