El Ibex cierra plano pero no consigue mantener los 8.600

Jornada de prudencia para las Bolsas europeas. En una sesión sin apenas datos macroeconómicos, los inversores han iniciado la semana ante un escenario dubitativo a la espera de algún catalizador que vuelva a regalar el signo positivo a los mercados. El Ibex, que encaraba la jornada con pesimismo tras haber perdido un 2,1% durante su última semana, ha cotizado sin rumbo después de una apertura a la baja, que le hizo perder por momentos los 8.600 puntos con los que había cerrado el pasado viernes.
A la espera de nuevos acontecimientos, como la publicación el miércoles de las actas de la última reunión del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC) y, el jueves, de las del último Consejo de Gobierno del BCE, el selectivo ha intentado mantenerse al mismo nivel durante toda la sesión, tratando de no incidir de nuevo en las pérdidas, que lo llevan ya a sumar un descenso anual de casi el 10%. Finalmente, el parqué español se ha decidido de nuevo por el signo negativo, que ha venido determinado por una apertura a la baja marcada por Wall Street. Con ello, el Ibex se ha dejado un 0,06%, hasta los 8.597,5 puntos. Esta caída ha venido de la mano de bancos como Popular (-2,42%), Bankia (-1,33%), o CaixaBank (-2,22%), que han continuado impidiendo los ascensos del selectivo. Junto con estos, otra de las protagonistas ha sido Telefónica, que ha cerrado con un descenso del 0,71%, afectado por el retroceso general que se ha dado en el sector de telecomunicaciones europeo, como consecuencia del fracaso en las negociaciones de fusión entre Orange y Bouygues Telecom.
Así, en el Viejo Continente, el sector de las telecomunicaciones ha cerrado como farolillo rojo, al dejarse en torno al 1%. Entre los valores con peor desempeño han destacado las francesas Orange y Bouygues Telecom, que llevaron a su índice a caer un 0,96% en sus mínimos intradía. Sin embargo, al cierre de la sesión, el Cac ha logrado remontar con un ascenso del 0,4%. Junto con este, el Footsie británico ha avanzado un 0,2% y el Dax alemán, un 02%. Por su parte, el Mib ha sido el único que ha acabado acompañando al Ibex en terreno negativo, tras registrar una caída del 0,7% marcada por los descensos de Banco Popolare y de Banca Monte dei Paschi.
Al otro lado del Atlántico, los índices estadounidenses también han recibido la semana a la baja. Mientras los inversores esperan que la publicación de las actas de la Fed dé más pistas sobre las posibles subidas de tipos, hoy, el presidente de la Reserva Federal de Boston, Eric Rosegren, se ha encargado de llevar de nuevo la volatilidad a las Bolsas después de que asegurara que la próxima subida de tipos está más cerca de lo que el mercado está descontando. Así, al cierre de los mercados europeos, el Dow Jones cedía un 0,18%, el S&P se dejaba un 0,26% y el Nasdaq retrocedía un 0,41%.
En el mercado de materias primas, la jornada se ha teñido de rojo una vez más. La cotización del crudo ha vuelto a cerrar una jornada más en negativo, toda vez que el precio por barril de Brent, referencia en Europa, ha cedido en torno al 1%. La proximidad de la cumbre de Doha (17 de abril), en donde los principales productores de petróleo discutirán cómo impulsar el precio del oro negro centra la atención de los inversores, que ya descuentan que la reunión se saldará sin un acuerdo. La previsible decepción se ha convertido en uno de los elementos que mayor peso ha tenido en la última caída del precio del petróleo, que en apenas seis sesiones se ha dejado más de un 8%.
Junto con el petróleo, el oro también ha cerrado en pérdidas. El valor refugio por excelencia sufre ahora que las aguas sobre los parqués se han calmado. Pese a ello, el banco privado suizo Julius Baer aconseja a los inversores que utilicen el oro como red de seguridad para sus carteras ante posibles bandazos bursátiles que todavía estén por llegar.
En el mercado de divisas, la estabilidad parece haber vuelto tras una semana marcada por los máximos anuales del euro, que escaló posiciones frente al dólar, poniendo en duda la igualdad entre la moneda única y el billete verde, lo que provocó que analistas de firmas como Ebury, especializada en intercambio de divisas, retrasaran la llegada de la paridad desde el segundo trimestre de 2016 hasta el cuarto. Hoy, aunque el euro ha seguido cotizando a 1,13 dólares, ha acabado depreciándose un 0,06%.

















