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La Junta General de Coiim rechaza los nuevos estatutos

Los ingenieros industriales de Madrid rechazan la colegiación mixta

La Junta General del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid (Coiim) tumbó anoche el proyecto de nuevos estatutos impulsados por su decana, María-Teresa Estevan. El texto que los colegiados rechazaron ayer preveía, entre otros cambios de gran calado, la posibilidad de colegiar a profesionales que no están habilitados al ejercicio de la profesión de ingeniero industrial, lo que soliviantó una fuerte oposición dentro del gremio. 

En una larga reunión, que las fuentes de Coiim consultadas describen como "muy tensa", y con una holgada mayoría -583 en contra, 391 a favor, y 14 abstenciones, entre votos presenciales y delegados-, la Junta General decidió de esta forma no sumarse al cambio ya introducido por el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña y el de Aragón y La Rioja. El primero, además de a ingenieros industriales, colegia desde 2009 a ingenieros en organización industrial, geólogos y químicos, entre otros. Más tarde, el segundo siguió la misma estela y empezó a admitir en su seno a ingenieros técnicos industriales. 

En noviembre de 2012, cuando tuvo que evaluar los estatutos del Consejo General de Ingenieros Industriales, el organismo que agrupa a todos los colegios, el Ministerio de Industria pidió que se quitara la referencia a la incorporación de “aquellos otros ingenieros de segundo ciclo, cuyos títulos abarquen campos incluidos en la ingeniería industrial, cuando no tengan un colegio específico para su título y especialidad”. Un texto muy parecido al cambio que impulsó, sin éxito, la mayoría de la Junta de Gobierno del gremio madrileño, un colectivo del que forman parte 11.000 profesionales.

“En unos estatutos colegiales no cabe la modificación de titulaciones que dan acceso al Colegio, dado que esta materia está reservada a una norma con rango de ley”, recordó el Ministerio en 2012. En un correo remitido a Cinco Días, sin embargo, el departamento que dirige José Manuel Soria matizó esta reserva de ley y afirmó que ésta “no se extiende a la posibilidad de que un determinado Colegio admita en su seno a otros profesionales titulados” que, aunque no tengan un título que otorgue la habilitación para ejercer la profesión, cumplan estas tres condiciones: no estén sujetos a colegiación obligatoria en otro Colegio; decidan colegiarse voluntariamente; y “se encuentren en posesión de títulos universitarios relacionados con el objeto de la profesión correspondiente al Colegio que los va a colegiar”. Algo que la decana de Coiim había ya defendido: “Ahora cada escuela de ingeniería industrial tiene la potestad de establecer todas las especialidades que quiera: eléctrica, energética, nuclear, química, y demás. En este marco, los nuevos estatutos están perfectamente redactados, porque nos permiten colegiar a cualquier máster, siempre y cuando sea del ámbito de la ingeniería industrial”, dijo.

"En el proyecto de nuevos estatutos se cambiaban de forma sibilina los términos profesión de ingeniero industrial por profesión de la ingeniería industrial", explica una fuente de Coiim, abriendo así el camino a la colegiación de profesionales que no tienen la habilitación. "La decana aseguró que no se quiere hacer en Madrid lo que se hace en Cataluña, pero no resolvió esta contradicción", continúa. 

"Lo que planeó sobre la asamblea es la ambición de controlar a toda la Junta para hacer y deshacer al antojo de la decana", asegura la misma fuente, mientras desde el gremio madrileño hacen saber que ningún cargo hará ningún comentario sobre lo acaecido ayer. Sin embargo, un colegiado señala que, al finalizar la reunión, Estevan manifestó la intención de volver a presentar sus propuestas en la próxima Junta General, que se convocará en mayo.

El conflicto que divide el colegio madrileño

La Junta General extraordinaria del Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid (Coiim) celebrada ayer certificó la división del gremio en dos grupos, uno que se aglutina alrededor de la decana, María-Teresa Estevan, cuyo mandato se acaba en noviembre, y otro capitaneado por las delegaciones provinciales díscolas. La asamblea de anoche se centró, según las fuentes de Coiim consultadas, en los puntos más controvertidos de los cambios que Estevan quiere impulsar, “sin ninguna intervención a favor, excepto las interrupciones de la decana”.

Un colegio sin presupuestos. La Junta General rechazó ayer, por segunda vez, los presupuestos de Coiim con 565 votos en contra, 417 a favor, y 11 abstenciones, entre votos presenciales (100) y delegados (893); por lo tanto, se prorrogan los últimos presupuestos aprobados. La razón de este rechazo estriba en que, según las fuentes consultadas, desapareció la partida presupuestaria para la organización territorial del Colegio. En septiembre del año pasado, la Junta de Gobierno decidió cerrar los locales de cinco delegaciones provinciales–Cuenca, Salamanca, Segovia, Soria y Zamora– y despedir a su personal y a los empleados de Guadalajara. Quedan abiertas las sedes de Ciudad Real, Toledo y Valladolid, “aunque van por igual camino”, según un colegiado. “Las delegaciones representan al 20% del Colegio; como ve que no puede manejarlas a su antojo, porque tienen voz propia, la decana las cierra”. Aunque Estevan insiste en decir que solo se cesó su “actividad administrativa” por ser “escasa o nula” y por las pérdidas que conllevaban, unos 500.000 euros al año, “ya nadie le cree”, afirma la misma fuente. Siete delegaciones presentaron un recurso de alzada ante el Consejo General, al entender que los estatutos de Coiim imponen que una decisión de este tipo incumbe a la Junta General y no a la Junta de Gobierno. El Consejo, sin embargo, respaldó la decisión de Coiim en su Junta de decanos del 19 de noviembre. Por ello, las delegaciones de Cuenca, Salamanca, Segovia y Soria presentaron a finales del mes pasado un recurso contencioso administrativo demandando al Consejo General por su resolución.

Una renovación controvertida. El argumento principal que la decana esgrimió ayer para motivar la urgencia de aprobar los cambios estatutarios, según las fuentes consultadas, fue la necesidad de prorrogar los mandatos de la mitad de los delegados territoriales, que finaliza en mayo, y unificar sus elecciones con los comicios para la renovación de la mitad de la Junta de Gobierno –entre los cargos a renovar está el de la decana– en noviembre. Una medida que recogían los nuevos estatutos, “para establecer un control absoluto de la decana sobre todo lo que se mueve en el colegio”, en palabras de una fuente de Coiim. “El problema es que ahora, con los estatutos vigentes, habría que convocar elecciones en la delegaciones en el mes de mayo, pero no hay partida presupuestaria para ello”. Este periódico no pudo recabar la versión de la decana del gremio madrileño, puesto que desde Coiim hacen saber que no se emitirá ningún comunicado sobre la asamblea de ayer ni está previsto que la decana realice comentarios.

Una cabeza, 11.000 votos. El proyecto de nuevos estatutos preveía también que los votos delegados que cada colegiado puede llevar a la Junta General se rebajaran de 24 a solo 5, mientras los del decano y del vicedecano serían ilimitados. “Todos los que intervinieron en el debate hablaron en contra”, asegura un asistente. En una nota difundida días antes de la celebración de la Junta General, la Junta de Gobierno motivó esta medida con la intención de “simplificar y acercar el funcionamiento [de Coiim] al de las corporaciones profesionales o empresariales. No cabe entender que el envío de voto al Decano signifique que se sigue su opinión”. Estevan aseguró a este periódico que su objetivo era fomentar la participación en la Junta General, un órgano al que actualmente acuden muy pocos colegiados.

Una Junta de Gobierno con más poderes. Con los nuevos estatutos, algunas competencias que son propias del máximo órgano de representación del Colegio, la Junta General, se hubieran transferido a la Junta de Gobierno. Entre ellas, la facultad de proponer modificaciones a los estatutos del Consejo General, el organismo que reúne a todos los colegios, o de estudiar los cambios que el mismo Consejo proponga; y la supresión o implantación de servicios corporativos.

La disposición final. “Los presentes estatutos entrarán en vigor al día siguiente de su aprobación en la Junta General de 29 de febrero de 2016”, rezaba la disposición final sobre la que se apuntó la oposición de la mayoría de los colegiados que participaron en la Junta General de ayer. “Los estatutos entran en vigor, según la ley, solo cuando se publican en el BOE, tras su aprobación por el Consejo General y el Ministerio de Industria”, alega una fuente de Coiim. “Si se hubiese aprobado, hubiéramos rozado el fraude de ley, por ser los estatutos un texto de rango inferior”.

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