La vocecita que guía a los ciegos
La aplicación ayuda a personas con discapacidad visual a detectar servicios y comercios a su alrededor. Neosentec trabaja ahora en el desarrollo de una versión ‘wearable’ que pueda llevarse en la muñeca o las gafas.
Lazzus, la vocecita que guía a los ciegos en la calle, ganó la segunda edición del Premio G5 Innova al Emprendimiento Social, en una muestra más del enorme potencial de la tecnología ponible aplicada a la salud y los colectivos menos favorecidos.
La aplicación desarrollada por la startup asturiana Neosentec se impuso a las otras dos finalistas, Koiki y Strokecare, por “su innovación y capacidad para beneficiar a mucha gente”, declaró durante la entrega del premio Manel Alcaide, presidente del jurado del concurso, si bien aclaró que la elección había sido muy difícil.
Lazzus se vale del GPS y la brújula —dos herramientas comunes en los smartphones—, y datos extraídos de Google Places y otras fuentes, para susurrar al oído de sus usuarios lo que hay a su alrededor: un paso de cebra, una estatua, el café más cercano y lugares de interés para ellos, como farmacias, bancos, oficinas de correos, comercios e incluso tiendas que en ese momento ofrecen algún descuento o promoción.
De este modo, la aplicación rompe con el carácter unidireccional de los sistemas de guía por voz basados únicamente en GPS, que ayudan a los invidentes a llegar de un punto a otro, pero sin indicarles lo que se encuentra entre medias. Lazzus, en cambio, funciona como una linterna que alumbra ese callejón oscuro.
“Combinamos el GPS y la brújula para generar un campo de visión artificial para invidentes. Cuando un lugar de interés entra dentro de ese campo [de 360 grados], se lo decimos de forma auditiva”, explica Pedro Javier Sáez, consejero delegado de Neosentec, empresa tecnológica con sede en Llanera.
El jurado valoró la gran cantidad de gente que puede beneficiarse de esta innovación. En todo el mundo hay 283 millones de personas que sufren discapacidad visual y en España, más de un millón, lo que supone el 3% de la población.
Sáez, de 31 años, desarrolló la aplicación junto con Carlos González y Pablo Soto, sus socios en Neosentec. El equipo comenzó a trabajar en el proyecto en julio de 2014 y realizó la primera prueba en noviembre de ese año con la colaboración de un joven invidente que se paseó con ella por las calles de Oviedo. Posteriormente, fue validada por la Fundación Once y lanzada al mercado en julio de 2015.
Lazzus está disponible para su descarga en España, Portugal, Reino Unido, México y Chile a través de Apple Store y Google Play, aunque de momento solo tiene usuarios en España y Reino Unido. La aplicación puede probarse de manera gratuita durante siete días. Transcurrido este plazo, al usuario se le ofrece la venta de una licencia de uso mensual por 5 euros o anual por 30 euros.
Pero, además, Neosentec ha comenzado a ofrecer a los ayuntamientos en España la posibilidad de comprar paquetes de 100, 500 o 1.000 licencias para que puedan repartirlas entre sus habitantes con problemas de discapacidad visual, de modo que puedan comunicarse con ellos directamente y avisarles del cierre de calles por obras, cambios en los servicios de autobús o metro, etc.
Neosentec también mantiene conversaciones con varias asociaciones de ciegos en Reino Unido para ofrecerles el mismo esquema de venta B2B (de empresa a empresa).
- ‘Wearable’ en camino
A pedido de sus primeros usuarios, el equipo está trabajando en el desarrollo de un ponible que incorpore la aplicación, ya sea una pulsera u otro dispositivo pequeño que pueda llevarse sujeto en el pecho o las gafas, a fin de que la experiencia de uso resulte más cómoda y natural.
“Tenemos una versión beta del wearable que mostramos en el Mobile World Congress con el apoyo de Vodafone y a final de año esperamos tener una versión que sea dos veces más pequeña que la actual y se pueda anclar en las gafas”, comenta.
Antes de la elección del ganador, los tres finalistas presentaron su proyecto en un elevator pitch de siete minutos y respondieron a preguntas del jurado. Este consultó a Sáez, que defendió la candidatura de Lazzus, si había otra solución parecida en el mercado. El emprendedor contestó que sí: BlindSquare, una aplicación lanzada en Helsinki en mayo de 2012 por la empresa finlandesa MIPSoft, “pero solo está disponible para iOs, no ofrece periodo de prueba y su base de datos es menor”, argumentó.
En un e-mail enviado posteriormente a Cinco Días, admitió que si bien la mayoría de ciegos usa iPhone, debe tenerse en cuenta que hay muchos usuarios con discapacidad visual que no han perdido la visión del todo y que usan móviles Android, “para los que también es justo que se brinde una alternativa”.
Detalló también que mientras BlindSquare se basa en puntos de FourSquare, la alternativa española usa principalmente datos de Google Places, los cuales, según Sáez, son más precisos y numerosos. “Tenemos casi siete veces más lugares de interés que BlindSquare. Para que se haga una idea, mientras que BlindSquare encuentra nueve puntos de interés alrededor de mi casa, Lazzus encuentra 64 en un radio de 100 metros”, aseguró.
Por último, destacó que, a diferencia de Lazzus, la solución finlandesa no permite añadir lugares favoritos a través de la web.
Después de una deliberación de 20 minutos, el jurado proclamó ganador a Lazzus. El premio está dotado con 7.000 euros, que la empresa prevé invertir en el desarrollo del ponible y en marketing y difusión. La compañía se hizo merecedora también al pago de una afiliación de tres meses a Impact Hub Madrid y a recibir apoyo para la difusión del proyecto en medios de comunicación.
“Si emprender es duro, cuando se trata de un emprendimiento social hay que remar todavía un poco más”, dijo Sáez tras recoger el galardón. “Este apoyo nos viene increíble y os lo recompensaremos viendo que la app y el wearable salen adelante”, prometió.
No es la primera vez que Lazzus recibe un reconocimiento de esta naturaleza. A finales del año pasado ganó los Premios a la Innovación en Telecomunicaciones de la Fundación Vodafone en la categoría de aplicaciones, dotado con 20.000 euros.
El privilegio de innovar para generar cambios sociales
El Premio G5 Innova al Emprendimiento Social, que entrega la empresa Grupo 5, reconoce proyectos de emprendedores que dan respuesta a problemas sociales por medio de la innovación. Los otros dos finalistas de esta segunda edición fueron Koiki y Strokecare.
Koiki es un servicio de mensajería a cargo de personas con discapacidad intelectual, que distribuyen los productos en bicicleta o a pie a fin de mitigar la contaminación producida por los camiones de reparto. El proyecto utiliza una aplicación móvil integrada a las tiendas de comercio electrónico para poner en contacto a los clientes con los repartidores más cercanos a su vivienda.
Strokecare, por su parte, es una app que facilita a los familiares de personas que han sufrido un derrame cerebral el acceso a videos tutoriales, mapas digitales donde pueden localizar hospitales y centros de día, y un sistema de videoconferencias con terapeutas a fin de que el afectado no tenga que trasladarse hasta una clínica para recibir rehabilitación, sino que pueda hacer los ejercicios en casa.
El concurso, al que en esta edición se presentaron 75 candidaturas, cuenta con el patrocinio del Instituto de Formación e Intervención Social (IFIS), Impact Hub Madrid, la asociación de emprendedores sociales Punto Jes, la Universidad Rey Juan Carlos y el Campus Madrid de Google, en cuyo auditorio se celebró el lunes el elevator pitch y la elección del ganador.
Mientras el jurado deliberaba, Susana Cabrero, periodista y autora del libro Una vida inteligente, pronunció un discurso sobre innovación y pensamiento creativo. La especialista en inteligencia emocional señaló que por encima de la libertad de horario y la posibilidad de dirigirse a sí mismo, lo que más motiva a un emprendedor es la oportunidad de dedicarse a algo que le apasiona. “Pero si, además, esa pasión está vinculada a un cambio social, eres un privilegiado”, subrayó.