Las fusiones devuelven la confianza en los mercados
España comienza a dejar atrás una importante crisis económica que afectó, especialmente, al sector empresarial. Las fusiones y adquisiciones quedaron paralizadas por la falta de confianza y seguridad de los propios ejecutivos, cuyas reticencias a ampliar sus compañías se encontraban fundamentadas en la inestabilidad e incertidumbre por un futuro económico incierto.
A ello se unió la falta de inversión extranjera y la posibilidad de que el país fuera víctima de un rescate económico europeo, lo cual provocó un importante bloqueo del sector que llevó a que en el primer semestre del 2011 las fusiones y adquisiciones empresariales descendieran un 17% respecto del año anterior.
Ahora, ocho años después del comienzo de la crisis, la prima de riesgo y los buenos datos del PIB han venido a confirmar una realidad que los expertos llevaban varios meses vaticinando: la economía española no solo se está recuperando, ha vuelto a crecer a niveles del 2007. Una mejora que no ha tardado en hacerse patente en los despachos de los ejecutivos, donde vuelven a fluir los acuerdos empresariales, así como en los bróker de seguros, que deben asegurar y garantizar la viabilidad y buen término de dichas operaciones en un escenario completamente diferente al último conocido.
Si algo ha quedado constatado en los últimos años es la fragilidad del sistema económico actual, lo cual ha obligado a los brókeres a elaborar nuevos ratios de riesgos para valorar la seguridad de este tipo de negocios. De hecho, uno de los mayores cambios que se han producido en el mercado ha sido el incremento de los acuerdos pactados que terminan rompiéndose por la intermediación de agentes externos, provocando importantes pérdidas económicas a las compañías participantes. A ello se une el hecho de que muchas de estas operaciones están valoradas en más de 5.000 millones de dólares, con una parte de su financiación sostenida en unos paquetes accionariales cuyo valor es inevitablemente variable.
Un nuevo escenario que plantea importantes desafíos a los brókeres de seguros, que deben valorar cómo asegurar unos acuerdos que cada vez están rodeados de mayores elementos de riesgos que encarecen los acuerdos y, que en muchos casos, pueden llegar a imposibilitar su celebración. En este sentido, los riesgos habituales en operaciones de M&A son los conocidos o descubiertos en due diligence, los potenciales y desconocidos y las cuestiones o contingencias específicas. Para ellos existen unos seguros específicos de garantía y manifestaciones –más conocidos como warranties and indemnities– que contemplan distintas soluciones que van desde limitar, compensar o transferir los riesgos conocidos; protegerse frente a los riesgos desconocidos; y optimizar el valor de la inversión.
Según un informe elaborado por la consultora TTR, el importe de las fusiones y adquisiciones de empresas registradas en España en los ocho primeros meses de 2015 ascendió a 90.360,6 millones de euros, cifra que prácticamente iguala la cantidad movida en este tipo de operaciones durante todo el año pasado.
A estos datos hay que añadir los proporcionados por Dealogic que indican que los inversores internacionales han dado un salto al mercado nacional, interesándose por el territorio corporativo. Así, el volumen de operaciones M&A de empresas españolas ha ascendido a 59.300 millones de euros en lo que va de año, más del doble que el año pasado y cifra récord desde 2007.
Queda constancia entonces del hecho de que el mercado de fusiones y adquisiciones está rondando cifras similares a las anteriores a la crisis, motivo por el cual es imprescindible la figura de expertos que analicen todas las posibilidades que pueden derivar de operaciones de este tipo.
Sergio Muñoz-Rojas es Director de Finex en Willis Towers Watson