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Otro día M (de marmota, no de Mario)

Hoy es otro día clave. Se reúne el BCE y todos esperan nuevas "medidas de estimulo" que se concretan en: un aumento del importe a comprar (10.000 mill.€ hasta los 70.000) del periodo de compras (seis meses más hasta septiembre de 2017) y una rebaja de la tasa de descuento (de 10 puntos básicos hasta los -0,4%). La estrategia de continuar haciendo lo mismo y, ante el evidente fracaso de la misma, solo aumentar su dosis se impone como imagen clara de la impotencia del antiguo mundo en resolver los problemas actuales. Ello es así pues lo que quiere resolver no es más que algo que no tiene solución: su muerte natural. Paso necesario e imprescindible para dejar paso a lo nuevo.

Curiosamente (o quizás no), ayer tuvimos dos acontecimientos importantes, y en parte contradictorios.

El primero un recorte sorpresa de los tipos de interés por parte del Banco Central de Nueva Zelanda que pone de relieve cómo las tasas de interés negativas en Japón y la UME han puesto "patas arriba" la gestión de la política monetaria mundial. El Banco de la Reserva de Nueva Zelanda recortó su tipo de interés oficial en 25 p.b., hasta el 2,25%, en un intento de generar inflación y lo pretende hacer debilitando su tipo de cambio (que, en contra de lo que se esperaba no lo había hecho tras la subida de tipos de diciembre por la FED). Cita para todo ello un deterioro de las perspectivas globales en especial de China y otros mercados emergentes y el crecimiento más lento en Europa. El gobernador del Banco Central de Nueva Zelanda, Graeme Wheeler dijo que las probabilidades de seguir con estas medidas de estímulo por más tiempo de lo que se pensaba han aumentado. "A pesar (de las medidas de estimulo), el crecimiento económico de los socios comerciales de Nueva Zelanda ha sido menor de lo esperado", dijo añadiendo que "(más) relajación de la política monetaria puede ser necesaria para asegurar que la futura inflación media se instala cerca de la mitad del rango meta."

El segundo, protagonizada por Jaime Caruana, (director general del BIS) que ha afirmado que si los tipos de interés bajos e incluso negativos actuales “se mantienen durante mucho tiempo, provocarán nuevas causas de inestabilidad financiera”, así como un aumento excesivo de la deuda pública y privada. Aunque defendió la gestión de los bancos centrales durante la crisis (“la situación sería mucho más complicada”) añadió que, tras un largo periodo con tipos bajos, se presentan nuevos riesgos de inestabilidad financiera por este motivo.

En medio de todo ello ¿Dónde caerá Draghi?

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