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El agua (rio) que purifica (I)

"Querido papa Francisco, ¿cómo consiguió Jesús caminar sobre el agua?" (pregunta de un niño)"No voló, ni hizo volteretas nadando. Caminó como caminas tú".(Respuesta)

Noticia aparecida esta mañana en el periódico digital “El español” en referencia al libro que se publicará el próximo 7 de marzo y en el que el Papa responde en un libro a las preguntas más difíciles: las de los niños.

Má vlast (Mi país/Mi patria)

Nº 2 "Die Moldau" (El Moldava) de Bedrich Smetana

Orchester des Musikgymnasiums Schloss Belvedere, Weimar

Para esta obra, he elegido intencionadamente una orquesta joven (son todos adolescentes entre 10-18 años) que pertenecen a una de las instituciones de aprendizaje musical más prestigiosas de Alemania: el Musikgymnasiums Schloss Belvedere en Weimar. Esta es una institución que no tiene parangón fuera de Alemania ya que niños y niñas dotados para la música entran al Musikgymnasium a partir de los 10 años y reciben allí una educación completa (musical y de secundaria) hasta llegar a lo que podríamos llamar en España la selectividad. Sobra decir que es cantera de buena parte de las orquesta del país (y del mundo). Al fin y al cabo son, como el rio mismo, otro símbolo del cambio de la vida y la renovación.

“Má vlast” es un conjunto de seis poemas sinfónicos compuestos por el músico checo Smetana entre 1874 y 1879. A veces se suele presentar como una obra completa en seis movimientos, pero las partes, fueron concebidas como obras individuales. Smetana, en clave nacionalista (habitual a finales del siglo XIX), utiliza el poema sinfónico para representar un aspecto del paisaje rural, la historia, los héros o las leyendas de su Bohemia natal.

El propio compositor describe su poema sinfónico “Vltava” (el nombre checo del río Moldava) de la siguiente manera: ”La composición describe el curso del Moldava: el nacimiento en dos pequeños manantiales, el Moldava Frío y el Moldava Caliente, su unión, el discurrir a través de bosques y pastizales, a través de paisajes donde se celebra una boda campesina, la danza de las náyades a la luz de la luna; en las cercanías del río se alzan castillos orgullosos, palacios y ruinas. El Moldava se precipita en los Rápidos de San Juan, y después se ensancha de nuevo y fluye apacible hacia Praga, pasa ante el castillo Vyšehrad, y se desvanece majestuosamente en la distancia, desembocando en el Elba”

Sin embargo siendo el rio un simbolo comunmente utilizado como vertebrador de una nación (imaginense el Rin en Alemania o el Nilo para Egipto) o de ciudades (el Sena para PArís , el Támesis para Londres o el mismo Moldava para Praga, por poner solo unos cuantos de los mutliplles ejemplos que se pueden citar) mi intención es hablar de otro rio y con un significado menos nacionalista y más centrado en la toma de decisiones y la renovación. Al fin y al cabo el agua es un simbolo de purificación.

Hércules desvía el curso del río Alfeo

1634. Óleo sobre lienzo, 133 x 153 cm. Serie Trabajos de Hércules, Salón de Reinos, Palacio del Buen Retiro. Actualmente en el Museo del Prado (Sala 09-A)

Hércules, situado en el lateral izquierdo de la composición, mira ufano al espectador tras haber desviado el curso del río Alfeo, cumpliendo el desafío que le hiciera Augias, rey de la Élide. El episodio trata de la limpieza de las caballerizas del rey Eristeo en cuyos establos dormían tres mil bueyes y que, por no haberse limpiado nunca, estaban muy llenos de estiércol lo que contaminaban la región e impedían el desarrollo de la ganadería. Hércules se comprometió a limpiarlos en un día.

El éxito de Hércules se debió a una combinación de astucia y fuerza. En vez de enfangarse en los establos intentando sacar todo el estiércol acumulado, desvió el curso del rio Alfeo (fuerza) para con sus aguas inundar los establos y sacar todo al exterior (Astucia). No tuvo que entrar en los establos, solo los aireó, dejó que el agua purificadora limpiara por él todo el fango y logró así salir indemne de la aventura.

El significado de esta historia dentro de la iconografía hispana del Salón de Reinos se ha visto como una imagen del gobernante poderoso y victorioso que libera el país. En palabras de Juan Miguel Serrera, el estiércol de los establos del rey Elide hay que verlo como la representación de los males que se abatían sobre España, cuya erradicación estaba en manos de sus poderosos, pero al mismo tiempo magnánimos (justos e ingeniosos) gobernantes.

Los bancos centrales en vez de dejar que los mercados corrigieran por si solos los excesos de la fase de expansión se han dedicado a limpiar los ”establos” financieros desde dentro y no han logrado más que enfangarse y ahora estar “hasta arriba de estiércol” y sin capacidad de actuación.

Todas las declaraciones, contradicciones, balbuceos,... de la autoriades económicas de estas últimas semanas no son más que una señal de su impotencia para hacer nada mínimamente fiable, su despiste general sobre lo que deben hacer y, por lo tanto, un intento vano de dar la impresión de que controlan la situación cuando saben a ciencia cierta, que se ha acabado el tiempo. Sus caras me recuerdan a la que ponen los maridos cuando conduciendo, sus mujeres han adivinado que se han perdido y no saben donde van. Ahora viene la bronca.

De haber sido retados por Eristeo, hubieran caído como idiotas en la trampa que este le tendió a Hércules pero que, hábilmente, logró evitar.

Lo mismo podría decirse de los casos de corrupción en España. Nadie ha aplicado la astucia de Hércules dejando que todo saliera a luz, no poniendo impedimentos, dejar que todo siga su curso natural (abrir las puertas de los establos y dejar que pasara el rio “purificador”) o no ha tenido la fuerza suficiente para llevarlo todo a cabo (desviar el curso del rio) o ambas cosas. Un apunte: hablar no equivale a hacer.

Curiosamente el rey Eristeo exigió a Hércules 10 trabajos que acabaron convirtiéndose en doce ya que dos no se aceptaron como tales. El trabajo de “Matar a la Hidra de Lerna” (ya lo vimos en su tiempo) fue invalidado ya que Hércules tuvo ayuda de su sobrino. Lo mismo ocurrió con el que nos ocupa “Limpiar los Establos de Augías en sólo un día”. Eristeo adujo que quien realmente había hecho el trabajo no era Hércules, sino el rio. Sin saberlo, el envidioso rey dio la clave del simbolismo de esta hazaña: lo inteligente no es hacer, es dejar hacer.

Las autoridades no debían haber hecho nada, solo dejar que los mercados hubieran hecho su trabajo. Hoy, tras la limpia que ello hubiera producido, hubieramos disfrutado ya de una economia saludable. Pongan sus ojos en Islandia.

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