Global Exchange se fija en Brasil para afianzar su salida al exterior
Lo que empezó siendo en 1996 una pequeña oficina de cambio en la frontera con Portugal va camino de convertirse en la segunda mayor empresa del mundo de cambio de moneda por presencia en los aeropuertos. Tras veinte años, la empresa Global Exchange, que dio sus primeros pasos en Salamanca, donde conserva su central, quiere seguir consolidando su estrategia internacional (atendió el pasado ejercicio a 4,2 millones de clientes en 50 aeropuertos de 18 países diferentes) y para ello se ha fijado dos objetivos: Brasil y Rusia.
Acuerdos con ING y 6.000 agencias de viaje
Las oficinas de cambio de moneda aportan el 90% del negocio a Global Exchange. La compañía no quiere caer en la autocomplacencia y explora nuevas vías para generar ingresos. Buena prueba de ello son los dos últimos acuerdos firmados con ING y un gran número de agencias de viaje. El primero permite ofrecer a través de la web de la compañía salmantina un servico de cambio de moneda a los tres millones de clientes, con entrega en un plazo máximo de 48 horas. El segundo, al que están adheridas ya 6.000 agencias de viajes de las cadenas más importantes por tamaño (El Corte Inglés, Halcón o Barceló, entre otras), permite ofrecer ese mismo servicio de cambio a los clientes al mismo tiempo que contrata el viaje. “Es una línea de negocio que está creciendo, pero a los clientes les está costando”.
En Brasil ya dispone de oficinas de cambio en los aeropuertos de Brasilia, Natal y Belo Horizonte y la gran apuesta es la oficina que lleva abierta varios meses en Rio de Janeiro. “Seremos la empresa que se encargará del cambio de moneda en el aeropuerto coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos, el acontecimiento deportivo más importante del año”, apunta Isidoro Alanis, presidente de Global Exchange. Justifica la elección de Rio por el crecimiento imparable de la clase media en Brasil y porque considera que la economía brasileña, duramente castigada por la recesión en la actualidad, tiene un gran potencial de crecimiento. “En diez años se recuperará. Y lo importante de las Juegos Olímpicos no sucede durante los dos meses en los que se celebran, lo importante es la marca que se crea. Barcelona antes de los juegos olímpicos de 1992 no era un destino turístico mundial y hoy en día sí lo es. En Rio de Janeiro va a pasar lo mismo”, remarca.
Alanis augura también un fuerte crecimiento en Rusia, donde han conseguido recientemente la concesión de la licencia por parte del Banco Central de Rusia para la apertura de oficinas en los tres de los aeropuertos más importantes (San Petersburgo, Kazan y Novosibirsk). “En Rusia también hay 190 millones de personas que están pasando a una clase media, tienen más capacidad de consumo y cada vez viajan más. El directivo de Global Exchange subraya que en ambos países se ha producido un proceso muy intenso de devaluación de sus monedas, lo que les beneficia para la llegada de más turistas, toda vez que abarata el coste de sus viajes.
Ambos países serán fundamentales para lograr los objetivos fijados en el plan de negocio. “Este año alcanzaremos la segunda posición del mundo en aeropuertos internacionales. En 2015 logramos un ebitda (beneficio antes de impuestos y amortizaciones) de 13 millones de euros y empleamos a 1.600 trabajadores. Las perspectivas para este año es subir a 1.800 personas y pasar de 4,2 millones a 5,2 millones de clientes atendidos. Ese millón se repartiría entre a partes iguales entre Rio de Janeiro, Rusia y las dos nuevas oficinas europeas que hemos abierto en Dinamarca y Suiza”, señala.