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La isla espera recibir millones de nuevos visitantes de Estados Unidos

Las empresas españolas en Cuba saludan a Mr. Obama

Las cadenas hoteleras, en un lugar de privilegio para rentabilizar la apertura de Cuba

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, da la mano al presidente de Cuba, Raúl Castro, en el encuentro que han mantenido hoy en La Habana.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, da la mano al presidente de Cuba, Raúl Castro, en el encuentro que han mantenido hoy en La Habana.JONATHAN ERNST (REUTERS)

Cuba está de moda. El grupo Priceline anunciaba ayer el acuerdo con las autoridades de la isla para realizar reservas en hoteles cubanos para clientes norteamericanos, a través de booking.com, convirtiéndose en la primera agencia de viajes online que en entra en el país. El domingo era el grupo Starwood el que firmaba un acuerdo para operar dos hoteles en La Habana, el primer acuerdo bilateral con un empresa de aquel país desde 1959. Luego le ha tocado el turno a Airbnb. Y se espera una cascada de anuncios similares tras la histórica visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que rompe con 55 años de bloqueo económico y comercial.

La apertura comercial a la primera potencial del mundo, con más de 300 millones de consumidores, tendrá un impacto evidente en la economía de un país en el que España es el tercer socio comercial y el principal inversor, solo por detrás de China y Venezuela. En la isla operan más de 200 empresas españolas lo que supone un intercambio comercial que roza los 1.000 millones euros. Las exportaciones a la isla han crecido entre enero y agosto de 2015 un 40%, a 598 millones. Cuba es, según el ICEX, el quinto mercado latinoamericano tras México, Brasil, Argentina y Chile. La presencia empresarial sobre sale en el sector turístico, segunda fuente de ingresos de Cuba, gestionando más del 90% de las habitaciones de los hoteles de cinco estrellas y el 60% de los de cuatro, según datos de Marca España.

Líderes en el sector turístico

Más de diez cadenas españolas cuentan con intereses en Cuba, con Meliá a la cabeza, dirigiendo más de 60 hoteles (más de 60.000 habitaciones). En 2015, el país superó por primera vez la barrera de los 3,5 millones de turistas y la tendencia de crecimiento se mantiene.

España, que en los tiempos de las sanciones mantuvo su apoyo comercial, busca elevar su estatus de socio estratégico de La Habana, una vez que el proceso de apertura parece imparable. El ministro de Turismo de Cuba, Manuel Marrero, reiteró hace unas semanas en Madrid el compromiso del país hacia las empresas españolas presentes en la isla. “No daremos la espalda a las empresas que apostaron por Cuba en los momentos difíciles”, aseguró. El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, avanzó ayer mismo que el Gobierno español está a la espera de que el cubano dé una serie de “pasos administrativos”, que están pendientes, para poder materializar una serie de inversiones, entre las que se encuentran “nuevos hoteles”. Las inversiones en la isla suelen instrumentarse a través de sociedades mixtas participadas por el Gobierno cubano.

La normalización de las relaciones con Estados Unidos no solo amplía la demanda, sino que va a suponer la entrada de las grandes cadenas norteamericanas. Esta competencia no asusta. “Serán otros los que tengan que competir con las empresas españolas, la gran ventaja es que llevan muchos años allí y son líderes del mercado”, afirma el presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), Rafael Gallego.

“Somos conscientes del desafío que representa, pero no nos preocupa porque nuestras marcas compiten a nivel internacional con las grandes cadenas americanas, y poseemos además un componente latino y mediterráneo que nos hace más cercanos a la forma de pensar y vivir de los cubanos” aseguró María Umbert, directora de comunicación del grupo Meliá. La “avalancha turística” que se espera hace inevitable ampliar la oferta existente pero ninguna compañía consultada detalla sus planes de inversión.

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