Ibercaja devuelve las primeras ayudas y busca socios para sus ‘CoCos’
Ibercaja comenzará a devolver el próximo miércoles 30 de marzo una parte de las ayudas públicas que recibió su filial Caja3. Amortizará 20 millones de euros de CoCos, el 5% del total. El resto de esta emisión de bonos convertibles, 386 millones de euros, lo reintegrará al FROB en dos fases el próximo año, aunque antes espera conseguir inversores para que compren estos bonos una vez canjeados en acciones.
La entidad que preside Amado Franco tiene previsto recortar su factura con el Frob justo después de Semana Santa, en concreto, el próximo 30 de marzo. La firma aragonesa amortizará 20 millones de euros de sus bonos convertibles contingentes (CoCos) provenientes de las ayudas públicas que recibió Caja3 en 2013, entidad con la que se fusionó.
El grueso de las ayudas, 386 millones de euros, las devolverá, no obstante, el próximo año en dos fases. Unos 165 millones de euros en CoCos los reintegrará en marzo de 2017 y el resto, 224 millones en diciembre. Ibercaja tiene que pagar al Frob unos intereses del 10% anuales por estas ayudas, lo que supone restar de sus resultados unos 40 millones de euros, por lo que su amortización dará un respiro a la cuenta de resultados del banco, una vez que sus ratios de capital están por encima de los mínimos exigibles.
Otras claves
70 millones son las plusvalías que Ibercaja obtuvo por la venta de su filial de gestión de inmuebles.
84,1 millones es el beneficio obtenido por Ibercaja en 2015, un 44,2% menos.
8,95% es la tasa de morosidad de Ibercaja.
Su ratio de solvencia CET 1 (phased in) se elevó en 2015 en 82 puntos básicos, hasta el 11,95%, situándose 270 puntos básicos por encima del requerimiento mínimo del regulador. Mientras, el ratio de capital total asciende al 14,4%, que incluye la emisión de deuda subordinada (500 millones de euros) ejecutada en julio.
El proyecto de Ibercaja es buscar un socio o socios que puedan suscribir los bonos convertibles que debe amortizar el próximo año, y que les sirva de compañeros para su salida a Bolsa, prevista inicialmente para 2017, aunque Ibercaja ya no tiene prisa por cotizar, y podría retrasar su debút en el parqué hasta finales de 2019 o principios de 2020, última fecha que fija la ley de cajas y fundaciones para que estas últimas controlen menos del 50% del capital de sus bancos si no quieren ser penalizadas con un fondo de reserva. La norma establece un máximo de cinco años a contar a partir de 2015 (se retrasó la publicación de esta norma un año sobre el periodo previsto inicialmente, de ahí que las antiguas cajas tengan 12 meses más para o constituir este fondo de reserva o cotizar).
La idea de Amado Franco, que ha decidido quedarse como presidente del banco y dejar su cargo en la fundación bancaria, es lograr el mayor retorno de rentabilidad por la venta de Ibercaja en Bolsa. De ahí que no descarte retrasar la salida a Bolsa de Ibercaja si los mercados siguen tan volátiles como hasta ahora y con la banca en el ojo del huracán, pese a que ya contrató el pasado año a KPMG para realizar los primeros análisis sobre esta operación.
La búsqueda de socios que adquiriesen todo o parte de los 386 millones de euros en CoCos que debe amortizar el próximo ejercicio supondría un balón de oxígeno a la firma aragonesa, ya que disminuiría el peso de la fundación Ibercaja sobre el banco, que ahora es del 87,8%. Además, evitaría el temor de que su salida a Bolsa pudiese atraer a alguna gran entidad a lanzar una oferta para su compra, algo que ahora si no es con la aprobación de la propia entidad no podría conseguir al carecer Ibercaja de inversores particulares.
En caso de encontrar socios dispuestos a invertir en Ibercaja, la entidad tendría que realizar una ampliación de capital de, como mínimo 386 millones de euros para amortizar los CoCos y canjearlos por acciones.