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Columna
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El arte debería pedir más a BP

La gran petrolera podría tener que empezar a pagar una prima por ligar su nombre a la cultura de Reino Unido. El Museo Británico se encuentra bajo el fuego de famosos activistas contra el cambio climático por contar con el patrocinio de BP. Para la institución londinense, el coste de aceptar el patrocinio del grupo petrolero ha aumentado. BP no está siendo tan generoso.

BP no detalla exactamente la cantidad que da al Museo Británico, aparte de decir que dona 2,8 millones de dólares (2,45 millones de euros) para esta y otras tres grandes instituciones culturales británicas. Supongamos que el museo recibe unos 700.000 dólares al año. Con los ajustados fondos del sector público, suena generoso, especialmente teniendo en cuenta los problemas del grupo petrolero por los bajos precios de las materias primas y los efectos del vertido de petróleo de Deepwater Horizon de 2010.

Pero la recompensa es menos valiosa de lo que parece. La cantidad es inferior al 1% de los 85 millones de dólares que BP dedicó a proyectos comunitarios en todo el mundo en 2014. Y eso no parece excesivamente generoso en comparación con sus rivales. Las empresas del FTSE 100 asignan una media de un 1,9% de su beneficio antes de impuestos a las donaciones corporativas en 2014, según Charities Aid Foundation.

BP está acabando con una larga relación con la Tate, una importante galería británica, a la que dio 3,8 millones de libras (unos 4,7 millones de euros) durante 17 años. Pero consigue beneficios tangibles de sus otras asociaciones artísticas, ya sea desde puntos de vista privado, reuniones, o simplemente porque la cultura puede ayudar a suavizar la dureza capitalista. Si el nuevo director del Museo Británico, el doctor Hartwig Fischer, opta por regatear, podría conseguir más recursos para su trabajo principal –organizar grandes exposiciones–.

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