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Un discurso Dada

No hubo sorpresas. El mensaje de ayer de Janet Yellen se mantuvo dentro de los cánones que a un presidente de un banco central se le permite entrar para cambiarlo todo sin cambiar nada.

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, confirmó ayer que sigue pensando en subir tipos gradualmente a lo largo de este año, aunque el calendario exacto dependerá de la intensidad y la duración de la actual situación de los mercados financieros. "El panorama económico es incierto" llegó a afirmar Yellen en su comparecencia ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes del Congreso. "Los acontecimientos económicos internacionales, en particular, conllevan riesgos para el crecimiento económico estadounidense [...] (lo que ha ) agravado las preocupaciones sobre la perspectiva del crecimiento mundial [...] Si algunos de estos riesgos a la baja se materializan, la actividad internacional y la demanda de exportaciones estadounidenses podría debilitarse y las condiciones financieras del mercado podrían endurecerse aún más" (¿estaba hablando del dólar?).

En este sentido, Yellen ha asegurado que la institución que preside está analizando "de cerca" los acontecimientos económicos y financieros a nivel global y que "la política monetaria no sigue en absoluto un curso predeterminado [...] dependerá de lo que nos digan los datos recibidos sobre las perspectivas económicas". El FOMC tendrá en cuenta los datos sobre el mercado laboral, la inflación y la situación de la economía mundial: "Si la economía decepcionase, una trayectoria más lenta de los tipos de interés sería la apropiada", aunque reiteró que ella considera que la actual política monetaria "continúa siendo acomodaticia".

En resumen: el perfecto "si, pero no". Cumpliéndose el objetivo final: llenar varias horas de palabras antes personas sesudas, simular que se contrala la situación (que incluso los errores que se producen no lo son tales, ya que formaban parte de la estrategia, para hacerla más animada) y vestir de ciencia económica lo que en el fondo acaba siendo lo inevitable: decir nada. Aligerando el discurso de toda su soberbia intelectual, NADA queda pues NADA se sabe realmente sobre la realidad (cuando no esta deliberadamente adulterada).

El Cabaré Voltaire

El 5 de febrero de 1916 funda en Zúrich lo que se llamó el Cabaré Voltaire con fines artísticos y políticos. Esta semana se cumplen 100 años de su fundación y está más vigente que nunca. En él normalmente se experimentaban nuevas tendencias artísticas. Fue aquí donde dos años más tarde (1918) se fundó el Movimiento Dadá. El apóstol del movimiento “dada” fue el poeta Tristan Tzara en cuyo manifiesto de fundación propugnaba la liberación de la fantasía y la puesta en tela de juicio de todos los modos de expresión tradicionales.

El Dadaísmo se caracterizó por rebelarse en contra de las convenciones literarias, y especialmente artísticas, por burlarse del artista burgués y de su arte. Al cuestionar y retar el canon literario y artístico, el Dadaísmo crea una especie de ANTI-ARTE moderno, es una provocación abierta al orden establecido.

El Dadaísmo surgió del desencanto que sentían esos artistas en una Europa metida de lleno en la última fase de la Primera Guerra Mundial. Una guerra que, nada más empezarla, la supuesta intelectualidad (expertos mediáticos o tertulianos se diría hoy día) del momento, pensaba que duraría nada y que sería un paseo militar para las grandes potencias. Nada más lejos de la realidad. En ella murieron muchas personas (más de las que se podía permitir una opinión pública adocenada) y fue el final de un modo de vida y una sociedad (en realidad muerta hacía ya mucho tiempo) que apenas se sostenía más que por su múltiples ye inútiles apariencias.

Fue por lo tanto , una rebelión hacia la abulia y desinterés social característico de los artistas del "stablishment" o el academicismo. El movimiento dadaísta es un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético porque cuestiona la existencia del arte, la literatura y la poesía. De hecho, por definición, cuestiona el propio Dadaísmo: DADA, no quiere decir nada, es una palabra sin sentido o con el mismo sentido que tienen las palabras del supuestamente ARTE académico del momento.

Vean un ejemplo: "Para hacer un poema dadaísta" de Tristan Tzara

Las obras de los dadaístas solo pretendían desnudar la supuesta intelectualidad del canon, su falsa sensibilidad y su artificiosidad inútil y, al dejarlo "libre de polvo y paja", presentarlo a la audiencia tal como realmente era, con todos su artificios e inutilidad (recuerden en el "El Mago de Oz", cuando descubrimos quien es realmente el mago).

¡¡Viva Dada!!.

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