Emprender con conciencia social... y rentabilidad
El programa Crece aporta 10.000 euros a empresas que buscan la rentabilidad con un foco puesto en la sociedad
Hasta hace nada no sabía lo que era el emprendimiento social. Identificamos una oportunidad de negocio que podía ser rentable y que, además, era respetuosa y sostenible con el entorno. La etiqueta de negocio ‘social’ vino después”. Enrique Cot dirige la compañía madrileña Nostoc Biotech, que apuesta por reducir el uso de productos químicos y fertilizantes artificiales en la agricultura, con un producto basado en microorganismos para luchar contra los insectos en los cultivos. Una de las seis compañías que recibieron ayer, de manos de la Fundación UnLtd Spain y Edmond de Rothschild Foundations, 10.000 euros de capital semilla, además de asesoramiento legal y formación, como ganadores del Programa Crece.
Ideas de negocio encuadradas en lo que se conoce como emprendimiento social, en tanto su modelo pone el foco en mejorar la sociedad y el entorno. Algo que, en ocasiones, les hace cargar con una etiqueta de baja rentabilidad o incluso, de ser modelos irrealizables. “Se habla de emprendimiento social de una forma estigmatizada, como ideas que solo apoyan las fundaciones, las ONG... Pero un emprendedor social también tiene ambición, quiere un negocio rentable, con la diferencia de que pone el foco en transformar y mejorar la sociedad”, explica Manuel Lencero, consejero delegado de la Fundación UnLtd en España.
Nostoc Biotech facturó en 2015 100.000 euros. En ella trabajan nueve personas, y según Enrique Cot, este año mejorará las cifras. A través del crowdfunding han logrado captar 250.000 euros de 96 inversores. Pese a ello, reconoce que la financiación sigue siendo el gran escollo:“Es lo más difícil, aunque vemos que empiezan a aparecer más oportunidades. La conciencia en la sociedad ha cambiado en los últimos años, y los inversores se están adaptando a ello”.
“A veces es una travesía en el desierto, ya que los inversores te piden todo tipo de ratios de rentabilidad, y no entienden que estos negocios somos más lentos a la hora de obtener un beneficio inmediato”, explica Aitor Ojanguren, fundador de Koiki, otra de las premiadas. Su empresa apuesta por crear una red de puntos de llegada de pedidos de comercio electrónico alrededor de los grandes núcleos urbanos. Una vez llegan, son empleados con alguna discapacidad, los que se ponen en contacto con el cliente para entregarle el paquete en su domicilio a la hora acordada. “Aún somos minoría los que apostamos por estos enfoques”, prosigue Ojanguren, que recuerda que, en España, no hay criterios para establecer qué empresas se adaptan a estos modelos, y cuáles no, como sí sucede en Reino Unido. Según la Confederación Española de Economía Social, Cepes, hay cerca de 43.000 entidades sociales entre empresas, fundaciones, asociaciones y cooperativas.
“El emprendimiento debería ser social de por sí. En los últimos años la voluntad política se ha centrado en la generación de emprendedores, pero sin poner el foco en este modelo. Aún estamos a la cola del emprendimiento social en Europa”, considera el consejero delegado de UnLtd Spain, Manuel Lencero.
Ciencia, tecnología y agua
Además de Nostoc Biotech y Koiki, las empresas seleccionadas para el programa Crece destacan por su diversidad de ideas. CerQana, una aplicación que simplifica el sistema operativo Android para eliminar las barreras que, según sus creadores, todavía tienen las personas dependientes en su acceso a la tecnología. Auara, una marca de agua mineral que destina el 100% de su beneficio a acciones para el desarrollo;Huertos de Soria, un proyecto de agricultura ecológica que fomenta la integración laboral de discapacitados psíquicos;y Escuelab, un proyecto de divulgación científica desde la niñez, a nivel teórico y práctico.