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Los métodos tradicionales no anticipan el 18% de operaciones conflictivas

La banca actualiza sus alertas de riesgo ante la nueva norma contable

El sector trabaja para amoldarse a la nueva normativa internacional que le exigirá identificar y provisionar pérdidas antes de que ocurran

Fachada de la sede del Banco de España. EFE/Archivo
Fachada de la sede del Banco de España. EFE/ArchivoEFE
Juande Portillo

La banca deberá estar cada vez más preparada para detectar cuanto antes las carteras problemáticas y para realizar las provisiones oportunas. Esa es la línea que le imponen las nuevas normativas contables nacionales e internacionales que van a comenzar a implementarse ya desde este año, lo que ha obligado al sector a actualizar su sistema de alerta de riesgos.

La banca en bloque admite que trabaja en modernizar sus modelos de medición de riesgos y entidades como CaixaBank, que lleva meses avanzando en la materia, reconocen que la tarea supone un “gran esfuerzo” y que implica a multitud de departamentos.

El gran hito llegará para 2018, cuando la nueva normativa contable internacional IFRS 9, que sustituirá a la actual regulación NIC 39, revolucionará la valoración del deterioro de los activos financieros. En concreto, reemplazará el concepto de pérdida incurrida por el de pérdida esperada, es decir, que la banca tendrá que reconocer y provisionar las pérdidas antes de que se materialicen los deterioros. Adelantar estas dotaciones y prevenir que la salud de las carteras en cuarentena no empeoren pasará por detectar anticipadamente los problemas potenciales.

Como paso transitorio a la entrada en vigor de esta normativa, el Banco de España ultima una circular contable que trata de redirigir los usos contables de la banca española a los estándares internacionales. Su entrada en vigor, prevista para el próximo junio, acabará con el concepto de categoría de riesgo subestándar, que se sustituirá por la de activos bajo “vigilancia especial”.

En paralelo, el supervisor financiero exigirá al sector una actualización de sus sistemas de medición de riesgos y provisiones incluyendo también un nuevo cálculo del deterioro de las garantías inmobiliarias de los créditos que ha sido muy aplaudido por la agencia calificación Moody´s.

“Los sistemas de alertas tradicionales no son tan efectivos como cabría esperar, ya que se disparan en torno a variables de mucho peso que, por sí solas, ya evidencian que se produce un importante incremento del riesgo”, exponen desde AIS Group, firma de servicios al sector financiero especializada en el estudio de riesgo crediticio.

“Cuando se dispara esa alerta, el margen de tiempo para combatir el deterioro de la operación”, y reducir el volumen de provisiones a realizar, prosiguen desde la firma, “es prácticamente inexistente.

“En AIS hemos hecho una prueba sobre una cartera real de 30.000 operaciones de empresas”, explica Pere Joan Ventura, product manager de AIS Group. “Al emplear un modelo tradicional de alertas sobre ellos, el 18% de las operaciones en las que se producía un cambio significativo del riesgo no fueron detectadas. Es decir, habría que haber aumentado las provisiones de esas operaciones”, señala, aclarando que el 15% de la cartera estudiada estaba compuesto por clientes de nivel de riesgo alto o muy alto.

AIS, que presta servicios varios a firmas de relevancia nacional e internacional como BBVA, Unicaja Banco, Cajamar, Microbank, Banca March o Finconsum, ha desarrollado un modelo de detección temprana de los riesgos atendiendo a las nuevas exigencias contables.

Como ejemplo, desde AIS exponen que todos los modelos tradicionales de detección de riesgos de la banca saltan cuando se producen 30 días de impago, si bien las operaciones que alcanzan los 20 días de impago son ya suficientemente preocupantes como para indicar un problema.

Más allá, la firma apuesta por modelos de detección que conjuguen diversos indicadores automáticos y crucen datos como, por ejemplo, la caída del saldo medio de un cliente más allá de determinado porcentaje a la vez que un uso elevado de sus líneas de crédito. Señales que pueden permitir reconducir la situación antes de que se produzca el impago. Un termómetro del riesgo más eficaz que prevenga nuevas crisis.

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