Comienza en Madrid el plan para regularizar las obras no declaradas
Los dueños de inmuebles regularizados pagarán 60 euros y el IBI no prescrito El Ayuntamiento calcula que podrían aflorar hasta 100.000 construcciones, el 5% del parque
Nunca hasta ahora se había llevado a cabo un plan de regularización catastral como el iniciado desde el 1 de abril en el Ayuntamiento de Madrid. Pero, ¿en qué consiste? A finales de 2013, el Ministerio de Hacienda, a través de la Dirección General del Catastro, puso en marcha el primer plan de regularización catastral a nivel nacional de la historia. Con él se trata de incorporar todos los bienes inmuebles urbanos y rústicos con construcciones que hayan sufrido alteraciones en sus características y no figuren inscritos de forma adecuada.
Es decir, se trata de comprobar si toda la información de la que dispone el Catastro sobre el parque inmobiliario de la ciudad de Madrid en este caso se corresponde con la realidad y si, por ejemplo, un chalet de dos plantas con jardín que paga al Ayuntamiento su preceptivo IBI, no tiene en realidad una planta más y una piscina que nunca fueron declarados.
El programa, cuya vigencia es 2013-2016, pretende ser implementado en los más de 8.000 ayuntamientos que existen en España que, de forma voluntaria, podían adherirse al mismo en el momento en el que considerasen más oportuno. Madrid, el municipio más grande del país, no solicitó su inclusión hasta septiembre de 2015 y como las actuaciones previstas se prolongarán un año, no culminará hasta mediados de 2017.
El concejal de Hacienda del Consistorio, Carlos Sánchez Mato, preguntado esta mañana por la causa de que se hubiese esperado casi al final del plan para adherirse al mismo, explicó que quizás debería contestar a esa pregunta el anterior equipo de Gobierno, del PP. En este sentido, recalcó que lo más importante de esta iniciativa es que cada contribuyente que sea propietario de un inmueble pague los impuestos vinculados con el valor catastral real del mismo, ya que “los impuestos deben estar basados en la justicia”.
Desde Hacienda restaron importancia a esta circunstancia y resaltaron que lo verdaderamente importante es la adhesión del mayor Consistorio del país. Asimismo, recordaron que la colaboración en materia catastral entre ambas administraciones “siempre ha sido plena”. Las mismas fuentes aseguraron que en la regularización se ha respetado la programación de los trabajos prevista por el Estado, “en la que para Madrid, dado el convenio vigente y la revisión catastral realizada en 2011, ya se había fijado el año 2016”.
¿Cómo se van a verificar todos los datos de los más de dos millones de inmuebles censados en Madrid? Primero se procederá a cruzar la información del Ayuntamiento con la del Catastro y allí donde aparezcan discrepancias se verificará sobre el terreno. Es decir, que “la inmensa mayoría de los propietarios de Madrid nada tiene que temer porque sus propiedades estarán correctamente declaradas y estarán pagando el IBI correcto”, advirtió Sánchez Mato. Cuando no sea así, se procederá a realizar todas las comprobaciones posibles, con fotografías y visitas a los inmuebles.
Si las diferencias se confirman y lo que se ha producido es una omisión en la comunicación de una ampliación o reforma, un cambio de uso (de comercial a residencial, entre otros) o se detecta que en un solar en el que supuestamente no había nada, ahora existe una construcción, el titular del inmueble recibirá una notificación para proceder a la regularización catastral de dicho bien y el recibo de la tasa de 60 euros que deberá abonar como coste de los trabajos realizados por Catastro y el Ayuntamiento.
A partir de ese momento, y si no hay alegaciones en contra, el valor catastral variará y como tal se actualizarán todos los impuestos ligados al mismo, sobre todo el IBI. Además, deberán abonarse todos los IBI no prescritos (que son cuatro años). El Ayuntamiento eludió dar números sobre cuánto se incrementará a partir de 2017 la recaudación por IBI gracias al afloramiento de estas construcciones. Solo estimó que puede que se regularicen entre 70.000 y 100.000 inmuebles, el 5% de todo el parque municipal. Para el contribuyente, la actualización más común, por obras no declaradas menores, oscilará entre 50 y 100 euros por año de IBI no prescrito. Si la cuantía total a pagar resultara muy gravosa para el contribuyente, el Ayuntamiento tranquiliza: se concederán los mismos aplazamientos que con el resto de deudas tributarias.
Qué inmuebles analizará más de cerca el Catastro
El concejal de Hacienda de Madrid, Carlos Sánchez Mato, quiso dejar claro hoy qué tipo de obras serán las más susceptibles de ser inspeccionadas por los agentes del Catastro.
Cuando se habla de obras o reformas no declaradas, en ningún caso se trata de cambiar los muebles de la cocina o pintar la casa, ni siquiera se refiere a la demolición de algún tabique que modifique la distribución interior del inmueble.
Pero sí podrían verse afectados algunos cerramientos de terrazas concretos, como aquellos de algunos áticos, donde el resultado final supone un aumento considerable de metros cuadrados útiles.
También, se analizarán las rehabilitaciones integrales de algunos edificios que no fueron declaradas con arreglo a la ley. El Ayuntamiento explicó que si estas obras además no contaron con licencia urbanística, sus responsables serán multados.